Gato de despensero

Jaime Villanueva, exasesor de Patricia Benavides, reveló intercambios de favores entre la ex fiscal de la Nación y, entre otros, cuarenta congresistas que iban a ser denunciados. Ninguna investigación prosperó contra los congresistas.

La ex fiscal de la Nación fue favorecida en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales (SAC). Se archivó la denuncia constitucional presentada contra ella. A pesar del testimonio de su exasesor.

La Corte Suprema acaba de anular la suspensión de 24 meses que se había dictado contra ella. Es consecuencia del archivamiento en la SAC.

La Junta Nacional de Justicia ha insistido, además, en continuar el acto administrativo de la reposición de Benavides. Le dio un día de plazo a la fiscal de la Nación, Delia Espinoza.

Espinoza argumenta que no tiene presupuesto y tampoco facultad para reponer a una fiscal suprema. No son argumentos tan sólidos.

Patricia Benavides podría ir al Jurado Nacional de Elecciones o a una de las fiscalías que investiga actos de corrupción de funcionarios de gobierno.

Una fiscal suprema señalada como protagonista de varios actos de corrupción, ¿a cargo de investigar corrupción de funcionarios? Si es cierto el testimonio de Villanueva, tendríamos al gato de despensero.

Desde el punto de vista formal, sin embargo, la JNJ tiene la función de nombrar, ratificar o destituir a los fiscales. Es cierto, sin embargo, que la votación para la rehabilitación de Benavides contó con solo seis de los siete votos requeridos.

El Ministerio Público es una tierra de tribus. Lo que vemos ahora es parte de las luchas tribales no solo en el interior de la fiscalía, sino también entre las instituciones. No hay buenos y malos, sino unos y otros.

El Congreso y la JNJ no son entidades confiables. Son, sin embargo, las que están formalmente a cargo. ¿Pueden imponerse al Ministerio Público, a pesar de que la persona a ser restituida no parece cumplir con la condición de idoneidad en el cargo?

La idoneidad se refiere a la integridad moral y a la formación académica, entre otras condiciones. A Patricia Benavides se le achaca haber obtenido el título que la habilitaba para fiscal suprema con una tesis con plagio.

Tendrá que esclarecerse si se encontró la tesis. No había obligación de asegurarla en un repositorio; pero, ¿quién no guardaría un ejemplar de su tesis de doctorado?

La ley debe respetarse, pero todos deben respetar por igual la ley. Eso no parece haber sucedido en este lamentable caso.