Desarrollar una vacuna contra un nuevo virus es un proceso largo e incierto que puede acabar siendo muy rentable para las empresas farmacéuticas si una epidemia perdura.
Más de 50 millones de personas están confinadas en China para intentar frenar la epidemia causada por un coronavirus que ha provocado la muerte de más de 100 personas y unos 4.500 contaminados, y que no tiene de momento vacuna.
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Según el estatal Diario del Pueblo, el científico Xu Wenbo, del Centro de Prevención y Control de Enfermedades, indicó que el organismo ya estaba desarrollando una vacuna contra el coronavirus “después de lograr aislar con éxito la primera cepa del virus”.
¿Puede ser esta una oportunidad para los grupos farmacéuticos? La industria empieza a interesarse por este nuevo coronavirus 2019-nCoV.
Para Stéphane Billon, economista especialista en salud y fundador del gabinete Kamedis, puede haber mucho dinero en juego pese a que subsisten incertidumbres sobre la epidemiología del virus.
“Quizá no se utilice jamás el conjunto de esos productos, pero hay que tener la capacidad” de fabricarlos, subraya. Recuerda el caso de las vacunas contra la gripe H1N1 pedidos en 2009-2010 por el gobierno francés a tres laboratorios, entre ellos el francés Sanofi-Pasteur. El Tribunal de cuentas evaluó en más de 380 millones de euros el coste de las vacunas para el gobierno, pese a que finalmente la mayoría no fue utilizada.
“Los laboratorios van a lanzarse si sienten que hay una rentabilidad potencial”, coincide Nathalie Coutinet, economista del sector salud.
En primer plano de la investigación están las sociedades biotecnológicas, más dispuestas a lanzarse a nuevas investigaciones que los grandes laboratorios.
“El ámbito de la biotecnología es el que puede responder más rápidamente. Luego, la transformación industrial puede pasar por laboratorios farmacéuticos o por grandes grupos industriales”, explica Franck Mouthon, presidente de la asociación France Biotech.
De hecho, tres grupos biotecnológicos han sido elegidos para cooperar sobre este nuevo virus por parte de la Cepi, un organismo encargado del desarrollo de vacunas.
Tras el anuncio, las biotecnológicas estadounidenses Moderna e Inovio, que figuran entre las elegidas, lograron fuertes ganancias en la bolsa de Nueva York. Y el laboratorio Novavax, que anunció que “desarrolla una vacuna” contra el nuevo coronavirus, ha visto cómo su acción se disparaba en Wall Street.
“Ilusorio”
Sin embargo, el camino es largo e incierto, relativizan los investigadores contactados por la AFP.
“Es ilusorio pensar que habrá una vacuna para esta epidemia, pero la epidemia actual podría permitir importantes avances sobre la vacuna” dice el profesor Yazdan Yazdanpanah, jefe del servicios de enfermedades infecciosas del hospital Bichat, y experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En el caso del 2019-nCoV, es probablemente muy temprano para decir que se necesita una vacuna, pues no estamos en medida de saber hasta qué punto la epidemia va a ser importante” dice por su lado el profesor Christophe D’Enfert, director científico del Instituto Pasteur.
“Sobre el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) hubo bastantes vacunas iniciadas, pero como se detuvo la crisis, se quedaron muchas de ellas sin usar, y ojalá que sea este el actual escenario. Lanzarse a (desarrollar) una vacuna en una crisis que puede ser puntual es algo complicado, pues sabemos que el desarrollo de una vacuna puede durar varios años”, asegura Arnaud Fontanet, director del departamento de salud del Instituto Pasteur.
“Siempre hay un riesgo, como el de buscar y no encontrar nada. Incluso si las compañías encuentran (las vacunas) ¿es el mercado potencialmente rentable? Todo depende de la magnitud que tendrá la epidemia”, resume la economista Nathalie Coutinet.
AFP
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