Michael Keaton en el crimen perfecto con “La piel del asesino”: una película que vale la pena ver

Michael Keaton regresa tanto delante como detrás de cámaras con su segunda película como director, “El plan del asesino”. Esta obra cinematográfica, que Keaton protagoniza y dirige, logra mezclar de manera magistral un drama humano con un thriller de suspenso. No es solo una película más sobre asesinos a sueldo, sino una exploración profunda de la fragilidad humana, la pérdida de memoria y el deterioro mental. Con actuaciones sólidas, un guion inteligente y una atmósfera opresiva, Keaton ofrece una película que, si bien no es perfecta, es una joya única en el panorama actual del cine de acción y suspenso.

En Saltar Intro de El Comercio ya hemos podido ver “El plan del asesino” y esta es nuestra opinión.

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Un asesino atormentado por el tiempo

“El plan del asesino” cuenta la historia de John Knox (Michael Keaton), un asesino a sueldo altamente capacitado con una vida llena de secretos y un pasado militar en operaciones especiales. Desde el principio, Keaton presenta a Knox como un hombre meticuloso y preciso, características esenciales en su oficio. Sin embargo, pronto descubrimos que su vida está a punto de cambiar para siempre: se le diagnostica Creutzfeldt-Jakob, una enfermedad neurodegenerativa rápida que le hará perder su memoria y sus facultades en cuestión de semanas.

Con esta premisa, la película nos introduce en un thriller que combina la lucha interna de Knox contra el reloj con su deseo de resolver los asuntos que ha dejado sin concluir en su vida personal y profesional. Keaton, tanto en su papel de actor como de director, logra mantener una tensión constante mientras exploramos las emociones de un hombre que sabe que está perdiendo el control, no solo de su mente, sino de su destino.

Un viaje entre la realidad y la inestabilidad

Una de las características más destacadas de “El Plan del Asesino” es la manera en que la película navega entre la realidad y la confusión mental de Knox. Keaton logra que el espectador sienta la ansiedad y la desesperación de su personaje al no saber qué es real y qué está fabricando su mente enferma. Esta incertidumbre se convierte en un recurso narrativo clave que mantiene al público al borde de su asiento.

En lugar de apostar por escenas de acción exageradas o violentas, Keaton opta por un enfoque más introspectivo y lento. Desde los primeros minutos, nos queda claro que esta no es una típica película de asesinos a sueldo. Knox, a pesar de ser el mejor en su campo, está en un punto de quiebre donde su destreza y precisión se ven constantemente desafiadas por su propia mente. Es aquí donde la película se distingue de otras del género Neo Noir, ofreciendo una mirada más íntima y humana del personaje.

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Un drama familiar que añade profundidad

El guion, escrito con una mezcla de crudeza y sensibilidad, también explora el conflicto familiar de Knox. Su relación con su hijo Miles (interpretado por James Marsden) añade una capa de vulnerabilidad a la historia. Miles, tras años de estar distanciado de su padre, acude a él en busca de ayuda cuando se ve envuelto en un asesinato. Este hilo narrativo añade un componente emocional que complementa la trama principal del deterioro mental de Knox.

Las interacciones entre padre e hijo son una mezcla de tensas y conmovedoras. Aunque a lo largo de la película se nos recuerda la distancia emocional entre ellos, el vínculo que los une es palpable, lo que añade una capa de realismo a sus conversaciones. Sin embargo, algunos espectadores podrían sentir que esta relación necesitaba más desarrollo para que el desenlace fuese más impactante. A pesar de eso, las actuaciones de Keaton y Marsden son convincentes y logran capturar la complejidad de sus personajes.

Un thriller sin grandes explosiones, pero con gran tensión

Keaton demuestra ser un director capaz de manejar tanto los momentos íntimos como los de alta tensión. Aunque “El plan del asesino” no está repleta de grandes secuencias de acción, las pocas que tiene están tan bien ejecutadas que logran mantener al espectador atrapado. Un ejemplo es una escena en una cabaña remota, donde Knox se enfrenta a una situación crítica que podría salir terriblemente mal en cualquier momento. La falta de diálogos extensos y la sutileza en la dirección visual crean una atmósfera que recuerda a los mejores thrillers psicológicos de la década pasada.

Uno de los puntos más fuertes de la película es su capacidad para crear suspense sin depender de los clichés típicos del género. No se trata de un asesino que tiene que luchar contra docenas de enemigos en tiroteos explosivos, sino de un hombre que debe lidiar con los límites de su mente mientras intenta salvar a su familia. Esta es una de las razones por las que “El Plan del Asesino” se siente tan fresca y original dentro de un género a menudo saturado de fórmulas predecibles.

Las interpretaciones que sostienen la película

Michael Keaton brilla tanto en su papel de director como en su interpretación de John Knox. Su actuación es contenida pero poderosa, transmitiendo la confusión y el miedo de un hombre que está perdiendo lentamente el control sobre su vida. Cada gesto, cada pausa en sus diálogos, está cuidadosamente calculado para mostrar el deterioro de su mente. Es una actuación digna de reconocimiento, que recuerda a sus mejores momentos en películas como “Birdman” o “Spotlight”.

El elenco de apoyo también está lleno de grandes nombres que, aunque tienen papeles secundarios, aportan mucho a la trama. Al Pacino, en el papel de Xavier, un viejo amigo de Knox, es una presencia calmada y sabia, que sirve como una especie de ancla emocional para Knox. Suzy Nakamura también destaca como la detective Emily Ikari, quien poco a poco va armando las piezas del rompecabezas, acercándose peligrosamente a descubrir el plan de Knox.

Fotografía y dirección: un viaje oscuro

La atmósfera visual de “El plan del asesino” es oscura, llena de sombras y espacios cerrados. El uso de la luz y las sombras no solo crea el escenario perfecto para los crímenes, sino que también refuerza la sensación de pérdida de control y desconcierto mental del protagonista. Los momentos en los que Knox sufre ataques de confusión están brillantemente representados con una mezcla de imágenes distorsionadas que nos hacen cuestionar qué es real y qué es producto de su mente enferma.

Keaton demuestra ser un director con un toque elegante, capaz de contar una historia visual que complementa a la perfección el tono frío y crudo de la película. Si bien algunos podrían criticar el ritmo lento de la película, es precisamente este ritmo lo que permite que los personajes se desarrollen y que la tensión aumente de manera gradual.

Conclusión: un thriller íntimo y reflexivo

“El plan del asesino” es una película que se sale del molde habitual de los thrillers de asesinos a sueldo, ofreciendo una historia más introspectiva y emocional. Michael Keaton, tanto en su rol como director y protagonista, entrega una actuación y una visión convincente que explora los límites de la mente humana y la fragilidad de la memoria. Si bien el ritmo lento y la falta de grandes secuencias de acción pueden no ser del gusto de todos, quienes busquen una película con una trama bien desarrollada y un personaje profundo encontrarán en “El plan del asesino” una propuesta intrigante y memorable.

Actualmente, “El plan del asesino” ya se encuentra disponible en todas las salas de cine.

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