Pensar que se puede recorrer a pie es un error. Solo para tener una idea: el lugar es tan grande que cuenta con una pista de pruebas de 12 kilómetros. O sea, casi la misma distancia que existe entre Miraflores y La Molina. Y no hablamos de una ciudad, sino de una fábrica de autos. La marca japonesa Nissan tiene muchas razones para jactarse: esta planta, en Aguascalientes, México, es una de ellas.
UN TOUR BIEN CHIDO
Dos carritos –así como los que se usan en los campos de golf, solo que con más asientos– esperan afuera del lobby para transportar a un grupo de estudiantes que están de visita. Antes de iniciar el tour, los han invitado a escuchar una charla del ingeniero Armando Ávila Moreno. Después de los líderes asiáticos, es la persona que más sabe de Nissan en los países de habla hispana. Es mexicano, hace 30 años trabaja en la industria automotriz y en el 2013 ganó el máximo premio que otorga la empresa a nivel mundial: el Global Nissan President.
Una casaca especial, una gorra y lentes de protección. Ese es el kit de seguridad para todos los que participarán en el tour en la planta. Los audífonos son solo para seguir atentamente al guía. El lugar se divide en tres grandes ‘naves’ (casetas gigantes, por así decirlo). Todo arranca en el edificio donde se funde aluminio y acero con el objetivo de construir piezas de los motores. Estas partes luego son llevadas a la zona de ensamblaje, donde se produce un motor cada 17 segundos. ¿Cómo lo logran? Con un sistema perfectamente sincronizado en el que cientos de trabajadores se concentran en realizar trabajos muy específicos. Por decir: un operador se encarga de insertar varios pernos, el siguiente de la fila los ajusta, el que viene introduce otros materiales y así sucesivamente.
“En esta fábrica se hacen ocho líneas diferentes de autos, pero todo está computarizado de tal forma que nuestros operarios no necesitan saber qué modelo están preparando. Solo toman los utensilios que se les asigna, los colocan y listo”, explica Ávila.
Los trabajadores tienen los objetivos a la mano. No hace falta agacharse ni empinarse, mucho menos cargar grandes pesos: todo está dentro de un radio de acción pensado para cuidar su integridad.
TECNOLOGÍA DE PUNTA
Son amarillos, se mueven a tal velocidad que es difícil observar sus movimientos y no hay una sola persona detrás de su funcionamiento. Los robots que utiliza Nissan para la fabricación de sus vehículos son automáticos y parecen brazos mecánicos propios de un Transformer. Su principal trabajo es soldar. Cuando el auto es solo una carcasa, ahí hacen su trabajo. Unen todas las partes clave en unos cuantos segundos. De ahí que en esta planta se produzcan más de 1.500 autos al día. Así, como si nada, como si se tratara de pan caliente.
Modelos como el nuevo Nissan Versa 2020 se desarrollan en este lugar y luego son exportados a todas partes de Latinoamérica. Justamente ese vehículo es una de las grandes apuestas de la marca para este año. En México ya es el cuarto auto más vendido, sin contar los otros segmentos (camionetas, SUV, etc.).
El recorrido en los carritos culmina con un paseo por los alrededores del edificio, donde se ubican tres apuestas importantes de la organización: Nissan School, Gobal Training Center y Nissan University. Ahí estudian, practican y egresan estudiantes de carreras técnicas relacionadas a la industria. Más que una planta, es un centro de desarrollo imponente. //