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La tuvo uno de sus mejores desempeños históricos en la década entre el 2003 y el 2013. En ese período, la pobreza cayó vertiginosamente, el empleo mejoró mucho y la clase media se ensanchó como nunca. La razón central fue unaque –motivada en parte por el alza en el precio de los minerales– creció a tasas promedio de 13% por año.

El país todavía no ha logrado repetir el llamado milagro peruano, pero la dinámica de la inversión privada, por primera vez en mucho tiempo, parece acercarse a los umbrales de antes. De acuerdo con el último Reporte de Inflación del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), presentado el viernes pasado, este año la inversión privada crecería casi 10%. Excluyendo el rebote posterior a la pandemia, sería la tasa anual más alta registrada desde el 2012. De acuerdo con el ente emisor, uno de los factores que explican la revisión al alza de la proyección es el mejor desempeño de la inversión del sector inmobiliario. En buena cuenta, es esta dinámica general de la mayor apuesta de los empresarios por el futuro del país lo que subyace a los mejores indicadores económicos que hemos visto durante el 2025 en PBI, empleo, pago de tributos, etc.

Con todo esto, el Perú debería ser el tercer país con el mayor de la región este año, solo detrás de Paraguay y Argentina. Aun así, la sensación es que, dados los precios récord del cobre y del oro –nuestros principales productos de exportación–, el país podría estar creciendo incluso más. La volatilidad política, advertía antes el presidente del BCR, Julio Velarde, pasó una costosa factura al potencial de expansión nacional que seguimos pagando.

La resiliencia no deja de ser sorprendente en medio de un contexto electoral sumamente incierto. Por ahora, los indicadores económicos aún no reflejan el nerviosismo que sí se veía en otros años preelectorales. Hacia el 2026, advierte el BCR, hay riesgos, como una corrección en el precio de los minerales o el recrudecimiento de conflictos internacionales, pero el Perú, por lo menos, está entrando a un año difícil con buen pie. Con algo de suerte, estos podrían ser los cimientos ideales para conseguir otra década de gran crecimiento y reducción de la pobreza. Pero mucho depende de la forma que le podamos dar a la política del país en las elecciones del próximo año.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Editorial de El Comercio

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