La intempestiva remoción y los testimonios que ha brindado el que hasta hace tres días se desempeñaba como ministro del Interior, Mariano González, sobre los vínculos entre el presidente Pedro Castillo y la corrupción ponen al país en una hora de definiciones.
Desde este Diario, hemos sido enfáticos al señalar que la mejor salida a este trance es la renuncia del mandatario. Sin embargo, percibimos que esa posibilidad es también remota, y la comparecencia del jefe del Gabinete, Aníbal Torres, ayer en la Comisión de Fiscalización del Congreso, en la que intentó tomarle el pelo a la ciudadanía afirmando que la salida de González se debía a que en sus largos 15 días a cargo del sector Interior no había hecho nada para reducir la inseguridad ciudadana, no hace más que ratificar esta percepción.
Así, las miradas han pasado a concentrarse en la plaza Bolívar y en las posibilidades de que la representación nacional pueda remover a un jefe del Estado que ha vuelto a mostrar hasta qué punto es capaz de llegar en el uso de sus facultades para evitar que los líos que él y varios de sus allegados tienen con la justicia puedan seguir su cauce. Y entre todos los grupos presentes en el hemiciclo, hay uno cuyas incomprensibles decisiones internas han venido sorprendiendo en los últimos días. Nos referimos a Acción Popular.
A menos de dos años de la efímera y turbulenta presidencia de Manuel Merino, resulta difícil entender lo que pasa por la cabeza de los dirigentes del partido de la lampa. Como si no bastara ya con los cuestionamientos que pesan sobre algunos de sus legisladores (como Wilson Soto, señalado por presuntamente haber plagiado su tesis para obtener su título de abogado), el descrédito que arrastra la gestión de María del Carmen Alva al frente del Congreso (desaprobada por el 72% de los peruanos, según la última encuesta de El Comercio-Ipsos) e incluso el cerco fiscal sobre seis integrantes de su bancada involucrados en el caso de ‘Los Niños’, en el histórico partido fundado por el expresidente Fernando Belaunde parecen empeñados en mellar aún más su ya maltrecha imagen.
Precisamente, el caso de ‘Los Niños’ es, por lejos, el más grave de todos. Esto, porque implica a al menos seis de los 15 integrantes de la bancada en una presunta trama de corrupción con nexos en las esferas más altas del Poder Ejecutivo. Pero también, y en momentos determinantes como este, porque compromete la postura total del grupo parlamentario respecto del Gobierno.
Sin embargo, en Acción Popular no parecen incómodos con esta circunstancia y, más bien, han seguido manteniendo a los congresistas salpicados por el ‘affaire’ en primera línea. El lunes, por ejemplo, la bancada ratificó a Elvis Vergara, uno de los implicados en el escándalo, para que continúe como vocero titular durante el período legislativo 2022-2023. Ello, pese a que a Vergara y a su colega Jorge Luis Flores se les ha abierto una investigación en la Comisión de Ética del Parlamento, justamente por el caso de ‘Los Niños’. Además, Vergara (que ayer cuestionó al exministro González en el Parlamento por su “emotividad” al brindar su testimonio) ha sido designado para encabezar las negociaciones por Acción Popular de cara a la conformación de la nueva Mesa Directiva del Congreso en la que un sector de la bancada cercana a ‘Los Niños’ estaría –según pudo conocer este Diario– conviniendo una candidatura con bancadas de izquierda.
Pero hay más. El domingo 17, el alcalde de San Martín de Porres, Julio Chávez, juró como nuevo secretario general de Acción Popular acompañado por Vergara e Ilich López, otro de los legisladores sindicados de integrar el grupo de ‘Los Niños’, quienes también han pasado a conformar el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido.
Gestos de este tipo resultan francamente desconcertantes. Pues al darles protagonismo a los legisladores involucrados en el escándalo su sombra no hace más que extenderse por todo el partido, poniendo en tela de juicio, como dijimos antes, la postura de la bancada respecto del Gobierno en momentos cruciales para la continuidad de este último.