Bogotá [EFE]. La ONU expresó este miércoles su preocupación por la violencia contra la Policía y los manifestantes por parte de algunos sujetos que provocaron disturbios durante las protestas de ayer en Colombia y exaltó los esfuerzos de la Alcaldía de Bogotá por respetar el derecho a la manifestación pacífica.
“Veo con preocupación que algunos individuos, afortunadamente una minoría, atacaron violentamente y hostigaron a miembros de la Policía Nacional, manifestantes e infraestructura pública y privada”, afirmó el representante en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Alberto Brunori.
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La primera protesta del año contra las políticas del Gobierno colombiano estuvo marcada este martes por pequeñas concentraciones y disturbios en algunas zonas de Bogotá y Medellín (noroeste) que dejaron al menos seis personas heridas, cuatro de ellas policías.
Unos de los principales focos de desórdenes fue el populoso sector de Suba, en el noroeste de Bogotá, donde fueron bloqueadas estaciones del sistema de transporte público Transmilenio y hubo enfrentamientos entre encapuchados y policías que se repitieron en otros barrios de la capital.
“Este tipo de acciones no son compatibles con el derecho a la protesta pacífica y desvían la atención de los legítimos reclamos de mayores garantías de derechos humanos expresados por parte de la mayoría de los manifestantes”, agregó Brunori, al asegurar que el protocolo de la Alcaldía de Bogotá ante las protestas estuvo alineado con los estándares internacionales de derechos humanos.
ONU apoya protocolo ante protestas
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en el cargo desde el 1 de enero, aplicó en las movilizaciones del martes un protocolo de seguridad en el que se establece que el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía será la última instancia en intervenir.
Su decisión tuvo lugar ante el caso del bachiller Dilan Cruz, de 18 años, quien falleció el pasado 25 de noviembre en Bogotá a raíz de las heridas sufridas en la cabeza por un proyectil disparado por un miembro del Esmad.
“Ayer en Bogotá hicimos seguimiento a la situación de derechos humanos en el marco de la jornada de protestas por invitación de la Alcaldía de Bogotá y en estrecha coordinación con los órganos de control: Personería, Procuraduría (Ministerio Público) y Defensoría del Pueblo”, aseguró el representante de la ONU.
Asimismo, destacó los esfuerzos “por respetar el derecho a la manifestación pacífica” y señaló los avances “en el uso del diálogo para no recurrir al uso de la fuerza por parte de la Alcaldía de Bogotá y de la Policía”.
De acuerdo con el plan de las autoridades de la capital, durante las protestas la intervención inicial será de un grupo de “gestores de convivencia”. De no funcionar, entrarán a actuar la fuerza disponible no armada y, como último recurso, el Esmad.
La aplicación estricta de ese protocolo “puede crear condiciones en la sociedad y en las personas para ejercer su derecho a la libertad de expresión, reunión, manifestación y participación, fortaleciendo procesos democráticos”, indicó Brunori.
La protesta de este 21 de enero fue convocada por el Comité Nacional de Paro bajo el lema “defensa de la vida”, pero fue muy distante de las masivas manifestaciones de noviembre y diciembre pasados cuando multitudes tomaron las calles de Bogotá y otras ciudades.