Las tradiciones y creencias que se tejen alrededor del año bisiesto

La probabilidad de nacer un 29 de febrero es extraordinaria. Según la Sociedad Honoraria de Nacidos en Día Bisiesto (Leap Year Babies, creada en 1997), la posibilidad de que esto suceda es de 1 entre 1.461 nacimientos, y se calcula que menos del 0.1 por ciento de la población mundial cumple años este día. No por nada, los niños y niñas nacidos en este día son abrazados por la creencia de tener talentos especiales y una suerte que ningún otro poseer, ilusión que se sigue aún más en Europa.

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Sin embargo, no todo es color de rosa, pues el regalo de un día extra en el año (para algunos) puede salir caro. National Geographic, por ejemplo, apunta a que en Grecia los años bisiestos golpean fuerte a la industria de las bodas, al sostenerse la superstición de que las parejas que se casan en año bisiesto terminan divorciadas e, incluso, que nunca volverán a alcanzar la felicidad. En pleno siglo XXI, este estereotipo se ha ido diluyendo, gracias a románticos empedernidos que no esperan a que pase la ‘mala racha’ para consolidar su unión.

En el plano astrológico, y específicamente para este 2024, la astróloga Lorena Balbuena (@lorelutarot), indica que no hay nada que temer. Febrero, contrario a lo que muchos puedan pensar, se presentará como un mes de prosperidad ideal para trazar las metas del resto del año.

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“La energía que viene es de renovación y crecimiento. Es el tiempo perfecto para reflexionar cómo usamos nuestro tiempo y en qué queremos mejorar”, comenta. “Digamos que ya con enero terminó la prueba, y febrero es perfecto para abrirnos a las perspectivas y nuevas posibilidades”, agrega la también tarotista.

La buena suerte acompañará también a este 29 de febrero gracias a las energías que trae consigo el Año Nuevo chino, que impulsa este 2024 a potenciar las cualidades del dragón de madera, que son la fortuna, el poder y la nobleza.

“Los años del dragón siempre son propicios para afianzar las intenciones claramente, por más locas que sean. El dragón, es un animal que no existe, y justamente por eso invita a ser más fantasioso, a confiar en la prosperidad y apostar incluso por los deseos más profundos e imposibles”, añade Balbuena.

ELLAS MANDAN

Una de las tradiciones más románticas del año bisiesto es tal vez la más conocida: en Irlanda, cada 29 de febrero, las mujeres tienen la libertad de declarar su amor sin ser juzgadas. Ellas, pueden proponer matrimonio al amor de su vida en lugar de esperar lo contrario. Esta práctica data del siglo V, y se sostiene en la creencia de que la monja Santa Brígida pidió a San Patricio (patrón de Irlanda) este permiso luego de haber escuchado múltiples quejas de las mujeres en la localidad de Kildare, quienes apuntaban a que tenían que esperar demasiado tiempo a sus parejas para contraer nupcias.

Para las románticas, en 2010 se produjo una comedia que aborda las vicisitudes de esta creencia, protagonizada por la actriz estadounidense Amy Adams y titulada “Propuesta de Año Bisiesto”.

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Siguiendo con las costumbres edulcoradas, en Estados Unidos del siglo XVIII surgió una tradición que parece ser una versión más tierna de la celebración irlandesa: cada 29 de febrero, las niñas en las escuelas podían elegir a qué niño invitar al baile. En algunas localidades, aún se conoce a este día como el “Día de Sadie Hawkins”, bautizado así por una historia que muchos consideran fue real, en 1930, cuando el padre de la joven Sadie Hawkins empezó a preocuparse porque no consiguiera al marido adecuado, organizando un día en el que los solteros de la ciudad se reunieron y las mujeres eligieron al ideal para casarse.

Disparatadas, románticas o de buena fortuna, las tradiciones de año bisiesto invitan a apostar por algo diferente cada 4 primaveras. Llegó la hora de decidir en qué invertir estas 24 horas que se presentan como regalo. //