Por primera vez desde que concluyó la Gran Guerra Alemania ha rendido, con una multitudinaria concentración en Berlín, homenaje a sus soldados muertos. La ceremonia tuvo características realmente conmovedoras. Se dispusieron dos minutos de silencio donde los miles de presentes inclinaron la cabeza, lloraron y oraron o recordaron a sus seres queridos que perecieron en la lucha. Un grupo de comunistas trató de restar solemnidad al acto con pitos y matracas, pero la multitud acalló inmediatamente a los indeseables.
H.L.M.