¿En qué consiste el ‘boom’ de las embarazadas rusas que estalla en Argentina?

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El último diciembre casi la mitad del centenar de partos atendidos fueron de ciudadanas provenientes del gigante europeo. “En enero hubo otros 27 partos y en lo que va de febrero ya hubo 8″, reveló a la prensa el director del nosocomio, Ignacio Previgliano, remarcando la continuidad del fenómeno.

Desde hace un año este escenario se repite en distintos centros de salud públicos y privados de la capital. Según la Dirección Nacional de Migraciones, más de 10.500 mujeres rusas embarazadas llegaron a Argentina durante el 2022, en su mayoría transitando la semana 32 o 33 del estado de gravidez.

El viernes pasado, seis rusas gestantes fueron retenidas en el aeropuerto de Ezeiza porque no pudieron justificar su condición de turistas para ingresar. No tenían dirección de alojamiento, tampoco pasaje de vuelta. La exposición del caso destapó una olla de grillos que involucra a varias agencias que lucran con necesidades e ilusiones.

“El objetivo es obtener el pasaporte argentino”, resume Silvana Jarmoluk, presidenta del Consejo Coordinador de Organizaciones de Compatriotas de Rusia en Argentina, a El Comercio.

Al nacer en territorio argentino, los hijos obtienen automáticamente la nacionalidad y, posteriormente, el pasaporte, que les habilita el ingreso sin visa a 171 países y la obtención de un visado por 10 años para EE.UU.

En cambio, el documento ruso solo les permite entrar a 80 países, y con las restricciones occidentales impuestas por la guerra contra Ucrania, el asunto se ha agravado para los ciudadanos rusos.

Algunas viajeras vienen con su pareja, otras llegan solas. Contratan previamente agencias que les ofrecen acompañamiento en las etapas del proceso, incluyendo los traductores. “La gente está siendo usada por agencias que trabajan en la ilegalidad y hacen dinero a costa de otros”, advierte Jarmoluk.

Estas agencias también les ofrecen la ciudadanía argentina a los padres. En promedio, los ciudadanos rusos permanecen entre 2 y 3 meses en el país. Según Migraciones, de las gestantes que arribaron desde que empezó la guerra, más de 7.500 ya no están en Argentina. Una vez emitidos los documentos del menor, los padres se van y el trámite para la obtención de su ciudadanía lo continúa la agencia.

“La obtención de la ciudadanía argentina requiere un ánimo de residencia en el país, un plan de vida aquí. En principio, se requieren dos años de residencia continua. Ese tiempo disminuye legalmente en los casos en que las personas tengan cónyuge o hijo argentino”, explica a este Diario la abogada Paula Carello, presidenta del Instituto de Derecho Migratorio y de los Refugiados del Colegio de Abogados de Rosario.

Una trama confusa

Si bien las investigaciones a las organizaciones involucradas están en curso, la especialista refiere que hablar de trata de personas no sería preciso. “No se mencionó ni observó una situación de explotación de las personas que vienen a parir al país, sino que se habla de un servicio que contratan. En vez de trata de personas, sería más factible apuntar al tráfico de migrantes u otros delitos vinculados a la defraudación al Estado”, señala.

Carello considera pertinente abordar los casos individualmente y no como un grupo, ya que los perfiles de los ciudadanos rusos que llegaron al país difieren. “También hay quienes han elegido nuestro país para residir, invertir, estudiar. Es importante evitar todo sesgo discriminatorio o xenófobo”, apunta.

Como miembro de la colectividad rusa afincada en Argentina, Jarmoluk considera que una divulgación tendenciosa de estos casos podría alimentar la rusofobia: “Por el solo hecho de ser ruso hoy se tiene acceso limitado al mundo occidental. Se tienen bloqueadas las operaciones bancarias, el acceso a Internet, entre otras restricciones. Estas familias hallaron una forma de escapar del sistema. Pasa que lo están haciendo masivamente y eso puede ir contra las leyes argentinas”.

Flujos que no cesan

Esta semana, en el exclusivo barrio de Puerto Madero, se allanó el domicilio de Elena Kuklina, ciudadana rusa dueña de una de las agencias investigadas por traer a embarazadas. En su poder se encontraron 70 mil dólares y 3 mil euros.

RuArgentina, otra de las agencias involucradas en estas operaciones, tiene reservas hechas hasta abril. “En los grupos de WhatsApp y Telegram las personas que quieren venir están preocupadas porque ahora no saben lo que va a pasar”, señala Jarmoluk.

La representante de la colectividad rusa en Argentina ve difícil que puedan modificar sus pasajes a otro país. “Además, acá es fácil entrar en el sistema público de salud. Y está la parte económica, que por mucho menos dinero acá puedes alquilar un departamento”, explica Jarmoluk.

Para Florencia Carignano, directora nacional de Migraciones, estas prácticas podrían afectar el nivel de seguridad de los pasaportes argentinos. “Empecemos a fijarnos a quién le damos los pasaportes, porque los perjudicados vamos a ser los argentinos cuando pasen cosas, como los espías rusos que encontraron en Eslovenia y tenían nacionalidad argentina”, mencionó la funcionaria, aludiendo un caso suscitado en enero.

Al aceptarse los hábeas corpus por razones humanitarias de las seis ciudadanas rusas demoradas la semana pasada, actualmente en los puestos de Migraciones del aeropuerto no se impide el ingreso de las mujeres gestantes. Desde el organismo solicitan que la justicia investigue a fondo, para tomar acciones que eviten el funcionamiento de mafias sin alterar la imagen de un país de puertas abiertas a la inmigración.