Nunca se está suficientemente preparado para visitar Egipto. Semanas leyendo sobre su cultura e imaginando cómo se verán en vivo sus maravillas se desvanecen al pisar un país tan rico en historia como complejo. Nuestro primer encuentro con el caos ocurre al aterrizar. La aventura por una de las civilizaciones más brillantes de la antigüedad acaba de empezar.
El primer desafío es no desistir pese a los casi 40 grados que nos golpean. Rumbo a migraciones, las instrucciones en árabe resuenan en el aeropuerto y se mezclan con los viajeros emocionados. Una vez afuera, intentar conseguir un precio justo por un taxi -o literalmente cualquier cosa- es un deporte que intentaremos perfeccionar hasta el final. Somos peruanos, menos mal.
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Hospedarse en El Cairo es una excelente opción si estaremos varios días en Egipto y queremos ver más que solo las pirámides. No es exagerado decir que la ciudad puede ser un poema dedicado al desorden y la confusión. Vendedores ambulantes, autos de todas épocas, carretas llenas de frutas y verduras, ciudadanos y hasta caballos compiten por avanzar en un mismo carril.
Para zambullirse de lleno en la cultura egipcia no hay mejor lugar que el mercado Khan El Khalili. Nada grita Egipto -ni pone a prueba la paciencia- como sus calles estrechas de estilo medieval llenas de ruido y color. Telas, ropa, comida, maletas, adornos, perfumes, y todo lo que se pueda imaginar se ofrecen en el mercado más famoso del país.
La historia se respira en cada paso por la capital egipcia. Cuando cede un poco el calor, aprovechamos para conocer la famosa mezquita de Muhammad Alí, ubicada en un punto elevado de la Ciudadela de El Cairo. La quietud y calma de este lugar se valoran en la ciudad.
- EL CORAZÓN DE GUIZA -
Para ver de frente la civilización del antiguo Egipto hay que empezar el día en Saqqara, la primera gran necrópolis de Menfis, capital del Imperio Antiguo. Ahí se encuentra la pirámide escalonada de Saqqara, erigida por el faraón Zoser y su arquitecto Imhotep en torno a 2260 a.C. Imposible no quedarse sin palabras al ver la primera pirámide de Egipto.
ANTES DE VIAJAR
Desde el Perú, una ruta usual para llegar a Egipto es vía España. Los peruanos necesitan visa para entrar al país, la misma que pueden adquirir en el aeropuerto de la capital por 25 dólares.
MONEDA
La moneda oficial es la libra egipcia. En las zonas turísticas, aceptan dólares y euros. Se recomienda preguntar en el hotel por los precios de los productos para evitar estafas.
CON GUÍA
Debido a lo caótico que puede ser movilizarse en las calles, los hospedajes recomiendan paquetes turísticos o transporte privado. Es fácil encontrar guías en inglés y español.
VESTIMENTA
Los egipcios son respetuosos con los turistas. Aunque no hay un código de vestuario impuesto, se recomienda a las mujeres usar faldas largas o pantalones al visitar las mezquitas.
La mayor mística, sin embargo, se percibe frente a las pirámides de Guiza, a 18 kilómetros de El Cairo. La fascinación por la única maravilla del mundo antiguo en pie es evidente. No hay calor ni polvo del desierto suficientes para impedir que los viajeros visiten las tres pirámides principales: Keops, Kefrén y Micerinos, construidas alrededor del año 2500 a.C.
Para quien se atreva, la aventura puede continuar en el interior de Keops, la pirámide más grande. Si quiere entrar, asegúrese de poder subir escaleras empinadas y avanzar arrodillado un largo trecho. Es un trayecto no recomendado para claustrofóbicos. Eso sí, la energía en el interior es inigualable. Al aire libre, visitar la Gran Esfinge o pasear en camello puede ser igual de inspirador.
- ESCAPE A LUXOR -
Si el tiempo y el presupuesto lo permiten, puede completar su viaje por Egipto con una visita a Luxor. Las empresas turísticas ofrecen cruceros por el Nilo que parten desde la capital y ofrecen lujosas cenas y espectáculos, pero ir en avión también es buena opción.
Una vez en el destino, la historia nuevamente asombra sin piedad. En el Valle de los Reyes, una necrópolis del antiguo Egipto, podemos ver las tumbas de la mayoría de faraones del Imperio Nuevo. También son paradas obligatorias la antigua Avenida de las Esfinges, un corredor entre el templo de Luxor y el complejo religioso de Karnak, lugares que tampoco vamos a olvidar.
De regreso en El Cairo, no podemos dejar de visitar al menos uno de los museos que ofrece la ciudad. Nosotros decidimos ir a ver las momias de una veintena de faraones en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia en Fustat. Con el viaje llegando a su fin y nutridos de historia y mística, solo tenemos una certeza: no estamos preparados para partir. //