
Escucha la noticia
De escéptico bebedor de whisky a coleccionista Guinness: así fue como Johnny Schuler se convirtió en el gran defensor del pisco
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
En 1989, Johnny Schuler probó por primera vez el pisco. Y la experiencia le cambió la vida. Fue en una cata en Arequipa a la que asistió por compromiso, más escéptico que interesado. “Yo no tomaba pisco, tomaba whisky”, recuerda entre risas. Sin embargo, el contenido de su copa lo dejó sin palabras: “Se abrió el cielo. Salieron arcángeles con trompetas, jazmines, frutas tropicales. Era mejor que cualquier tequila, coñac o ron. Y era peruano”. Aquella revelación marcó el inicio de una misión personal que se mantiene hasta hoy: defender, promover y educar sobre el pisco en el Perú y el mundo.

Schuler es hoy una de las voces más autorizadas y visibles del pisco. Ha sido conductor de programas de televisión, autor de libros especializados, jurado internacional, embajador de marca y promotor infatigable. Su colección privada de más de 2.000 botellas de pisco, la más grande del mundo, reconocida por Guinness, es testimonio de su pasión, pero también una declaración de principios: “Esta colección no es mía, es del Perú. Mi sueño es verla en un museo en la ciudad de Pisco, donde todo comenzó”.
Newsletter Provecho


MIRA: Sayani y el reto de hacer el match perfecto entre cocteles y la propuesta gastronómica
El origen del pisco
El pisco es una bebida con historia, identidad y carácter. Su nombre viene del puerto de Pisco, en la costa sur del Perú, fundado en 1572. El destilado aparece documentado desde el siglo XVII, y ha acompañado al país a lo largo de su vida republicana. Para Schuler, defender el nombre pisco no es solo una batalla comercial, sino una cuestión de justicia histórica. “Chile tiene una denominación falsa, tergiversada. Cambiaron el nombre de un pueblo en 1936 para llamarlo Pisco. Nosotros ya lo producíamos desde mucho antes”.
Él cree que este intento de Chile de apropiarse del Pisco nace precisamente en el siglo XIX, durante la guerra con el país del sur, entre risas cuenta que seguramente los soldados chilenos que ocupaban territorio peruano probaron el pisco por primera vez y quedaron maravillados.

Más allá del debate diplomático, Schuler insiste en que el pisco debe ser valorado por su calidad y singularidad. “No se parece a ningún otro destilado. Es incoloro, no pasa por madera, no tiene aditivos ni agua añadida. Se destila solo una vez, a partir de mosto fresco y con uvas específicas. Cada una tiene una estructura aromática distinta que recoge la esencia de nuestra tierra”.
El pisco se defiende de la boca para adentro
Pese a su convicción y logros, Schuler reconoce que la mayor amenaza para el pisco no está fuera del país, sino dentro. “El peruano defiende al pisco de la boca para afuera. Pero hay que defenderlo de la boca para adentro. Hay que tomarlo”. Las cifras son elocuentes: mientras en Chile el consumo per cápita de su destilado es de 3.5 litros al año, en Perú apenas se supera el tercio de litro. “No podemos pedir que el mundo lo consuma si nosotros no lo hacemos. Es parte de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestra identidad. Tómalo no porque es peruano, sino porque es bueno”.
El mercado internacional también supone desafíos. En las barras del mundo, el pisco compite con gigantes como el vodka, el whisky, el ron y el tequila. Por eso, Schuler propone una estrategia clara: posicionarlo como un destilado de nicho, de alta gama, ideal para coctelería sofisticada. “No quiero que entre como ingrediente de un cóctel exótico. Quiero que entre como el sexto gran destilado del mundo. Que un bartender diga: tengo cinco, ahora tengo seis”.

Portón: el sueño de la casa propia
En 2009, Schuler tuvo la oportunidad de llevar su pasión un paso más allá. Junto con el empresario estadounidense William Kallop fundó Pisco Portón, con la idea de crear un pisco de clase mundial. “Fue como tener la casa propia. Un sueño. Él puso el capital y yo el conocimiento. Formamos un equipo con los mejores: la destiladora Carmencita, el financista Eduardo, los expertos del campo. Compramos la bodega La Caravedo, que data de 1684, y empezamos a trabajar”.

Portón se convirtió en uno de los piscos más premiados y exportados del país. Su línea de mosto verde negra criolla es la favorita de Schuler, por su aroma a cacao, café con leche y frutas dulces. “Ese pisco recoge todo lo que aprendí, lo que escuché, lo que soñé”, dice. Hoy, aunque retirado de la gestión diaria, sigue vinculado como embajador global de la destilería, viajando por el mundo para dictar clases maestras y promover la marca Perú a través del pisco.
Pero no todo es celebración. Schuler advierte sobre el impacto del cambio climático en la vitivinicultura nacional. “La lluvia en época de vendimia puede ser fatal. Si llueve cuando la uva ya está lista, pierde azúcar y baja la calidad. Tenemos que empezar a investigar nuevas zonas de cultivo, tal vez subir a valles interandinos. Hay que pensar en 20, 30 o 50 años. Parece lejano, pero está a la vuelta de la esquina”.

También hace un llamado a las instituciones. “No basta con tener razón. Hay que defenderla con evidencia. En la UNESCO se está discutiendo el tema de la denominación, y no podemos presentar documentos improvisados. Necesitamos historiadores, técnicos, expertos que respalden nuestra posición con seriedad”.
Johnny Schuler deja un mensaje final para todos los peruanos, que es válido llevarlo también como bandera: “Tómalo no porque es peruano solamente, sino porque es bueno. Porque es limpio, sano, auténtico. Porque representa quiénes somos, de dónde venimos. Porque el pisco es Perú”.
Y mientras levanta una copa de mosto verde negra criolla, repite la frase que lo acompaña hace más de 30 años: “Salud. Y que viva el pisco”.

TE PUEDE INTERESAR
- Gaseosas con azúcar vs. gaseosas sin azúcar: ¿alguna es más saludable?
- Como en la casa de la nonna: Mamma Lola celebra 25 años con una cocina llena de confort y tradición
- Brass, el nuevo steakhouse en San Isidro que tiene las brasas como protagonistas
- ¿Quién fue Antonin Carême, el chef que inspira nueva serie de Apple TV+?
- Barranco, el distrito del buen café: 10 cafeterías imperdibles en este distrito











