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India recurre a la lluvia artificial para combatir la contaminación de su capital: ¿en qué consiste este procedimiento?
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Las autoridades de India iniciaron este martes 28 un ciclo de pruebas de “lluvia artificial” para combatir la contaminación que sufre la capital Nueva Delhi, sede del gobierno nacional y una de las ciudades más contaminadas del mundo.
La urbe se ha vista envuelta desde la semana pasada en una neblina tóxica, un fenómeno anual que se produce por la convergencia de la grave contaminación y los factores climatológicos propios de la estación fría en la región.
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Durante esta época confluyen la quema de tierras agrícolas para el posterior cultivo, las emisiones de los vehículos y otros factores como las festividades locales, que emplean gran cantidad de fuegos artificiales. El frío del invierno, sumado a la menor circulación y velocidad del aire, termina de hacer que las partículas contaminantes queden atrapadas a baja altura.

Por estas fechas es común ver en la capital de la India y sus inmediaciones a personas con mascarillas debido a la dificultad que supone respirar en un entorno así y la irritación que puede llegar a producir la niebla tóxica en los ojos.
El gobierno de Nueva Delhi ha intentado mitigar el impacto de este fenómeno recomendando evitar las actividades al aire libre, pero también ha emprendido campañas para reducir la quema de tierras por parte de los agricultores y limitar el uso de pirotécnicos en festividades como el Diswali. No obstante, dichas iniciativas han tenido poco éxito hasta el momento.
La empresa de purificación de aire IQAir colocó a Nueva Delhi como la ciudad más contaminada del mundo durante el 2024 y la urbe de 30 millones de habitantes suele ubicarse en las tres primeras posiciones del ránking de contaminación en tiempo real. El nivel de polución es tal que el aire de la capital india puede llegar a superar en 20 veces el límite de partículas tóxicas recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Lluvia creada por humanos
El medio con el que las autoridades de Nueva Delhi quieren enfrentar la contaminación del aire es la siembra de nubes, procedimiento de modificación meteorológica que además de la generación o incremento de lluvia o nieve, puede ayudar a disminuir la cantidad de granizo o también dispersar la niebla.
La variación artificial también puede ser preventiva, pues se puede usar para evitar que las lluvias o nevadas sucedan posteriormente.

El uso de sales es el método más frecuente para la siembra de nubes y sus orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XX. Durante los años 40, el científico atmosférico estadounidense Bernard Vonnegut detectó que las partículas de yoduro de plata podían hacer que el vapor de agua a bajas temperaturas se congele al facilitar que se transformen en cristales.
Bajo esta premisa, sales como el citado yoduro de plata, yoduro de potasio y cloruro de sodio (la sal común) junto a hielo seco o propano líquido son llevados por aviones o drones hasta las nubes para impulsar la formación de gotas de lluvia o cristales de granizo.
En términos sencillos, estos componentes sirven como una suerte de superficie de condensación, generando gotas de agua más grandes que terminarán convirtiéndose en la lluvia.
Más reciente es el uso de drones que envían cargas eléctricas al aire para favorecer la formación de fotas de lluvia y también se ha venido investigando la condensación de agua asistida por medio de láseres.

Emiratos Árabes Unidos es uno de los países más interesados en esta materia, pues ha invertido importantes recursos en el estudio de la siembra de nubes y la lluvia artificial. Este país asiático es uno de los pioneros en el uso de drones con cargas eléctricas como técnica complementaria al uso de sales en las nubes.
El estado emiratí busca desde los años 90 combatir el calor de su clima desértico y generar un potencial territorio agrícola, pero no es el único que ha apostado por esta tecnología. China también ha investigado la materia buscando soluciones a las intensas sequías que en los últimos años sufrieron diversas regiones en las inmediaciones del río Yangtze.
India también ha trabajado en torno a este tema desde hace varios años, como por ejemplo el gobierno del estado de Karnataka desde el 2003 con el Proyecto Varshadhari, también dedicado a la siembra de nubes para beneficiar a la agricultura y limitar el impacto de las sequías.
Las autoridades regionales han llevado a cabo varios experimentos de este tipo y uno de los más importantes tuvo lugar en el 2017, prolongándose por 60 días. Los primeros reportes indicaron que la siembra de nubes pudo haber generado un incremento del 27,9% en las lluvias en la zona, aunque dicha información sigue siendo debatida.
Optimismo y realidad
La generación de lluvia artificial y la siembra de nubes siguen siendo temas debatidos entre las autoridades, investigadores y otras entidades. Si bien el principio descubierto por Bernard Vonnegut es bastante aceptado y parece ser replicable en un entorno pequeño de laboratorio, no ha quedado claro que sea efectivo a escalas tan grandes o que permita que generar los cambios ambientales deseados por quienes promueven este procedimiento.
A lo anterior se añade que no ha quedado del todo claro el mecanismo por el cual el yoduro de plata brindaba el soporte para que el hielo se cristalizara, tal como proponía Vonnegut. Incluso una nota publicada en el 2016 por la revista de la Sociedad Estadounidense de Química señalaba que la premisa de Vonnegut podría ser errónea.
Un artículo de la revista Science publicado en el 2018 indicaba que era difícil monitorear el desarrollo de las nubes y que la imposibilidad de replicar las condiciones atmosféricas registradas en el momento de la intervención hacían muy difícil que se pueda obtener información fiable en experimentos controlados de siembra de nubes.
Sin embargo, el mismo reporte daba cuenta de un estudio de la Universidad de Colorado en ese mismo año, el cual mostraba avances en la detección de cristales de hielo en formación y la condensación del agua en las nubes sobre las que se aplicaban sales. Desde ese punto la investigación ha continuado.
Daniel Swain, climatólogo de la UCLA, señaló hace un año que la siembra de nubes es algo posible y que no podía descartarla.
“Podría funcionar, y solo funciona, bajo ciertas condiciones y en un grado muy limitado hasta donde la entendemos hoy. Personal y profesionalmente creo que muchas de las afirmaciones que rodean a la siembra de nubes han sido históricamente exageradas”, señalaba Swain.
De momento, los resultados de la siembra de nubes en Emiratos Árabes y sus países vecinos no han sido concluyentes. Por ejemplo, en el primer tercio del 2024 se registró un gran incremento de lluvias en dicho territorio y el norte de Omán, que algunos atribuyeron a la lluvia artificial, pero que los especialistas adjudicaron al cambio climático y el Fenómeno de El Niño.
En el caso de la India, el uso de la lluvia artificial es considerado ineficaz para combatir la contaminación en la capital del país por los especialistas. Krishna Achuta Rao, profesor en el centro de ciencias atmosféricas del Instituto Indio de Tecnología de Nueva Delhi, indicó a la agencia AP que la siembra de nubes es ineficaz contra la niebla tóxica, pues solo conseguirá disiparla por unos días.
El gobierno central indio había rechazado previamente un primer pedido de Nueva Delhi de probar el uso de lluvias artificiales como medida para disipar la polución.
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