Llega marzo y los objetivos de Año Nuevo van pisando tierra. Algunos, ya se diluyeron con las semanas y otros persisten para convertirse en una realidad. Sin duda, uno de los más recurrentes es incluir al deporte como parte esencial del día a día. Aunque para muchos esto puede ser sencillo, para otros tantos puede implicar una tarea exhaustiva: ¿qué deporte elegir? ¿cómo acomodar mis tiempos para cumplir con ello? ¿cómo combatir la pereza y el piloto automático?
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La clave, en los últimos años, parece apuntar en algo inherente al ser humano, que es social por naturaleza: encontrar un espacio en comunidad para practicar deporte podría ser la solución.
“Cuando te sientes en un grupo con personas que comparten los mismos objetivos que tú, hace la diferencia. Te motiva, te impulsa. Asimismo, se crea un compromiso más fuerte a largo plazo, pues ver al entorno cumplir sus metas te lleva a ello también”, explica sobre este fenómeno María Paz León Muente, fundadora y CEO de Boost Studio, espacio de indoor cycling en la capital.
A lo anterior, se agregan otros beneficios como fomentar el bienestar mental o la producción de endorfinas, pues según expertos practicar un ejercicio en un ambiente grupal promueve también la liberación de hormonas de la felicidad.
“Los beneficios son múltiples y se pueden agrupar en tres bloques: personal, familiar y social. En el primero, porque fortalece la confianza, concentración y motivación. En lo familiar, porque esto promueve los hábitos saludables y desarrolla habilidades comunicativas, que luego impactan también en esta área de la vida. Por último, en lo social, se desarrolla el sentido de pertenencia y comunidad, los valores y el apoyo sostenible”, agrega Mario Reyes-Bossio, psicólogo deportivo e investigador de la UPC.
• Boost Studio
Este espacio cuenta con dos sedes para practicar indoor cycling en Barranco y Magdalena. Más información vía IG en @booststudiope o ingresando a boost-studio.com
• Síclo
Síclo cuenta con cuatro sedes en la capital, en Reducto, San Isidro, Primavera y La Molina. Además, cuentan con estudios Sí, donde se imparten clases de barré, bala y yoga. Reserva tus clases en siclo.com.
• Fightlab
Sus gimnasios de artes marciales y entrenamiento funcional están ubicados en La Mar (Miraflores) y Surco. Para sumarte a su grupo, puedes recibir información vía IG en @fightlab_peru o acercándote a una de sus sedes.
PARA TODOS LOS GUSTOS
Desde yoga hasta una fusión entre ballet y pilates. Para los más enérgicos, 45 minutos de indoor cycling puede ser la opción ideal. Si lo anterior no le convence, tal vez las artes marciales mixtas puedan tentarlo.
En la amplia oferta de deportes en comunidad hay opciones para todos. Sin embargo, se podría atribuir el ‘boom’ de este fenómeno en redes sociales al indoor cycling, que sorprendía por sus enérgicas clases con música del momento y juegos de luces.
“Me capturó y decidí retarme con una clase. Estar en grupo es alucinante porque entre todos se motivan, se retan y contagian su energía hasta el último momento. Eso es algo que trasciende al salón de cycling y es puerta para crear nuevas amistades que comparten tu misma pasión”, rescata María Fernanda Guembes, practicante de Síclo desde sus inicios en la capital.
Con 15 años en el rubro, la peruana Ale Llosa es una de las pioneras en difundir los entrenamientos grupales fusionando diversas disciplinas y teniendo como premisa la felicidad. Con KO Urban Detox Center, su creación, ofrece entrenamientos como boxeo, artes marciales y yoga.
Su llegada es impresionante: luego de conquistar al Perú, Llosa aterrizó imparable en Chile, Colombia, España, Ecuador y Panamá.
"Hace más de una década sentí por primera vez cómo el deporte podía cambiar mi energía y me hacía sentir alegre", contaba Llosa a esta revista hace un par de años.
Actualmente, KO cuenta con 4 locales en la capital: en Barranco, San Borja, Miraflores y Surco, este último dentro del CC Jockey Plaza.
Para más información, puede ingresar a iliveko.com.
Para Macarena Vidal Fletcher, brand manager de Síclo en Perú, ser pioneros de la disciplina en la región y mantener la valla alta es un compromiso que se trazan hasta hoy. Además, para satisfacer la demanda de deportes en comunidad, han lanzado los ‘Síclo Siblings’, ofreciendo clases de barré (pilates y ballet), yoga y bala (box), adaptándose a todos los tipos de gustos entre los clientes.
“Estar acompañado también hace que te diviertas. Eso te atrapa desde el día 1. Esto puede hacer un cambio cuando recién estás agregando un deporte en tu vida, ya que te anima a perseverar con ello a pesar de la rutina, la pereza, el cansancio”, precisa Vidal Fletcher. “Además, es loco como el grupo se consolida más allá del deporte. En Síclo, hemos visto pedidas de mano, celebraciones de cumpleaños y anuncios de bebés. Es muy lindo”, agrega.
Definitivamente, el deporte impacta en todos los ámbitos de la vida más allá de un gimnasio o estudio. Para el deportista y empresario Ian Escuza, las artes marciales son un camino ideal para equilibrar la salud física y el desarrollo de valores como la integridad y el respeto. Motivado por ello, se asoció con un par de compañeros y creó Fightlab, un gimnasio que fusiona las artes marciales con el entrenamiento funcional.
“Para empezar en el deporte, este es un espacio ideal. Desde el primer momento, la persona que entra siente que está en un lugar donde hay respeto, empatía e igualdad. No es necesario ser experto o haber probado antes artes marciales, pues aquí estamos todos para aprender, ayudarnos y motivarnos”, dice Escuza.
Al crear Fightlab, también se preocupó por consolidar un lugar diferente al de muchos gimnasios a nivel local, donde la atención está en último lugar y las interacciones son pocas o nulas. “Queríamos crear un espacio donde la persona se sienta integrada, verdaderamente parte. Un lugar en donde se preocupan por su rendimiento, personalizan de manera correcta sus series y alientan al progreso”, concluye.
Así, queda claro que tanto en los deportes (como en la vida), compartir en comunidad es más gratificante.//