El presidente de Chile, Gabriel Boric, pronuncia un discurso durante la ceremonia de clausura del Proceso Constitucional en el que recibió el texto de la nueva Constitución propuesta, en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago el 7 de noviembre de 2023. (Foto de Pablo VERA/AFP)
El presidente de Chile, Gabriel Boric, pronuncia un discurso durante la ceremonia de clausura del Proceso Constitucional en el que recibió el texto de la nueva Constitución propuesta, en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago el 7 de noviembre de 2023. (Foto de Pablo VERA/AFP)
/ PABLO VERA
Agencia EFE

El presidente de , , convocó para el 17 de diciembre a un plebiscito sobre un nuevo proyecto de Constitución para reemplazar a la impuesta por la dictadura, que fue redactado por un consejo dominado por fuerzas de derecha opuestas al gobierno.

“Queda oficialmente convocado el plebiscito del 17 de diciembre e invito a todos nuestros compatriotas a informarse y participar cumpliendo con el ineludible deber ciudadano de votar, dijo el izquierdista Boric durante una ceremonia en , en la que recibió la iniciativa.

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Los chilenos irán a las urnas por segunda vez en un año para pronunciarse sobre una nuevo marco normativo.

En 2020 el 78% aprobó el cambio de Constitución tras las masivas protestas contra la desigualdad en este país de 19 millones de habitantes y con una de las economías de libre de mercado más consolidadas de la región.

Sin embargo, la mayoría rechazó una primera propuesta redactada por movimientos y partidos de izquierda que propugnaban un Estado más fuerte que garantizara el acceso a salud, educación y pensiones.

También planteaba el aborto libre y el reconocimiento de la justicia indígena, entre otros.

Tras el fracaso del primer proyecto, las fuerzas políticas convocaron a un segundo proceso constituyente que desembocó en el proyecto de Constitución que será votado en diciembre.

La nueva propuesta fue redactada por el Partido Republicano y otros sectores de derecha que se impusieron en la elección del Consejo Consitucional.

El texto de 216 artículos mantiene en esencia el modelo económico fijado por el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

El oficialismo cuestiona además su tono conservador y polémico en cuestiones como el aborto o la migración. Incluso la Democracia Cristiana (centro) cree que se trata de un texto “ideologizado” por la derecha radical.

Aunque la Constitución de Pinochet ha pasado por varias reformas que eliminaron sus aspectos más autoritarios, los chilenos todavía están divididos frente a la última huella de la dictadura que mató, torturó e hizo a desaparecer a miles.

Se abre el tiempo definitivo de los ciudadanos y ciudadanas. Ahora es su voz y decisión lo que verdaderamente importa”, dijo Boric el martes.

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Sin consenso

Antes de convocar al plebiscito, Boric criticó a las fuerzas de derecha por imponer un nuevo proyecto de Constitución sin buscar consenso con los demás sectores representados en el consejo.

Las encuestas pronostican la victoria del ‘en contra’ en el plebiscito, con lo que Chile seguiría bajo la Constitución de Pinochet.

Boric ha descartado un nuevo proceso constitucional durante su mandato que finalizará en marzo de 2026.

La ceremonia del martes estuvo presidida por la presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia, del Partido Republicano (ultraconservador), que en un comienzo se opuso a modificar la Constitución.

Esta nueva propuesta consagra “una república (...) donde los derechos y libertades fundamentales, como la libertad de conciencia y expresión, el derecho de propiedad, la vida, la educación y la enseñanza son pilares fundamentales del contrato constituyente entre el pueblo y sus representantes”, aseguró Hevia.

Entre los artículos que más han generado controversia están el que ordena la expulsión “en el menor tiempo posible” de extranjeros que ingresen a Chile “de forma clandestina o por pasos no habilitados”, un guiño de la derecha a los sectores que reclaman mano dura ante el incremento de la inseguridad que asocian con la migración.

También, según la izquierda, el nuevo proyecto de Constitución allana el camino para revisar la actual ley del aborto, que permite la interrupción del embarazo en caso de violación, inviabilidad del feto y cuando la vida de la madre corre riesgo.

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