"La recomendación sigue siendo tener completo el esquema de vacunación según el producto que se esté aplicando en cada país". (Photo by Nicolas Aguilera / AFP)
"La recomendación sigue siendo tener completo el esquema de vacunación según el producto que se esté aplicando en cada país". (Photo by Nicolas Aguilera / AFP)
/ NICOLAS AGUILERA
Bruno Ortiz Bisso

Como si este más de un año de pandemia no hubiera servido de nada, solo basta con escuchar noticias sobre la detección de la en algún nuevo lugar para que automáticamente se enciendan las alarmas. ¿Pero es lo único que nos debería preocupar?

Es lógico que nos pongamos en alerta, porque en plena campaña de vacunación mundial esta variante –que fue detectada por primera vez en la India– ha empezado a identificarse en diferentes países, en alguno de los cuales ya se ha convertido en la variante dominante. Es decir, la variante que se identifica en la mayoría de los nuevos pacientes infectados.

Se sabe que en Brasil esta variante ya circula en Sao Paulo; diversos reportes periodísticos señalan que representa más de la mitad de los casos de en Estados Unidos; y –según el propio ministro Óscar Ugarte– ya hay nueve casos confirmados en Lima. Pero, si los primeros casos fueron detectados hace semanas atrás en Arequipa, seríamos muy inocentes en pensar que solo existen un puñado de infectados con esa variante. Lamentablemente, mientras no se invierta lo suficiente en vigilancia genómica, iremos avanzando a tientas en esta fase de la pandemia.

Volviendo a la variante Delta: se sabe que es más contagiosa y la principal incertidumbre está relacionada con su interacción con las contra el COVID-19. La OMS la ha calificado “de preocupación”, pero todavía es muy pronto para hacer cualquier afirmación. Hay que recordar –como ha sucedido durante toda esta pandemia– que todo lo que se va sabiendo sobre el SARS-CoV-2 y sus variantes, lo que se está estudiando y se va descubriendo, es compartido casi en tiempo real. Eso puede causar que un resultado preliminar nos entusiasme demasiado o nos asuste. Ya debemos saber que toda información debemos tratarla con mucho cuidado.

Por eso, todavía es muy prematuro decir que las vacunas que hoy están siendo utilizadas en el mundo no protegen contra la variante Delta. De acuerdo con el “Financial Times”, datos preliminares de estudios hechos en Israel –país que por la rapidez en su campaña de vacunación se ha convertido en caso de estudio– señalan que la efectividad de la vacuna desarrollada por Pfizer y el laboratorio BioNTech para prevenir infecciones y enfermedades sintomáticas causadas por esta variante es del 64%.

Pero, por otro lado, y de acuerdo con la agencia AFP, el panel de expertos en COVID-19 en Israel reconoce que, al haberse convertido en la mutación dominante en el país, la variante Delta ha provocado un “cambio masivo en la dinámica de transmisión”.

No obstante, la recomendación sigue siendo tener completo el esquema de vacunación según el producto que se esté aplicando en cada país. En el caso del Perú, tener completas las dos dosis de cualquiera de las vacunas aprobadas para su uso. “En el caso de la variante Delta, una dosis de la vacuna solo protege y reduce el riesgo a un 33%, cuando se pone la segunda esta protección sube a más del 80%”, asegura el ministro Ugarte.

¿Deberíamos estar preocupados por la variante Delta? Claro que sí. Pero también deberíamos estar preocupados por qué es lo que nosotros estamos haciendo. Con muchas menos restricciones, debido a la reducción de nuevos casos, de hospitalizados en camas y de fallecidos, es posible que haya quienes han olvidado que seguimos en medio de una pandemia. Recordemos que el virus no se mueve solo y necesita de nosotros para buscar personas susceptibles. Sigue estando en nuestras manos la posibilidad de ir retomando nuestras actividades, pero de manera responsable; de minimizar el riesgo de nuevos contagios y de volver a estresar nuestro golpeado sistema de salud. Después de un año debemos entender que depende de nosotros hacer que la tercera ola (o las próximas que puedan venir) no nos revuelque en la orilla.

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