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¿Te vas a la altura por Fiestas Patrias? Que tu digestión no arruine el viaje
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¿Te vas a la altura por Fiestas Patrias? Que tu digestión no arruine el viaje

¿Te vas a la altura por Fiestas Patrias? Que tu digestión no arruine el viaje

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se acercan y tú ya estás soñando con escapar a las montañas: Huaraz, Cusco, Arequipa, Puno… ¡hermoso! Pero lo que muchas veces olvidamos es que el mal de altura no solo se siente en la cabeza: tu digestión también entra en modo lento. Y si no te preparas bien, puedes terminar más hinchada que emocionada. Así que, antes de que te lances a más de 2.500 m.s.n.m., déjame contarte qué pasa realmente con tu cuerpo allá arriba y cómo alimentarte para disfrutar tu viaje sin dramas estomacales.

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¿QUÉ LE PASA A TU CUERPO EN LA ALTURA?

La altura significa menos oxígeno disponible. Tu cuerpo tiene que adaptarse a esta “hipoxia” y, para eso, prioriza funciones vitales: corazón, pulmones, cerebro. ¿Y qué sacrifica? Sí, la digestión. Esta se vuelve más lenta, el vaciamiento gástrico se retrasa y tu sistema digestivo entra en modo “low power”. ¿El resultado? Esa famosa hinchazón, gases, sensación de llenura eterna, náuseas y, a veces, hasta estreñimiento. Pero ojo, que tu microbiota también nota el cambio. El estrés del viaje, sumado al frío y a la baja presión atmosférica, es el combo perfecto para una alteración en el equilibrio de tus bacterias intestinales. Además, en altura se produce más adrenalina y cortisol, lo que afecta la motilidad intestinal y puede dejarte con tránsito lento o, al contrario, hacerte ir corriendo al baño. Súmale los cambios en la alimentación y el agua… ¡y ya tienes el cóctel perfecto para sentirte mal!

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Juan Carlos Fangacio
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Hinchazón abdominal, gases y flatulencia, náuseas, sensación de llenura precoz, estreñimiento y hasta diarrea ocasional son malestares estomacales que suelen afectar a quienes viajan a la altura.

Pero calma, no todo está perdido. Hay formas simples de ayudar a tu sistema digestivo a adaptarse mejor:

1. Come más lento y en porciones pequeñas:

No es momento para empacharnos, y menos el primer día. Comer en exceso o rápido aumenta el malestar. Es mejor fraccionar comidas y tener porciones pequeñas durante el día.

2. Elige alimentos fáciles de digerir:

Sopas claras, papas cocidas, arroz, quinua, pollo, verduras cocidas… alimentos tibios, suaves y conocidos. Ahora no es momento de experimentar con triple frituras ni cebiches exóticos, y mucho menos con condimentos que pueden terminar causando un tormento.

3. Hidrátate más de lo normal:

La hidratación ayuda al tránsito intestinal, y en altura pierdes más líquidos por la respiración y el frío. Por eso, dale a tu cuerpo infusiones como la muña y caldos calientes.

4. Evita alimentos muy grasosos o ultraprocesados:

El cuerpo tarda más en digerir las grasas y no tiene energía de sobra para esto (por lo menos en estos momentos). Es buena idea saltarse los embutidos y frituras para ayudar a la digestión.

5. Camina después de comer

¡Esto es clave! Un paseo ligero (y sin apuros) ayuda a activar la digestión e incluso a eliminar gases.

Beber infusiones de hierbas puede ayudar mucho a calmar los síntomas de un estómago que está siendo demasiado exigido por la altura. (Foto: iStock)
Beber infusiones de hierbas puede ayudar mucho a calmar los síntomas de un estómago que está siendo demasiado exigido por la altura. (Foto: iStock)
/ Taras Grebinets

¿Y qué pasa con la fibra? ¿La evito o la abrazo? Aquí entra la típica confusión. La fibra es importante en altura, pero hay que elegir bien. Evita los excesos de fibra insoluble (la que “raspa”): salvado de trigo, granos enteros muy duros, cereales integrales sin cocer, legumbres mal cocidas. En un intestino lento, pueden fermentar de más, causar más hinchazón o incluso irritar. Escoge alimentos como papas, yuca o camote cocido (fibra suave y almidones fáciles de digerir), avena cocida, frutas cocidas o maduras (manzana, plátano, papaya, pera sin cáscara), verduras cocidas como zapallo, zanahoria, espinaca. Y sí, mucha, mucha agua, para que esa fibra no se quede “atascada”.

La altura puede ser mágica, pero tu intestino no siempre lo vive igual. La clave está en escuchar a tu cuerpo, no sobrecargarlo y darle alimentos que pueda digerir fácilmente, sobre todo los primeros días. //

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