¡Buenos días, querido lector! Me disculpo por la ausencia del newsletter la semana pasada. La razón detrás de esto fue un recordatorio directo y personal sobre la importancia de escuchar a nuestro cuerpo: estuve hospitalizada –por primera vez– debido a ignorar señales que mi cuerpo había estado enviando.

Durante varias semanas amanecí con dolor lumbar hacia el lado derecho, a veces al lado izquierdo. Pensaba: “quizás es porque mi gata se sube a la cama y termino durmiendo chueca”. Tras tres días de dolor intenso y una visita a la sala de emergencias, descubrí que se trataba en realidad de una pielonefritis aguda, que es algo así como una infección urinaria que se fue directo a mis riñones.

Cuando escuché el diagnóstico me sorprendí, porque nunca tuve ninguna otra molestia urinaria. Sin embargo, mis riñones ya habían estado mandando señales de alerta durante un par de meses. Ese dolor lumbar que asumí postural era en realidad mi cuerpo pidiendo atención. La infección fue incluso más grave de lo que creí: mi médico tratante me indicó que de haberme demorado una semana más en atenderme, podría haber puesto mi cuerpo en riesgo de una .

Esta experiencia me enseñó una lección vital sobre el cuidado personal y la salud. A veces, nuestro cuerpo comunica de manera clara cuando algo no va bien, ya sea a través del cansancio, dolor, malestar o incluso ansiedad. Ignorar estas señales puede tener consecuencias serias. De hecho hace unos meses .

Cómo empezar a escuchar a tu cuerpo

  1. Atención diaria: Comienza por dedicar tiempo cada día para sintonizarte con tu cuerpo. Esto puede ser a través de la meditación, haciendo yoga, o simplemente tumbándote en silencio y prestando atención a cualquier señal o incomodidad.
  2. Reconoce las señales: Aprende a reconocer qué es normal en tu cuerpo y qué no. Cambios en los patrones de sueño, apetito, o niveles de energía pueden indicar que algo está sucediendo.
  3. Consulta a profesionales: Si notas algo anormal, no lo dejes pasar. Consulta con un profesional de la salud para descartar problemas o recibir el tratamiento necesario.
  4. Ajusta tu rutina: Asegúrate de que tu estilo de vida apoya tu salud corporal y mental. Esto incluye tener una dieta equilibrada, suficiente descanso, y tiempo para el esparcimiento.
  5. Prioriza tu bienestar: Coloca tu salud y bienestar en la cima de tus prioridades. A veces, esto significa decir no a ciertas obligaciones para asegurarte de que estás cuidando de ti mismo.

Volver a las actividades diarias después de esta pausa forzada me ha hecho más consciente de la importancia de la salud preventiva y el autocuidado. Comparto esta experiencia no solo como una disculpa por mi ausencia, sino también como un llamado a todos ustedes para que no cometan el mismo error que yo.

¿Alguna vez has ignorado señales de tu cuerpo que deberías haber atendido? Me encantaría escuchar tus experiencias y cómo has aprendido a cuidarte mejor. Escríbeme a para compartir y continuar esta conversación. ¡Hasta la próxima, cuidándonos y escuchándonos más cada día!

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