No hay sentimiento más arraigado al pasado que el abandono, pero no existe futuro si viene de una madre. Las comunidades indígenas , wawain y tutino, en el río Cenepa, región de Amazonas, se enfrentan día a día a dragas ilegales, mineros abusivos y una escasa presencia de autoridades. Viven inmersas en un vacío de corrupción.

Según el Ministerio del Ambiente, entre el 2014 y 2023 se registraron 6.249 denuncias de minería ilegal en el país, 3.470 en los últimos tres años. Una cifra alarmante. Si vamos al distrito del Cenepa, la organización Paz y Esperanza identificó 53 puntos de explotación minera en el tramo del río que lleva el mismo nombre. Es doloroso imaginar el pesar y el arrepentimiento de estas comunidades por aceptar la presencia y dominio de los mineros ilegales.

La Defensoría Municipal del Niño y del Adolescente del Cenepa reporta un incremento en abusos y trabajo infantil debido a los “apash”, como se les llama en lengua awajún. Además, cerca de 20 menores dieron a luz en los últimos tres años. Este panorama despierta una indignación comparable solo a la de los padres al ver a sus hijos trabajando para los mineros ilegales foráneos a la comunidad.

Sin embargo, no todo es blanco o negro. Zebelio Kayap Jempetik, expresidente de Odecofroc, explicó que los brindan trabajo, apoyo económico y ayuda en emergencias. Es fácil comprender el dilema de estas comunidades: están atrapadas “entre el río y los mineros ilegales”.

Algunos habitantes no aprueban estas prácticas y, como Augostina Mayán Apikai, exdirectora de Odecofroc, son obligados a abandonar sus tierras por amenazas. Según el Mongabay, el pasado 9 de junio, miembros del pueblo awajún bloquearon el río Comaina para detener a 10 mineros ilegales hasta la llegada de las autoridades. Probablemente, quienes participaron en este bloqueo fueron amenazados, agredidos y desterrados.

No podemos juzgar las decisiones de las comunidades indígenas. Han sufrido y seguirán haciéndolo. Trabajan con el enemigo porque, si no, solo les esperan hambre y golpes. Entre la espada y la espada, su lucha es por sobrevivir.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Carlos Mendives Torres es estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de San Martín de Porres

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