“Necesitamos aprobar la ley de imprescriptibilidad de delitos de corrupción”, sostiene Marco Arana.
“Necesitamos aprobar la ley de imprescriptibilidad de delitos de corrupción”, sostiene Marco Arana.
Marco Arana

Desde los orígenes de la República en 1821, el Perú ha intentado salir de sus dilemas de desigualdad, colonialismo cultural y económico, discriminaciones múltiples, pobreza, el centralismo exacerbado, la dependencia económica y política, el saqueo de sus recursos naturales, la ausencia de un Estado laico, las amenazas recurrentes a la débil institucionalidad democrática y la existencia de una corrupción sistémica. No obstante, las dictaduras lo han acechado hasta recientemente, como lo sufrimos con la amenaza del terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA o el tiránico régimen de Fujimori y Montesinos que terminaron presos.

Necesitamos un país que cambie de rumbo, que construya la sociedad del buen vivir. Que sea capaz de construir una democracia posterrorismo, pos Lava Jato y, ciertamente, pospandemia.

Los peruanos y peruanas deberemos encontrar acuerdos para definir un nuevo marco constitucional, un nuevo contrato social y natural para el cambio del actual paradigma civilizatorio. No renunciemos a la esperanza y a las posibilidades de construir un Perú mejor, no solo para nosotros, sino de cara a nuestra responsabilidad moral y ecológica para con las generaciones futuras. Ellas deberán enfrentar las consecuencias de los terribles daños ecológicos que hemos acumulado por siglos y que la comunidad científica comienza a denominar Antropoceno.

En lo económico, debemos salir del modelo primario exportador, de grandes impactos ecológicos y alta conflictividad social. Necesitamos diversificar y planificar nuestra economía sobre la base de nuestra biodiversidad y pluriculturalidad.

Marco Arana

No podemos condenarnos a seguir siendo proveedores de materias primas, sin mayor valor agregado, sin utilizar los recursos de las actuales exportaciones para diversificar nuestra economía, para lo cual es fundamental invertir en ciencia y tecnología y promover el desarrollo de actividades económicas no tradicionales con mayor valor agregado, basadas en una gestión adecuada de nuestra biodiversidad y el inmenso potencial para el desarrollo de energías limpias.

Pensar la economía diversificada, con sostenibilidad ecológica, con prioridad en inversión en educación pública de calidad con acceso de fondos para investigaciones científicas y tecnológicas que sirvan para la gestión y el desarrollo de nuestra biodiversidad y pluriculturalidad. Debemos avanzar hacia la economía y la sociedad del buen vivir.

En materia anticorrupción: en nuestro paso por el Congreso 2016-2019, conseguimos la ley de muerte civil de los corruptos. Necesitamos aprobar la ley de imprescriptibilidad de delitos de corrupción, fortalecer todo el sistema estatal anticorrupción, con una activa vigilancia ciudadana empoderada y legalmente reconocida.

Igualmente, necesitamos que los altos funcionarios no tengan secreto bancario y, en el caso de los congresistas, que estos puedan ser renovados por mitades con elecciones ciudadanas. Los mecanismos de puertas giratorias deben espaciarse por diez años y la prohibición de cuentas ‘offshore’ regirá para todos los funcionarios públicos.

En seguridad ciudadana, hay que trabajar más en prevención comunitaria. La labor de la familia y la educación deben ser fortalecidas, no solo para promover valores, sino para dar mejores oportunidades de vida digna a nuestras juventudes.

La reforma policial busca seleccionar mejor a los aspirantes, tener una escuela única de formación policial, independizar la Inspectoría y la Defensoría de la Policía, así como dotarla de más recursos financieros, para más personal, mejor formación y equipamiento; así como para la recuperación del reconocimiento social sobre la base de su efectividad para evitar los delitos, combatir el crimen organizado, la delincuencia común, el narcotráfico, los delitos ecológicos y la violencia familiar.

Urge recuperar el derecho a la salud. La Constitución neoliberal de 1993 la convirtió en una vulgar mercancía y lo estamos viendo en estos tiempos de pandemia, con los abusos de los monopolios de medicamentos y de oxígeno, o los abusos de las clínicas privadas. Instalaremos fábricas de oxígeno en todos los hospitales públicos; contrataremos personal idóneo en los puestos de salud; apoyaremos a los científicos peruanos, a nuestras universidades y empresarios peruanos con capacidad de producir vacunas, equipos de bioseguridad o equipos médicos.

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