Hace unos meses unos investigadores de la universidad Oxford publicaron un estudio en el que mostraban cómo los distintos patrones alimentarios eran menos o más amigables con el medio ambiente. Ellos llegaron a la conclusión que “existe una fuerte relación entre la cantidad de alimentos de origen animal en una dieta y su impacto ambiental, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero , el uso de la tierra, el uso del agua, la eutrofización y la biodiversidad”. En esta nota te brindamos 10 secretos para cambiar el mundo a través de la alimentación y así ayudar al medio ambiente.
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1. Consuma alimentos locales y de temporada:
La FAO por el Día mundial del agua, realizó un informe con consejos para ahorrar agua, y uno de ellos era el consumir alimentos locales y de temporada. La producción de frutas y hortalizas de temporada requiere menos agua. “Consuma más alimentos frescos. Los productos frescos son por lo general más saludables, y se necesita menos agua para producirlos que para producir alimentos elaborados”, indican.
2. Elimine o reduzca la carne:
Según un estudio que evaluó a 55 504 personas, entre veganos, vegetarianos, ‘pescetarianos’ y quienes comen carne, para conocer qué patrón alimentario genera más contaminación (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso), y cuál utiliza más agua, más tierra, más riesgo de eutrofización y pérdida potencial de biodiversidad, demostró que el reducir o eliminar los alimentos de origen animal puede contribuir sustancialmente a la reducción de la huella ambiental.
3. No compre por comprar
Algo que ocurre en muchos hogares es que no realizan una lista de compras adeacuadas y terminan comprando más alimentos de los que pueden cocinar y muchos de esos alimentos terminan en la basura. Según la FAO, el reducir el desperdicio de alimentos ayuda a cuidar el agua. “Se necesita mucha agua para producir los alimentos y llevarlos del campo a nuestro plato. La pérdida y el desperdicio de alimentos entrañan también el desperdicio de agua”, indica.
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4. Congele, no bote comida
A diferencia de lo que muchos piensan, el congelar es una gran técnica para no desperdiciar alimentos. Cuando se prepara de más o se compra de más, el congelar es una gran forma de poder hacer que los alimentos duren mucho más tiempo. Cuando las temperaturas son inferiores a 24°C bajo cero se detiene la actividad bacteriológica y enzimática que descompone los alimentos, y eso prolonga su durabilidad. En el Perú, según el Banco de Alimentos, el 33% de los alimentos que se producen terminan en la basura. Esta técnica podría ayudar a que muchas familias brinden una segunda oportunidad a varios insumos.
5. Usar el alimento en su totalidad
Se ha visto que el desperdiciar alimentos puede causar una gran pérdida de agua así como impactar en el medio ambiente, generando emisiones de dióxido de carbono o metano, es por ello que se recomienda usar en su totalidad los alimentos. Por ejemplo, tenemos frutas maduras que no deseamos comer, podemos convertirlas en mermeladas; si tenemos muchos residuos orgánicos podemos hacer compost.
6. Reducir el consumo de lácteos
El año pasado, la revista Science publicó en The New York Times un estudio que comparaba la huella ecológica de distintos tipos de leche (animal y vegetal). Se encontró que la leche de vaca es la menos sostenible en cuanto a las emisiones de dióxido de carbono y al consumo de agua. Por ejemplo, indica que por cada litro de leche de vaca que se produce, se consume 628 litros de agua y genera 3,2 kg de CO₂. Las bebidas o leches vegetales necesitan hasta un 60% menos agua que la leche de vaca. Las leches de soya y avena son las opciones más sostenibles si hablamos de consumo de agua.
7. Planifique las compras semanales
El planificar las compras semanales a través de una lista, ayudará a nuestra economía pero sobre todo ayudará a no desperdiciar alimentos. Antes de hacer la lista de compras, debemos ver qué tenemos o no en nuestra alacena, de esa forma solo compraremos lo que realmente se necesita y no se genera desperdicios. Una vez que tengamos la lista hecha, se debe intentar ser lo más apegados a esta. Además, si es posible no comprar alimentos cuyos empaques sean de plástico. “Reduzca el desperdicio de alimentos. Se necesita mucha agua para producir los alimentos y llevarlos del campo a nuestro plato. La pérdida y el desperdicio de alimentos entrañan también el desperdicio de agua”, indica la FAO.
8. No echar el aceite por el caño
Aunque para algunos no parezca importante, el echar el aceite usado de cocina (RAUC) es uno de los factores más graves de contaminación del agua. El aceite usado es capaz de crear una capa sobre la superficie del agua que dificulta el paso de oxígeno pudiendo matar a los seres vivos que viven en ríos o mares. Un estudio explica que “un litro de aceite usado contiene aproximadamente 5000 veces más carga contaminante que el agua residual que circula por las alcantarillas y puede llegar a contaminar 40 000 litros de agua, lo que equivale al consumo de agua anual de una persona en su domicilio”.
Es por ello, que se recomienda que el aceite usado de cocina se deseche en lugares establecidos. En casa, podemos echar ese aceite a botellas de plástico y luego se llevadas a centro especializados en donde hacen un tratamiento a esos residuos evitando la contaminación del agua.
9. Coma más proteína de origen vegetal
Como ya vimos en anteriores puntos, la carne, huevos e incluso los lácteos pueden generar un impacto negativo al medio ambiente, pero ¿qué comer? Una opción sostenible y económica es consumir más proteína de origen vegetal. Un estudio explica que ”la sustitución de proteínas animales por proteínas vegetales reduce el efecto invernadero de consumo y el tamaño de la reducción depende de la elección de alternativas vegetales”. “Se estimó que si toda la población holandesa come solo proteínas vegetales, se puede lograr una reducción de 6 megatoneladas de CO2-eq/año”, se lee en el paper.
10. Las tres erres
Finalmente, en la cocina podríamos poner en práctica las tres erres: Reduce, Recicla y Reutiliza. Reducir los productos de origen animal y las compras innecesarias, así como los productos envasados o que vienen de otras partes del mundo. Reciclar los envases que adquirimos y priorizar los que tienen más de un uso. Finalmente, el reciclar o separar todo en diferentes contenedores para poderlos brindar a organizaciones que pueden reciclar. Con estos consejos sencillos podremos generar un cambio en nuestra casa y el medio ambiente nos lo va a agradecer.
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