Una nueva investigación en el Reino Unido ha brindado más luces acerca de las características de los pacientes que padecen de COVID prolongado; esta etapa de la enfermedad que deja síntomas por semanas, e incluso, meses después de haberse recuperado o que no significan un peligro de contagio.
Alrededor de 1,3 millones de personas (el 2% de la población) en el Reino Unido han informado haber tenido COVID prolongado hasta al 6 de diciembre del año pasado, según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, en inglés) del país europeo, recogidos por Infobae.
Estas estimaciones, asegura el medio, se basan en los participantes que respondieron a una encuesta. Los síntomas que padecieron los encuestados de este estudio van desde la fatiga, pérdida del olfato y del gusto (parosmia), dificultad para respirar, insomnio, hormigueo, dolor en las articulaciones, depresión y ansiedad, dolor en el pecho o palpitaciones del corazón, entre otros.
Sin embargo, algo que llamó la atención de los investigadores es que las personas que padecieron de COVID prolongado son, casi en su totalidad, mujeres entre 35 y 69 años. Las mismas que trabajan en el sector salud, asistencia social o la docencia y la educación. Asimismo, tienen una enfermedad o discapacidad preexistente.
Según los datos de este estudio, 64% de las personas que auto informaron tener COVID prolongado señaló que la enfermedad afectó sus actividades diarias. Alrededor del 70% dijo que había confirmado o sospechado de COVID-19 hace al menos 12 semanas, mientras que el 40% dijo que lo tenía hace al menos un año.
La nueva evidencia presentada por la ONS señala que las mujeres con COVID prolongado experimentan problemas en el corazón como respuesta al esfuerzo físico; limitando su capacidad para la actividad diaria.
Doctores Stephen J. Carter y Marissa N. Baranauskas, fisiólogos de la Universidad de Indiana en Bloomington, confirmaron diferencias significativas en la respuesta de las actividades diarias entre mujeres que padecieron de COVID-19 y las personas que no se contagiaron.
“Tales alteraciones tienen el potencial de limitar no solo la tolerancia al ejercicio, sino también la participación en la actividad física de vida libre en las mujeres durante la recuperación posaguda del COVID-19″, sostuvieron los médicos en su investigación publicada en la revista Experimental Physiology de The Physiological Society.
Aunque el contagio por COVID-19 en hombres se asocia a una mayor gravedad en la enfermedad y mortalidad, otro informes sugieren que las mujeres pueden ser más susceptibles a ciertas limitaciones relacionadas con los pulmones tiempo después de recuperarse de la enfermedad.
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