El libro que muestra cómo ha evolucionado la fotografía peruana y explica por qué se consolida como arte contemporáneo

El año 1997 fue un año muy particular para las artes y la fotografía artística en especial. La gestión del alcalde Alberto Andrade y el crítico Luis Lama impulsaban el Festival Internacional de Lima y la primera Bienal Iberoamericana de Lima; el Instituto de Fotografía Gaudí, con una sólida orientación artística, tenía su primera promoción de egresados; y finalmente el MALI iniciaba y cerraba el año con exposiciones de fotografía histórica, siendo la última “Documentos: Tres décadas de la fotografía en el Perú (1960-1990)”. Casi 30 años después, la historiadora y filósofa Marisa Mujica reúne a un grupo de especialistas para revisar la historia de la fotografía, desde sus primeros cultores en el país hasta las recientes variaciones en las prácticas artísticas y documentales. Conversamos con ella al respecto.

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¿Qué ha cambiado en la fotografía peruana desde la recopilación de la exposición “Documentos”, hace tres décadas?

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Me parece que ha cambiado bastante. Ahora la fotografía forma parte del arte contemporáneo. En esa época era raro que la fotografía estuviera en galerías de arte, inclusive en Lima, y menos en museos. Gracias a Natalia Majluf, la fotografía ahora tiene un espacio en el Museo de Arte de Lima. Poco a poco, la fotografía se ha ido integrándose al arte contemporáneo, como vemos también en “Contemporáneo I”, la actual muestra del MAC. Ahora tiene el lugar que le corresponde. Es una forma de expresar el arte.

Hay nuevas narrativas, pero también aparece un mercado artístico que no necesariamente parece priorizar la fotografía. ¿Crees que es el fin de la fotografía artística en la escena local?

No lo creo. Hay un artículo muy interesante de Cecilia Larrabure que habla sobre los documentos; o sea, de cómo el artista se mete dentro de un tema subjetivo y toma muchísimas fotos y después lo plasma en un libro. Los libros de arte fotográfico hoy en día son bellísimos, son obras de arte en sí mismos. Eso antes no ocurría. Uno de los primeros libros de fotografía y arte que sale en el Perú es el de Puruchuco, que lo hacen Eielson y Pepe Casals. Eielson escribe el texto y José Casals, el fotógrafo chileno que vivió muchos años en el Perú, hace el libro. Pablo Hare ha realizado también una gama diferente de fotolibros.

Sientes que hay un debilitamiento de la fotografía como institución artística?

El hecho de que Roberto Huarcaya haya sido invitado para representar al Perú en la Bienal de Venecia te dice que la fotografía es sumamente valorada igual que cualquier otra forma de arte. Nuestro representante de arte es un fotógrafo. ¿Qué mejor que eso? Este libro es una muestra de que la fotografía sigue viva.

En toda la variedad de voces que encuentras, ¿crees que hay un gran tema en común? ¿Se puede hablar de una sola fotografía peruana?

Eso es lo que busca el libro, justamente. Encontrar una memoria colectiva visual. El llamado es que a través de la fotografía te pongas en los zapatos del otro. Una imagen me abre a percibir al otro. Entonces, por eso es tan importante tener una imagen del Perú común. Pero en el Perú somos todos. //

Perfil

Marisa Mujica tiene una maestría en Filosofía de la Religión por el King’s College de Londres y se formó como filósofa en la Mississippi State College for Women. En los últimos veinte años, ha dedicado su trabajo a realizar volúmenes monumentales de historias peruanas de la pintura, escultura y arquitectura.

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