El martes 29 de junio, el economista Daniel Córdova, aliado de Fuerza Popular, señaló que la Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de Estados Americanos (OEA) no ha hecho “el trabajo necesario” en los comicios de segunda vuelta para identificar las irregularidades denunciadas por el fujimorismo. Llegó a tildar el rol del grupo internacional como “casi turístico”.
“La misión [de la OEA] no es una misión que está haciendo el trabajo necesario para detectar esas anomalías. Es un trabajo superficial, casi turístico”
Daniel Córdova, desde Washington D.C., en entrevista con RPP
Esta afirmación es falsa.
De acuerdo con información disponible por la propia OEA, sus misiones de observación electoral (MOEs) se guían por métodos de trabajo específicos, previa capacitación. Si bien la labor parte de la premisa general de verificar que los comicios observados hayan sido democráticos, estos grupos también recopilan información, reportan durante todo el proceso y elaboran conclusiones con base en indicadores contrastados con el trabajo de campo.
Así, se ocupan de comprobar si el voto fue, efectivamente, universal y equitativo; si los votos se suman y tabulan “de manera imparcial y exacta”; si hay garantías básicas para campañas electorales competitivas y “en igualdad de condiciones”; si, después de la elección, “hay proclamación ilegal de los resultados”, entre otros casos. Para ello, utilizan varios formularios preestablecidos, que deben rellenar con base en sus análisis sobre las diferentes etapas del proceso.
En diálogo con El Comercio, el exembajador en Estados Unidos, Harold Forsyth (quien, además, ha sido observador electoral en seis comicios internacionales), remarcó que las misiones se han institucionalizado en el mundo para la verificación minuciosa de procesos democráticos y que su labor nunca se ha cuestionado.
“Los observadores actúan sobre la base de un protocolo preestablecido, que incluye contactos previos con los candidatos, estudio a fondo de la legislación electoral, contacto previo con la autoridad electoral (Jurado Nacional de Elecciones), contactos establecidos de trabajo con la ONPE, viajes por diversos lugares del país para comprobar el acceso de los ciudadanos a las mesas, comprobación de la difusión electoral, acceso de los candidatos a los medios de comunicación, acceso a la publicidad electoral en radio y televisión de acuerdo a la ley vigente, verificación de la imparcialidad del gobierno y de las autoridades públicas, control del trabajo de las instituciones, y verificación en el terreno de la eficiencia de los procedimientos”, explicó el diplomático.
Forsyth refirió que, el día de la elección, los observadores se despliegan en el país y aplican mecanismos para concluir la jornada con información precisa, a fin de emitir sus reportes.
“Entonces, si se dice que [los observadores] ‘han venido de turismo’ o cosas por el estilo, eso es desconocer su trabajo y desconocer los hechos. Pero no es que ese comentario afecte a los observadores, sino que afecta a la propia Secretaría General de la OEA, que es la que hizo la designación. Afortunadamente, nunca ha pasado eso [de encontrarle cuestionamientos a sus labores]. En verdad, el prestigio de la OEA en este tema [observación electoral] es muy alto”, expresó el exembajador.
Otra crítica esgrimida por aliados del fujimorismo es que las presuntas irregularidades “no podían” advertirse el mismo día de la elección y que, por tanto, el comunicado del 7 de junio, en el que la Misión califica a la jornada de democrática, habría sido adelantado.
Consultado al respecto, Forsyth señala que las misiones siempre dan un pronunciamiento el mismo día de la elección o poco después “porque es el propósito de la observación tener un resultado en el momento”. “Los electores esperan esas conclusiones. Si los observadores esperaran hasta después, no tendría sentido. Ahora, si es que, a lo largo del proceso, la Misión descubriera irregularidades, estaría en la obligación de decirlo, pero no lo ha hecho”, enfatizó.
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El 24 de junio, la Misión de Observación Electoral de la OEA en Perú informó que “continúa dando seguimiento al desarrollo de la fase post electoral del proceso” y que “ha observado el trabajo de los jurados electorales especiales (JEE) que resolvieron las actas observadas, así como las acciones de nulidad presentadas y las apelaciones ante el Jurado Nacional de Elecciones”.
Al respecto, el grupo indicó haber constatado que “dichos procedimientos se han realizado con apego a la ley y a los reglamentos vigentes, y saluda que el sistema peruano cuente con las garantías del debido proceso” y que “los partidos políticos en contienda tuvieron las mismas oportunidades para presentar sus reclamos y ser escuchados”.
Este Diario se contactó con Daniel Córdova para conocer si tiene algún comentario adicional o aclaración sobre lo dicho con respecto a la Misión de Observación Electoral de la OEA. El economista se ratificó en su postura e insistió en el término “fraude”.
“Considero que las labores de dicho grupo acreditado han sido superficiales y por ende incapaces de detectar el fraude. Como aún no cierran su trabajo, espero que hagan un análisis prolijo de las denuncias de fraude en mesa (alteración de actas , rellenadas con votos en favor de Castillo) y lleguen a la verdad”, nos respondió.
ACTUALIZACIÓN: Luego de publicada esta nota, el economista y presidente de Invertir Libertad, Daniel Córdova, envió una carta a El Comercio, bajo el título “Sí hay pruebas de fraude y el mundo lo sabrá”. En el texto, aduce que hay una “campaña de desprestigio” alrededor de la defensa que ha emprendido en favor de Fuerza Popular junto a otros ciudadanos. También señala que las personas “que creen dicha narrativa” lo hacen por “ignorancia, pereza, ideología o, simplemente, por fanatismo anti-fujimorista”.
En otro momento de la misiva, menciona el tema tratado en la publicación de este Diario y cuestiona “las gestiones diplomáticas de Cancillería para ocultar lo evidente”:
“Se logró que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la Misión Observadora de la OEA, la Embajada de la Unión Europea y el gobierno de Canadá manifestaran su satisfacción por el proceso electoral. Incluso los medios de comunicación, como este diario el día de ayer, consideraron “falsa” mi afirmación sobre el carácter superficial del trabajo de observación de la mencionada Misión de cara a un probado fraude en Mesa que solo se ha podido comprobar a posteriori (y no por su presencia en 200 Mesas). Ello basándose únicamente en la opinión de Harold Forsyth, uno de los personajes políticos que apoya la cruzada por ‘cerrar los ojos’ frente a la evidencia de alteración de actas, traicionando el voto popular”, estima el exministro Córdova.
Finalmente, sostiene que, desde su perspectiva, “hay dos conjuntos principales de pruebas de fraude: la identificación de actas adulteradas y el comportamiento prevaricatorio del JNE”.
Más información
-A inicios de marzo de este año, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ya había acreditado a 17 organismos para la observación de los comicios. Entre las diferentes instituciones, estaban la OEA (con 26 observadores), el Comité Ecuatoriano de Derechos Humanos, la Asociación de Juristas de Iberoamérica, el Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, y el Observatorio de la Democracia del Parlamento del Mercosur.
-También se sumó la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore). Esta última trabaja con países miembros, como Canadá, México, Estados Unidos y Perú. Además, tiene asistencia del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel) del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH).
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