¿Cuántas cumbres alcanza uno en la vida? ¿Cuáles realmente queremos conquistar y qué otras nos son dolorosamente impuestas? En la extraordinaria vida de la limeña Silvia Vásquez-Lavado (47), de momento, figuran seis. En algunas se ha enfrentado literalmente a tormentas de nieve; y en las peores, a la violencia más desgarradora. También a desafíos llenos de esperanza. En todas, eso sí, ha vencido al miedo. Lleva en la mochila tres rudimentos que no la han dejado claudicar en las cuestas más pronunciadas: perseverancia, un gran sentido del humor y una voluntad de titanio.
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De ahí que sea la primera mujer gay en haber dominado las siete montañas más altas del mundo. Ello, tras haber encontrado en la grandiosidad de la naturaleza la única forma de reparar su espíritu roto por haber sido ultrajada de pequeña y el haber cedido de adulta ante el alcohol. Hoy, sobria desde el 2019, acaba de publicar su autobiografía y es, además, coproductora de una película que sobre ella se hará en Hollywood. La megaestrella Selena Gómez será quien la interprete.
A eso hay que sumarle que HiddenLight, la productora de Hillary y Chelsea Clinton, la incluyó recientemente en una miniserie de mujeres coraje que se transmitirá por streaming en Apple TV, en marzo. Y tiene grandes planes con ella de los que no puede dar detalles aún. Pero, como en la nieve, vamos despacio.
La primera vez que vi a Silvia fue en el 2017, en las faldas de una de las lomas de Lúcumo, al sur de Lima. Hasta allá la llevamos para retratarla al ser una de las heroínas de Somos de ese año, cuando le ganó al Everest y sus 8.840 m.s.n.m. Ya tenía su ONG, Courageous Girls, para acompañar y empoderar a niñas violentadas. Allí nos habló de la primera montaña que tuvo que superar luego de que esta le cayera encima: ser abusada sexualmente entre los 6 y 9 años por un trabajador de su familia.
Conversamos nuevamente hace poco que volvió al Perú –radica en California–, en la casa de sus padres, en Monterrico, con más canas ambas, cortesía de una pandemia. “Cuando me entrevistaste me faltaba muy poco para el séptimo pico, el más alto de Estados Unidos, el Denali (6.194 m.s.n.m). Lo conseguí después, en el 2018, porque me detectaron un tumor en el cerebro, literalmente, por accidente. Un camión me chocó cuando iba en bicicleta y en los tests apareció. Fue benigno, pero la recuperación tomó 12 meses. Terminé ‘atacando’ el pico del Denali, pero a costa de lidiar ahí con una terrible tempestad y un cólico de regla que casi me mata”, narra Silvia con vehemencia sobre la hazaña con la que se metió al canguro los siete lugares más altos del planeta. En conjunto, concretan su montaña de vida número 2.
—Si tienes tres años de sobriedad, eso quiere decir que en nuestra primera entrevista ya estabas enferma.
Era alcohólica, solo que pensaba que no. No fue hipocresía de mi parte no decírtelo. Estaba convencida de que era algo que podía controlar.
—¿Cómo se puede ser una montañista de élite con esa condición?
El problema empezó en mis veintes, producto del trauma. Logré domarlo, pero regresaba de cuando en cuando. Nunca tomé cuando me preparaba para una montaña, nunca arriba. Pero fuera de esos periodos… Cuando bajé del Everest me pegué una bomba de cuatro días. Ese ímpetu que te lleva a lo más alto, te tira a lo más bajo cuando se pone oscuro. Pero entonces llegó Denali. El último. Apenas descendí, dije: suficiente. Si no me llevaba la montaña, me llevaba la botella. Mucha rehabilitación y meditación después, y aquí estoy. Es un camino sinuoso, pero de un paso a la vez.
Y esa fue, es, su montaña personal número 3.
Tiempo de escribir
La cuarta la sentaría frente a la computadora. A los tres meses sin probar alcohol, decidió que era momento de contar su historia. Un libro podía llegar a niñas heridas, las podía motivar a hallar en la naturaleza la paz que necesitan. También a quienes se descubren lesbianas y son discriminadas. Las podía empoderar. Así que en el 2019 consiguió un importante agente literario y empezó. Trabajó toda la pandemia y se acaba de publicar en inglés y, hasta el momento, en ocho idiomas. Se llama In the Shadow of the Mountain: a Memoir of Courage (En la sombra de la montaña: memorias de coraje).
“El libro aborda el abuso de niña, mi escape a los Estados Unidos al acabar la escuela y el ascenso al Everest. Escribirlo demandó un trabajo interno muy poderoso y duro. Hice terapia y escarbé en lo más profundo de mi experiencia para narrarla. Estoy orgullosa porque es una historia vulnerable, abierta, honesta. La que yo quisiera haber leído para ayudarme en el camino”, afirma.
La autobiografía será publicada en castellano por Planeta en el segundo semestre de este año. En tanto, ya fue elegido en febrero como uno de los 10 libros del mes por la revista Time, además de haber obtenido excelentes críticas literarias en diversos medios anglosajones como The New York Times.
Aquel hijo literario no acababa de nacer cuando Hollywood se enteró de la historia. Entonces comenzó el ascenso a lo más alto de su pico 5: participar estelarmente de la producción de una película sobre su vida.
Selena y yo
“Estaba en Lima en octubre del 2019, porque mi papá aún estaba vivo. Aproveché en llevarle mi propuesta al Señor de los Milagros. Mi mamá era devota suya y de la Virgen del Carmen. Yo soy espiritual en general, pero pongo la bala en todos lados [risas]. En ese ínterin andaba cuando me llama mi agente literario y me dice: ‘Nos han llamado de Los Ángeles, han leído el avance del libro y dicen que eso es película. Preguntan si quieres que quien te interprete tenga que ser peruana. Yo estaba abierta a quien fuera, porque mi objetivo es tocar el corazón de personas que estaban sufriendo. Pero sí, expresé que me gustaría que hubiese actores peruanos o que alguna parte se grabara en el Perú. Ahí iniciaron las conversaciones”, detalla.
Entonces empezaron a lloverle nombres de actrices interesadas: Angelina Jolie, Eva Longoria, la española Úrsula Corbero. Pero había una que tenía un relato de vida especial con el que Silvia hacía clic: la talentosa y megacelebridad Selena Gomez.
“Sabía quién era, escuchaba sus canciones, pero quién en la vida se iba a imaginar que iba a hacer de mí. Me decido por Selena porque es una artista que no ha tenido reparos en mostrarse vulnerable al pasar por unas situaciones personales difíciles. Ella no es tímida al hablar de su bipolaridad, del lupus que padece, de sus trastornos. Eso me atrajo. Aún no nos conocemos, por cruce de horarios, pero nuestros mánagers están en contacto permanente”.
Silvia, además, es una de las productoras ejecutivas del filme, que debería llegar al cine el próximo año.
Finalmente, la peruana tiene en la mira la cúspide 6, una tan íntima como solidaria. “Me siento tan privilegiada con todas estas oportunidades que me gustaría llevar el mensaje de embajadora de la naturaleza y las montañas el resto de mi vida. Usar varios medios para convencer a más gente a hacerlo. Tener un show de TV, por ejemplo, y mostrar experiencias como estas que puedan ayudar. Sanar es difícil, y se puede. Pero es mil veces más fácil si se hace en comunidad”. Pura inspiración natural. //
LA CUMBRE PERUANA
- Silvia estuvo en el Perú en noviembre. Fue invitada por la Embajada de Estados Unidos para participar en un programa que previene la violencia doméstica. Durante esa visita también aceptó subir al nevado Coropuna, en Arequipa, junto a integrantes de la organización Mujer Montaña.
- “El Coropuna ha sido la primera montaña peruana que subí en mi vida. Y, curiosamente, la única donde me ha dado soroche [risas]. Sucede que no tuve tiempo de climatizarme y ¡zas! El primer dolor de cabeza por altura en 15 años”, cuenta ella.
- Para la montañista, las cimas peruanas no tienen nada que envidiarle a las de otras latitudes. “Son hermosas y desafiantes. Definitivamente subiré más”.
EL TRABAJO CON NIÑAS DE CAJAMARCA
- Courageous es la ONG que dirige Silvia. Su misión es ayudar y empoderar a niñas y mujeres que han sufrido abusos.
- “Empecé en el 2014 llevando chicas a la base del Everest. Desde hace cinco años, sin embargo, trabajo también con unas 20 jóvenes de Cajabamba que sufrieron abuso por parte de un profesor. Les hacemos seguimiento desde entonces”.
- Más información sobre la entidad y sus proyectos en www.corageousgirls.com
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