Ya sea en su local de la calle Mariano Santos, en pleno corazón de San Isidro, en algún evento al que hayan llegado con su servicio de catering o en el comedor de su propia casa gracias a su oferta de delivery. En un Perú donde los índices de hambruna son desalentadores y la violencia contra las mujeres una triste constante, Come con Causa garantiza que cada bocado que le dé al platillo que tiene en frente ayude a combatir estos problemas.
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“Come con Causa nació en mayo del 2019 con la idea de crear el primer restaurante social en el Perú, aunque el sueño de hacerlo viene de muchos años atrás”, comenta orgulloso Hans Heinz, general manager de la empresa y presidente ejecutivo de la ONG Tejiendo Sonrisas, mientras da un sorbo a su café.
Pero, ¿qué es un restaurante social? En líneas generales, funciona de la siguiente forma: el 80% del restaurante le pertenece a Tejiendo Sonrisas y el 20% restante a Wilfred Dass, el experimentado cocinero malasio que durante años estuvo al frente de la cocina del prestigioso hotel Westin y quien se desempeña como asesor en el restaurante.
La ONG destina las ganancias que recauda a apoyar los programas sociales en los que trabaja pero, además, el propio restaurante le sirve como un agente de transformación social.
“La idea es agrupar todas las acciones de Tejiendo Sonrisas aquí dentro. El primero es con las chicas de Infancia y Mujeres, un programa en el que trabajamos para eliminar toda forma de violencia sexual y de género”, explica Hans antes de dar otro sorbo, quizás el más amargo de toda la conversación.
Y no es para menos si recordamos que vivimos en un país que ha registrado 1.191 feminicidios entre el 2015 y el 2023, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
“El restaurante nos sirve sobre todo para el aspecto de reinserción social y laboral”, agrega.
Quizás una historia que permita entender mejor esta labor es la de Jennifer, una joven que vivió durante los últimos dos años en un Centro de Acogida Residencial (CAR) y que encontró en Come con Causa una oportunidad para independizarse económicamente y costear sus estudios con miras a poder terminar la secundaria.
- Camino de obstáculos -
La historia de Come con Causa es un fiel retrato de constancia, empeño y dedicación. Y eso incluye, por supuesto, su origen.
“Era un momento en el que la cooperación internacional había bajado muchísimo en el Perú y la ONG italiana Cesvi, que trabaja acá desde 1989, estaba evaluando salir. Pero antes de irse querían dejar todo el conocimiento que habían ganado a alguna organización local. A raíz de eso nació Tejiendo Sonrisas, comenzamos a trabajar de la mano y Cesvi se terminó quedando. En cuanto al restaurante, tiene mucho que ver con el café que estoy tomando”, dice Hans.
La sociedad con la Fundación Cesvi convirtió a su director ejecutivo, Davide Bellini, en el principal socio de Hans. En una conversación surgió la idea de replicar un modelo que existía desde hacía años en su natal Italia, conocido como café pendiente. “Consiste en que cuando vas a tomarte un café lo pagas, pero además, dejas pagado el siguiente para quien no pueda hacerlo. Nosotros pensamos en algo así, pero con menús”, resume.
En el 2019, finalmente, la idea afloró. Come con Causa abrió sus puertas y comenzó a comprometer a empresas cercanas a que compren menús adelantados que les permitían llevar platos a casa hogares y centros de acogida para pacientes de neoplásicas, entre otros. “Además desde el inicio quisimos cuidar el impacto ambiental, así que llevábamos los menús en viandas de acero inoxidable, al día siguiente las recogíamos y así reciclábamos empaques para reducir los desechos. Para febrero del 2020 vendíamos de 150 a 200 platos diarios. Era un éxito”, sonríe.
Pero llegó la pandemia.
“Durante tres meses tuvimos que cerrar, no vendimos nada. Y, al mismo tiempo, por nuestra misma esencia social nos propusimos no despedir a nadie. Así que fueron tres meses sin ganancias en los que seguimos pagando alquiler y sueldos. Fue duro, lo bueno es que somos bastante fuertes mentalmente y siempre buscamos reinventarnos”, asegura Hans.
Una vez relajadas las primeras medidas de aislamiento, Come con Causa lanzó sus servicios de catering y delivery que hasta la fecha les ha permitido mantenerse a flote. El próximo paso es crecer.
“La proyección inicial era en cinco años tener 3 o 4 locales en el Perú y uno más en Italia. La pandemia complicó un poco las cosas pero el objetivo sigue siendo el mismo y para eso necesitamos aliados comprometidos con realizar acciones de impacto, tanto frente al cambio climático como desperdicio alimentario o la hambruna que ahora está en niveles preocupantes en el Perú”, señala Hans.
- Un país con hambre -
El Índice Global del Hambre (IGH) Perú 2023 presentado a mediados de noviembre debería encender una serie de alarmas en el país. Para comenzar, el estudio llevado a cabo por la red Alliance2015 -conformada por la Fundación Ayuda en Acción, Cesvi, Helvetas, y Welthungerhilfe (WHH)- arrojó que el país enfrenta su peor situación alimentaria desde el 2008.
Esto se refleja en situaciones tan preocupantes como el hecho de que solo los departamentos de Ica y Lambayeque registran niveles bajos de hambre, mientras que 13 presentan un nivel de hambre moderado -aquí encontramos a Lima, por ejemplo- y otros 10 están en situación grave, siendo Apurimac el más preocupante.
“Nosotros llevamos más de 20 años trabajando en el Perú y en algún momento había quienes cuestionaban por qué seguíamos aquí si el país estaba mejorando, sobre todo en temas de hambre. Sin embargo, luego de la pandemia este problema ha ido incrementando y lo podemos notar al ver que las cifras de este año son iguales a las del año pasado. Hablamos de la peor situación en 15 años”, explica durante una videollamada Susanna Daag, directora para Perú y Bolivia de WHH.
Otros factores que han empujado al país a este peligroso escenario, según el informe, son la recesión económica sufrida en el 2023, la inestabilidad política y los efectos del cambio climático. “En el Perú la inseguridad alimentaria tiene que ver con no tener dinero. Es un país sumamente rico, no hay falta de alimentos pero sí la falta de acceso a ellos”, detalla Daag.
En ese sentido, el IGH brinda recomendaciones claves para abordar el problema. “El primer paso importante es reconocer que hay una situación muy grave de hambre y de desigualdad alimentaria porque incluso a nivel político no siempre se reconoce esto. Lo segundo sumamente importante es la coordinación multisectorial. Yo acabo de estar en el G20 Social de Brasil y explicaban cómo los programas sociales ayudaron a millones de personas a salir del hambre. Acá existe Qali Warma y Cunamás, que son importantes, pero necesitan fortalecerse y mejorar la calidad de sus productos”, asegura la representante de WHH.
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