Quito. Una tensa calma se respiraba este sábado en Quito después de dos días de protestas y un estado de excepción que sigue vigente a la espera de que, el lunes o martes, lleguen a la ciudad las manifestaciones de miles de indígenas que ahora se encuentran en provincias distantes.
A diferencia de días anteriores, las calles de la ciudad estaban este sábado completamente abiertas y la circulación fluía con normalidad, tras un acuerdo la noche del viernes entre el Gobierno y los gremios de transporte que llevaban dos días de piquetes.
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Aun así, circulaban de forma restringida los autobuses del servicio municipal, y mucho menos aún los del los servicios privados, que exigen un alza de tarifas para compensar la subida de los precios de los combustibles.
El presidente Lenín Moreno anunció esta semana que, en respuesta a los problemas fiscales del país, retiraba el histórico subsidio a los carburantes, lo que ha provocado un alza de 1,85 a 2,30 en la gasolina “extra” (la más popular), y de 1,03 a 2,27 en la diesel premium.
“Nos vemos perjudicados porque realmente no hay ninguna compensación hacia nuestras unidades y trabajos”, se lamentó a Efe Javier Montenegro, que desde hace diez años conduce un taxi en Quito y este sábado había abandonado el parón de conductores hasta ver qué ocurre el lunes y poder “ganar unos dólares para mantenerse”.
Montenegro se quejó de que la anterior vez que el Gobierno subió los combustibles, hace nueves meses, no tuvieron ninguna compensación a pesar de las promesas del mandatario.
“Hoy nos vuelve a subir y todavía no tenemos ningún beneficio de esta nueva alza”, insistió.
El diálogo con los taxistas y transportistas dependerá de las nuevas tarifas que publique el Gobierno, en tanto que se mantienen las protestas de los sindicalistas y los indígenas por la eliminación de los subsidios y otras exigencias.
En un encuentro este sábado con medios internacionales, el ministro de Exteriores, José Valencia, opinó que el transporte se integrará paulatinamente al servicio público y consideró que los voceros que anunciaron la suspensión del paro son “fiables”.
Para el funcionario, el final del paro de los transportistas es “un triunfo del país, de la paz ciudadana”, aunque en la calle atribuyen la suspensión de los piquetes a que es fin de semana y la gente no suele salir a manifestarse en días de descanso.
En esta jornada, no eran pocos en el casco antiguo los que aprovechaban el descanso en las protestas para recomponer instalaciones destrozadas o limpiar sus paredes de pintadas como "No al FMI", "Fuera Lenín", "El pueblo resiste" y tantas otras.
A los daños materiales de dos días de protestas, que aún no han sido cuantificados plenamente, también se suman las pérdidas por falta de productividad, que algunos medios estiman en unos 100 millones de dólares.
Moreno introdujo los recortes como parte de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener una línea de crédito de 4.200 millones de dólares, así como otros 6.000 millones de otras entidades.
A diferencia de Quito, donde la tranquilidad era visible, fuera de la capital se ha informado de disturbios en distintas zonas, sobre todo de parte de colectivos indígenas que hacen el camino hacia la capital para sumarse a las protestas.
En las afueras de la ciudad de Latacunga, unos 100 kilómetros al sur, se registraron disturbios sobre la carretera principal que cruza los Andes de norte a sur.
Decenas de manifestantes corearon allí en quichua eslóganes contra el presidente, a quien culpan de haberse salido de todo acuerdo con ellos en cuanto a la explotación minera, conservación de sus tierras, educación bilingüe y condiciones sociales. Es decir, un hartazgo que va mucho más allá de los precios de los carburantes.
También se informó de diez camiones militares que se trasladaban a la vía Macas, en la provincia de Morona Santiago (sureste), para repeler a un grupo de manifestantes que mantenía cerrada una vía.
Igualmente, se han registrado bloqueos de vías en la provincia de Pichincha, de la que Quito es capital, y otras más al sur.
El presidente de Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, dijo a Efe que, independientemente de los transportistas, los colectivos indígenas mantienen una “movilización indefinida” contra las medidas económicas.
“Hemos convocado a la movilización nacional indefinida. Hasta este momento estamos movilizados en cada uno de nuestros territorios pero, muy pronto, se movilizarán todos los pueblos a nivel nacional hacia el punto principal que es llegar a la ciudad de Quito”, dijo.
Su llegada se espera para el lunes o martes, sumándose así a los opositores políticos de Moreno y sindicalistas que desde el jueves tomaron el casco antiguo de la ciudad para enfrentarse a la policía en los disturbios más graves de los últimos años.
Fuente: EFE