(Ilustración: Rolando Pinillos)
(Ilustración: Rolando Pinillos)
Diego Suárez Bosleman

¿Cuánto tiempo le tomó leer y comprender el titular de este artículo? Es muy probable que solo segundos. Sin embargo, aquellos con dislexia pueden tardar minutos. Para este grupo, asociar cada letra y palabra con su sonido y significado tiene un mayor grado de dificultad. ¿Por qué ocurre? ¿Cómo se trata? ¿Cuál es su impacto en la persona? Analicemos a detalle esta condición, que está presente entre el 5% y 10% de la población mundial.

–Sonidos, lectura y aprendizaje–

La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las regiones del cerebro responsables del procesamiento de fonemas (unidad mínima del sonido de una vocal o consonante). Debido a esto, el afectado no se da cuenta de que al hablar las palabras tienen sonidos, y que a cada uno de estos le corresponde una determinada letra. Esto se traduce en una dificultad para la lectura –falta de precisión y velocidad–, que puede ser leve, moderada o grave.

Lamentablemente, el sistema educativo está muy basado en la lectura y escritura, y un niño disléxico –con su dificultad lectora– usualmente es erróneamente considerado un alumno con baja capacidad intelectual.

“La dislexia no afecta la capacidad cognitiva –asociada a los procesos mentales que nos permiten realizar todo tipo de tareas–. Un disléxico es inteligente, solo que sus áreas cerebrales que permiten la lectura no están funcionando adecuadamente”, le dice a El Comercio Jennifer Cannock, directora del colegio Antares, del Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje (CPAL).

–Detección–

Entre los 3 y 5 años de edad ya se desarrollan las bases del lenguaje. En este período se pueden identificar ciertas señales de alerta, como una demora en el habla, el aprendizaje lento de palabras, el invertir el sonido de palabras o confundir aquellas que suenan de forma parecida, y la dificultad en aprender canciones infantiles o rimas. A partir de los siete años ya puede ser diagnosticada al 100% mediante evaluaciones específicas.

“Muchos padres o profesores suelen decir ‘el niño ya aprenderá a leer con el tiempo, hay que esperar’. Pero la lectura no es un tema de madurez, sino uno fonológico. Si uno ve que el menor tiene 3 años y todavía no logra expresarse en el lenguaje oral, o tiene un retraso, hay que tomar las medidas del caso para determinar luego si es dislexia”, explica Milagros Tapia, profesora en el programa de Psicología de la Universidad de Piura.

Hay que tener en cuenta que la dislexia no tiene cura, por eso –sostiene Daniela Hidalgo, docente de Psicología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia– es necesario que la persona con esta condición lleve lo más pronto posible un tratamiento para mejorar su precisión y velocidad lectora. Asimismo, la dislexia no impide el adecuado desarrollo profesional del individuo, concuerdan las especialistas.

De acuerdo a la Clínica Mayo (EE.UU.), estos son los principales signos de alerta:

1. Antes de la escuela

  • Retraso en comenzar a hablar.
  • Aprendizaje lento de palabras nuevas.
  • Problemas para formar palabras adecuadamente, como invertir sus sonidos o confundir palabras que suenan de forma parecida.
  • Problemas para recordar o decir el nombre de las letras, los números y los colores.
  • Dificultad para aprender canciones infantiles o rimas.

2. Edad escolar

  • Un nivel de lectura muy por debajo del que se espera para la edad.
  • Problemas para procesar y comprender lo que se escucha.
  • Dificultad para encontrar la palabra correcta o formular respuestas a preguntas.
  • Problemas para recordar secuencias de cosas.
  • Dificultad para ver (y ocasionalmente escuchar) similitudes y diferencias entre letras y palabras.
  • Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida.
  • Dificultad para deletrear.
  • Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir.
  • Evitar actividades que conllevan leer.

3. Adolescentes y adultos

  • Dificultad para leer, incluso en voz alta.
  • Lectura y escritura lentas y dificultosas.
  • Problemas para deletrear.
  • Evitar actividades que conllevan leer.
  • Mala pronunciación de nombres o palabras, o problemas para recordar palabras.
  • Problemas para comprender bromas o expresiones que pueden no ser fáciles de entender a partir de palabras específicas (modismos), como “pan comido”, significa “fácil”.
  • Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir.
  • Dificultad para resumir una historia.
  • Problemas para aprender un idioma extranjero.
  • Dificultad para memorizar.
  • Dificultad para resolver problemas matemáticos.

–Para tener en cuenta–

1. Se calcula que por cada 4 hombres con dislexia, una mujer presenta esta condición, detalla Jennifer Cannock.

2. Si no se trata, la dislexia puede provocar en la persona baja autoestima, problemas de conducta y ansiedad.

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