Según informes recientes como PISA 2022 y ENLA 2023, nuestros estudiantes muestran uno de los rendimientos más bajos en matemáticas, resolver esta situación no es solo un desafío educativo, sino una necesidad estratégica para la competitividad económica y el desarrollo social del Perú. Las cifras no mienten. Los estudiantes peruanos, especialmente en zonas rurales, tienen serias dificultades para alcanzar las competencias básicas en matemáticas.
Esta crisis comienza en las aulas de primaria, donde conceptos fundamentales como fracciones o decimales no se dominan, y se agudiza en la secundaria, con problemas más complejos como el álgebra y la geometría, según lo señala Hugo Díaz en su análisis sobre el estado de la enseñanza matemática. Subraya que estas deficiencias no solo responden a problemas de aprendizaje, sino también a un sistema educativo que prioriza la memorización sobre el razonamiento lógico y la aplicación práctica. La consecuencia: jóvenes, sin las herramientas necesarias para enfrentar un mundo que exige cada vez más pensamiento crítico y habilidades analíticas.
Pero las matemáticas no son solo un tema académico. Son la base de disciplinas tecnológicas como la inteligencia artificial (IA), un campo que las economías de APEC, reunidos la semana pasada en nuestro país, consideraron esencial para el desarrollo futuro. La IA no es solo algoritmos y programación; es la herramienta que impulsa desde avances médicos hasta la eficiencia empresarial. Sin embargo, el Perú enfrenta un déficit crítico de profesionales capacitados en esta área, lo que limita su capacidad para participar en la economía digital global. ¿Cómo cerrar esta brecha? La respuesta podría estar en la propia IA.
Salman Khan, visionario educativo, propone una revolución impulsada por la IA en la enseñanza, donde los docentes dejan de lado las tareas repetitivas y se enfocan más en inspirar y guiar. La IA emprende ya el camino de personalizar el aprendizaje, adaptándose a las necesidades individuales de cada estudiante. Khan imagina un aula donde la IA identifica en tiempo real las áreas débiles de un alumno y le proporciona ejercicios y explicaciones específicas para fortalecerlas. No importa si estás en Lima o en una comunidad rural de la Amazonía; la IA puede democratizar el acceso a una educación de calidad.
La IA puede, asimismo, actuar como un tutor disponible las 24 horas del día, guiando a los estudiantes en problemas complejos y ayudándolos a superar el miedo a equivocarse. En lugar de memorizar fórmulas, los alumnos pueden resolver simulaciones prácticas, enfrentándose a problemas reales en un entorno seguro y controlado. La posibilidad de conectar estudiantes y docentes de diferentes partes del mundo a través de redes de colaboración impulsadas por IA también abre las puertas a un aprendizaje interdisciplinario y global.
Una generación que crece con el apoyo de la IA no solo será más competente en matemáticas, sino que estará mejor preparada para liderar en campos tecnológicos avanzados. Esto es crucial para responder al llamado de APEC y posicionar al Perú como un actor competitivo en la región. Sin embargo, la implementación de estas soluciones requiere visión política, inversión estratégica y el compromiso de transformar el sistema educativo desde sus cimientos. ¿Estaremos a la altura del desafío?