Martín Vizcarra: Los gestos de su presentación ante el Congreso bajo análisis

La presentación de Vizcarra generó expectativas. La noche del jueves, el primer ministro Walter Martos señaló que el presidente tenía actividades programadas para este 18 de septiembre en la mañana en Trujillo, en entrevista en Canal N. No aclaró si viajaría luego de presentarse ante el Congreso. Varios legisladores solicitaron que Vizcarra asista al pleno para responder.

Para Jeffrey Radzinsky, director del Grupo Fides, y para el politólogo José Incio, Vizcarra no ha quedado mal parado por esto. “Los que nuevamente quedaron mal parados y desubicados son una serie de políticos y congresistas que decían que [Vizcarra] se había corrido, que tenía otra agenda. La citación era a las 10 y llegó a las 10”, dice Radzinsky.

A ello, Incio le agrega que si bien puede generar algún malestar a los congresistas, no sucedería lo mismo en la ciudadanía. “Ha dejado fuera de guardia a los partidos que empezaban a tomar una decisión [en base a la idea de que no iba a ir]”, añade.

Al inicio de su presentación, Vizcarra indicó que muchas personas le recomendaron que no asista al pleno, pues su presencia “podía avalar un procedimiento que no se acoge a ley” y que muchas veces se usa estas circunstancias para maltratar a los invitados.

¿Hizo bien en ir? Para Radzinsky, “más allá de las obligaciones jurídicas, creo que hace bien en ir. Lee bien lo que siente la gente”.

La politóloga Gabriela Vega coincide en que Vizcarra hizo bien en asistir. “El presidente hizo su parte: asistió, participó y se retiró para que pueda continuar con la defensa su abogado. Es un gesto de respeto al proceso, a los congresistas y a la ciudadanía. Esos gestos importan”, señalan.

Para los tres especialistas, Vizcarra hizo bien en retirarse. “Si se hubiera quedado, estaríamos hablando de la cara de Vizcarra cuando escuchó lo de Shakira. Creo que él trata de tomar distancia, y me parece que está bien, no solo por su estrategia para salvarse de la vacancia, sino porque da la imagen que hay cierta institucionalidad. Queda bien con la ciudadanía y deja que el Congreso haga su espectáculo solo”, dice Incio.

El discurso de Vizcarra fue corto, y antes de acabar dijo que se iba a seguir trabajando; mientras, su abogado se quedó a responder ante el pleno.

Para Incio, es positivo que haya sido corto, pues la atención ciudadana estará en esta parte y en la votación. “Hacerlo corto, efectivo e ir al grano es como decir: ¿Estos audios ameritan una vacancia o dejemos que la investigación continúe? Creo que ese es el mensaje fuerza detrás”, añade.

Radzinsky considera que lo que está haciendo Vizcarra es cambiar, nuevamente, el eje de la discusión: pasar a hablar de la pandemia y cómo la situación va mejorando. “Dice ‘no nos podemos detener; miren lo que están haciendo, y las horas y los días que le dedican a esto en lugar de a las prioridades que les ofrecieron a sus electores'”, señala.

Para ellos, la importancia de este gesto radica más en mostrar que el Ejecutivo sigue trabajando antes que en evitar exponerse a los insultos que se puedan producir durante el debate parlamentario.

¿Fue un discurso que pueda convencer a los opositores o a los que están en duda? Para Incio, este fue el punto flaco de la presentación. “Ha sido un discurso para ganarse a la ciudadanía, y que ellos presionen a los congresistas; pero esa es una jugada muy riesgosa. Uno de los errores más grandes es que si bien puedes tener una estrategia para pechar al Congreso, no puedes hacerlo sin tratar de conseguir aliados dentro del propio Parlamento”, dice.

En cambio, Vega y Radzinsky consideran que era muy difícil convencer a los que estaban a favor de la vacancia. “La estrategia seguida hasta hoy ha sido no discutir los hechos sino la relevancia del caso, por lo que un discurso presidencial difícilmente habría logrado calar en las fuerzas que ya se decidieron por la vacancia”, sostiene Vega.

“Como la mayoría tiene su voto decidido antes de oír a Vizcarra, el tema no pasa por la persuasión. La decisión no se modifica a partir de lo que diga el presidente o su abogado. No es una lógica deliberante a partir de la que se saca conclusiones; son posturas definidas y lo que se miden son los gestos. ¿Qué están ponderando más? Que la mayoría ciudadana no quiere la vacancia, los escenarios, etc”, añade Radzinsky.

Además, Vizcarra mostró dos cartas notariales de su exasistenta Karem Roca en las que se disculpaba por las afirmaciones hechas sobre la Marina de Guerra y el ministro Carlos Estremadoyro.

“Les dice ‘están haciendo tanto escándalo, incluso vacarse a un presidente, por audios que no se han corroborado, no han investigado ni visto el delito’. Y para que vean que esto se cae empieza a mostrar las contradicciones de los propios audios que ellos usan como fuente", dice Incio.

Estas cartas debilitan la credibilidad de las grabaciones, fuentes usadas para la vacancia, según los analistas.

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