La cúpula de Fuerza Popular radicalizó su discurso conservador y logró tres victorias que mostraron a una bancada mayoritaria renovada y sólida. Pero dentro del grupo el fraccionamiento es más notorio y las renuncias solo no se dan por un sentimiento de lealtad a su lideresa Keiko Fujimori, quien cumple una orden de 36 meses de prisión preventiva.
La elección de la Mesa Directiva (en la que impusieron la candidatura de Karina Beteta), la recomposición de comisiones (por la que mantienen la balanza de los votos a su favor) y la designación de los presidentes de las comisiones (en la que lograron la reelección de Rosa Bartra como titular de Constitución) son las tres claves de esta cúpula de Fuerza Popular, que se muestra envalentonada ante sus opositores.
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En el 2016, la fracción fujimorista tenía una división de índole familiar: keikistas versus albertistas. Estos últimos seguían los pasos de Kenji Fujimori y renunciaron en bloque en el 2018. Doce congresistas dejaron Fuerza Popular bajo la consigna de que su cúpula no representaba a Alberto Fujimori. Salvo Kenji,el bloque era de provincianos.
Por eso no es de extrañar que el siguiente fraccionamiento identificado en Fuerza Popular fuera el de keikistas (entiéndase la cúpula) versus provincianos. La polarización generada por este último grupo se dio por impulso de Daniel Salaverry, tras su elección como titular del Parlamento.
Salaverry siempre habló sobre la incomodidad de 30 provincianos por las decisiones de la cúpula. Pero bajo su presidencia solo 6 fujimoristas renunciaron. Cuando postuló a la reelección en la Mesa Directiva, Salaverry aseguró que podría captar 15 votos provincianos. Pero eso no sucedió. Fuerza Popular votó en bloque y logró todos los votos disponibles.
—En busca del centro—
Ahora, el proceso de radicalización creó un nuevo fraccionamiento, por el que varios miembros de la cúpula se han separado y prefieren mantenerse como ‘independientes’ (por eso aún pueden coincidir en algunas votaciones, ver infografía).
Mientras, los provincianos se acomodan a uno de estos dos bandos, según sus propios intereses. La cúpula e ‘independientes’ presentaron sus listas para la elección interna de las presidencias de las comisiones del Congreso.
Entre los llamados ‘independientes’ están Úrsula Letona, Miguel Torres, Leyla Chihuán, Lourdes Alcorta, Alejandra Aramayo y Karla Schaefer, entre otros. Todos han mostrado sus discrepancias por la radicalización y siguen en la bancada por lealtad a Keiko Fujimori (a quien expresaron el malestar).
Letona reconoció lo de la “radicalización” en la bancada y lo atribuyó a la polarización que existe en el país. En su opinión, es claro que hay una facción más conservadora versus un grupo más liberal en lo económico y lo dogmático.
“Esta cimentada radicalización, como la llama la prensa, sincera posiciones ideológicas. En Fuerza Popular hay quienes creemos en la familia pero sin caer en posiciones que podrían entenderse como extremistas”, dijo Letona.
En ese sentido, la exvocera fujimorista indicó que es obvio que se vaya renunciando a posiciones como la manifestada por Keiko Fujimori en Harvard sobre la unión civil con fines patrimoniales, que es más de centro. “La posición que parece haber tomado ventaja es aquella más radical en estos temas, pues ni siquiera se han discutido. Deberíamos mirar más al centro, que es aquello que podría generar más consensos”, señaló.
Luego añadió: “La bancada debería retomar una agenda técnica. Así como se le ha preguntado al presidente Vizcarra cuál es la obra emblemática, cabe preguntarle a la bancada cuál es la reforma emblemática impulsada”.
Los ‘independientes’ no han tenido problemas en mostrar sus discrepancias internas en las votaciones en el Congreso. En mayo pasado, Alejandra Aramayo, Miguel Torres y Leyla Chihuán (entonces primera vicepresidenta del Congreso) votaron a favor de investigar al exfiscal de la Nación Pedro Chávarry, pese a que otros 13 colegas de su bancada estuvieron en contra.
“Es parte de la consolidación de la institucionalidad reconocer que hay dos facciones y yo pertenezco a una minoritaria que no ha ganado representación en Constitución ni en vocerías que tienen estilos, pero además [hay] temas de fondo diferenciados como la conceptualización y el ejercicio de derechos fundamentales de ciudadanos. Las diferencias pasan a ser deberes más que derechos, y yo aporto fundamentalmente en ese extremo a democratizar en argumentos a Fuerza Popular”, afirmó Aramayo a El Comercio.
Los ‘independientes’ han recibido ataques desde las redes sociales. En la previa a la elección interna de las presidencias de las comisiones, el grupo fujimorista La Resistencia utilizó el hashtag tuitero #BartraConstituciónMilagrosVocera, y atacó a Miguel Torres, quien competía con Bartra por de Constitución.
El mismo día de la elección, en un chat interno, Aramayo defendió a Torres: “El ánimo electoral está al tope […]. Hasta las redes [sociales] están candentes, que con las armas que se defendieron, hoy atacan al compañero”, dijo. Este tema se discutió luego en la reunión por las presidencias.
Bartra negó dirigir La Resistencia y Luis Galarreta lamentó que “redes oficiales” hayan replicado a este grupo. Consultada sobre esto, Letona afirmó que está claro que se trató de mensajes dirigidos a desprestigiar a Torres y que “fueron de muy baja calaña”.
“Torres merece mi respeto. Espero que los congresistas que tienen cercanía con este movimiento tomen las medidas correctivas y exijan unas públicas disculpas”, demandó.
La cúpula, pese al acuerdo interno de no repetir cargos, cambió las reglas un día antes de la elección para allanar la reelección de Rosa Bartra.
—Nuevos pilares—
En conversación con este Diario, Juan Carlos Gonzales, nuevo vocero alterno de la bancada, también se refirió a Torres: “Miky es joven, quiere hacer carrera, tiene que aprender que no todos pensamos como él, tiene que madurar”.
El pastor evangélico negó que exista una radicalización. Calificó como “una alegre casualidad” que personas del ala conservadora ocupen hoy puestos claves en la bancada. En ese sentido, reconoció que en estos primeros tres años la bancada tuvo voluntad de construir puentes, pero no se avanzó casi nada. “Ahora queremos tender puentes, dejar un legado. Vamos a presentar 5 pilares para sostener la gobernabilidad”, sostuvo.
El libro “El mal menor, vínculos políticos en el Perú posterior al colapso del sistema de partidos” (Carlos Meléndez, IEP, 2019) muestra que el fujimorismo duro, entre las elecciones del 2011 y 2016, representaba el 9% de la intención de voto. Hoy, el núcleo duro, según el politólogo, sería de alrededor del 6%. Un porcentaje que la bancada fujimorista busca aumentar para asegurar representación parlamentaria ante un posible adelanto de elecciones.
—Sumas y restas—
Debido a sus diferencias en torno al manejo de la Comisión de Constitución, Lourdes Alcorta renunció a este grupo el 31 de julio. Alcorta ya no asiste a las reuniones de bancada.
El pasado jueves, la bancada retiró a Alejandra Aramayo, Miguel Torres y Úrsula Letona de la Comisión Permanente, pese a que son los que menos inasistencias registran del bloque fujimorista.
Fuentes cercanas a Miguel Torres indicaron que este evaluaba renunciar al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Fuerza Popular.
La cúpula y los provincianos allegados a esta ganaron la elección interna de presidencias de comisión con 29 votos en promedio. Eso deja un margen de 25 congresistas (son 54 en la bancada) que serían de los ‘independientes’ con algunos provincianos.