El de los portadores asintomáticos han sido uno de los mayores desafíos para controlar la pandemia de COVID-19.
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Estas personas, aunque no desarrollan ningún signo de la enfermedad, sí pueden estar contagiando a otras sin saberlo, por eso resulta clave identificarlas.
Se calcula que al menos una de cada tres infecciones de SARS-CoV-2 podrían ser asintomáticas, según una revisión de los datos disponibles que publicaron en mayo Daniel Oran y Eric Topol, investigadores del instituto Scripps Research, en Estados Unidos.
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En un nuevo estudio, publicado en la revista especializada eLife, un grupo de científicos chilenos y británicos afirma haber desarrollado un novedoso método para identificar pacientes asintomáticos o presintómáticos, como una manera de ayudar a reducir la propagación del virus.
Su técnica consiste en tomar muestras de las pantallas de los celulares de las personas, una idea que resulta de bajo costo, no invasiva y con resultados confiables, según el estudio.
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“El gran problema con el covid-19 es que muchas personas andan por la calle contagiando y no lo saben”, le dice a BBC Mundo el doctor Rodrigo Young, creador de este método e investigador en el Instituto de Oftalmología en el University College London, en Reino Unido.
Por eso, como explica Young, examinar a tantas personas como sea posible es una manera efectiva de reducir el contagio.
Varios expertos consultados por BBC Mundo coinciden en que el método de Young puede resultar muy útil, pero que también enfrenta algunos retos.
PCR y celulares
Las personas que tienen covid-19 pueden infectar a otras desde aproximadamente 2 días antes de que comiencen los síntomas y hasta 10 días después, según indica el Instituto Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
Aquellos que estén contagiados pueden transmitir la infección a otras personas, incluso si tienen síntomas leves o ningún síntoma, explica el NHS.
Las pruebas PCR tradicionales, las que se hacen por la nariz, son una manera efectiva de saber si una persona está contagiada de SARS-CoV-2, aunque no muestre síntomas ni estén en la etapa contagiosa del virus.
Estas pruebas, sin embargo, pueden ser costosas o incómodas para el paciente.
Por eso, Young pensó que una buena alternativa podría ser tomar las muestras de las pantallas de los celulares de las personas.
“Me di cuenta de que la clave no es tomar muestra de la persona, sino de algo que sea un reflejo de la persona”, dice.
Como pasamos tanto tiempo tocando y hablando por nuestros teléfonos, lo que queda en la pantalla puede ser un buen reflejo de lo que llevamos dentro, explica Young.
El test, al que llamaron PoST (Phone Screen Testing, en español Prueba de la pantalla del teléfono), consiste en que, en vez de introducir un hisopo en la nariz de la persona, lo que hacen es pasar el hisopo sobre la pantalla de su celular.
De esta manera, pueden detectar si hay rastros del ARN, es decir, material genético del virus, en la pantalla del celular.
En otras palabras, es hacerle una prueba PCR al celular.
PCR tradicionales y PoST
Para ensayar su método, Young y su equipo examinaron cerca de 1.200 personas, quienes se sometieron tanto a la prueba PCR nasofaríngea como al método PoST.
El resultado fue que con el método PoST detectaron a todas las personas que, según la PCR nasofaríngea, tenían alta carga viral.
Las personas con alta carga viral son las que tienen más posibilidades de contagiar a otras.
La coincidencia entre lo que mostraron las PCR nasofaríngeas y el método PoST estuvo entre 81% y 100%, según datos del estudio.
Para estos ensayos, Young contó con el apoyo de la Universidad de Chile y el Great Ormond Street Hospital en Londres.
No sustituye a la PCR tradicional
Young aclara que el método PoST no reemplaza a una prueba PCR nasofaríngea. El PoSt es una prueba prediagnóstica.
La PCR nasofaríngea puede detectar a todas las personas infectadas, sean contagiosas o no.
Con el PoST, en cambio, solo se pueden identificar aquellas que tienen alta carga viral.
Eso quiere decir que al PoST se le pueden escapar personas que sí están enfermas, pero que ya no están contagiando.
“Si esa persona no ha entrado o ya salió de la etapa en la que el virus es contagioso, no va a esparcir el virus en el celular”, explica Young.
“El PoST no reemplaza al PCR nasofaríngeo, pero sí permite detectar personas enfermas que por no tener síntomas no se harían un PCR nasofaríngeo”.
“Este es un test para saber si uno está contagiando”, dice el investigador.
Entonces, si un celular marca positivo en el test PoST, el dueño de ese teléfono debe hacerse una PCR tradicional para confirmar que está contagiado de SARS-CoV-2 y puede estar contagiando a otros.
De la misma manera, si el test PoST da negativo, no quiere decir que la persona no esté contagiada, sino que posiblemente no está contagiando a otros.
Menores costos
Según explica Young, muchos de los costos de las PCR tradicionales están asociados a la logística que se requiere para practicarlas, al personal, al material de protección y los insumos.
El investigador explica que su método permite bajar costos de la misma manera en que comprar los ingredientes para hacer una pizza en casa sale más barato que comprarla hecha.
“Nosotros compramos los insumos para la detección de PCR por separado, en vez de comprar kits con certificación clínica adonde viene todo preparado”, dice.
“Los componentes que usamos son los mismos que usan los kits clínicos y también están aprobados por los Centros para el Control y Prevención de enfermedades de EE.UU. (CDC)”.
“Esto de ensamblar kits lo podemos hacer porque somos expertos en las técnicas de PCR y biología molecular”, dice.
Preguntas
Consultados por BBC Mundo, varios expertos que no estuvieron involucrados en esta investigación coinciden en que el método PoST es una buena idea.
“Este test puede ser útil como un sistema de alerta temprana, cuando se usa seguido de una prueba convencional”, le dice a BBC Mundo Emanuel Goldman, profesor de microbiología, bioquímica y genética molecular en la Universidad Rutgers.
Goldman, sin embargo, advierte que es importante tener en cuenta que el hecho de que en el celular haya rastros de ARN del virus no quiere decir que la persona esté contagiada.
“Puede haber otras formas en que el ARN viral podría terminar en la superficie de un teléfono”, dice Goldman.
Por ejemplo, alguien podría haber tocado una superficie con ARN del virus y transferirlo a la superficie del celular.
El ARN es solo una señal de que el virus estuvo presente en un lugar. Eso, según las explicaciones de Goldman, da pie a que el ARN en el celular sea de otra persona, o que esa persona lo haya transferido sin siquiera estar contagiada.
Otro posible escenario que Goldman ve posible es que una persona ya no tenga el virus, pero los rastros del virus, el ARN, aún estén en la superficie de su celular. En este caso, por ejemplo, el PoST podría generar un falso positivo.
Por razones como estas, el PoST “no debe considerarse un sustituto de la prueba de frotis nasal o de saliva”, insiste Goldman.
“Si la prueba del teléfono es positiva, entonces se debe realizar una prueba convencional para verificar”.
Una visión similar tiene Rosanna Peeling, profesora de investigaciones sobre diagnósticos en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical en Reino Unido.
“¿Qué pasa con las personas que no hablan con el teléfono cerca de su boca?, muchas personas lo usan con audífonos mientras tienen el celular en el bolsillo”, se pregunta Peeling durante la entrevista con BBC Mundo.
“Hay muchas posibles explicaciones a un resultado que se obtiene tomando muestras de un teléfono… depende de cómo la persona use el teléfono, quién ha estado en contacto con el aparato, puede que otra persona lo haya tomado o haya tosido sobre él”.
Aunque no está documentado en el estudio, Young afirma que los resultados de sus ensayos muestran que la probabilidad de que terceras personas contaminen el celular de quien toma la prueba es bajo.
“Esto lo concluimos porque pudimos testear familias enteras que viven juntas y a veces intercambian celulares”, dice.
“En estas familias solo daba un test PoST positivo la persona que también daba positivo por PCR nasofaríngea”.
La interpretación de Young es que para que una muestra marque positivo, debe acumularse suficiente cantidad en la pantalla para ser detectada, es decir, esa otra persona debería usar el celular con más frecuencia para depositar rastros del virus que sean detectables.
Young, sin embargo, advierte que necesitan un número más grande de casos para poder tener una conclusión más certera.
Por otra parte, el estudio mostró que aunque las personas limpien el celular antes de la prueba, no se afecta el resultado del PoST.
“Los líquidos que las personas usan para limpiar los celulares destruyen el virus, pero el cadáver queda ahí, y eso es lo que nosotros detectamos”, dice.
El futuro
El método PoST ya está siendo utilizado en algunas empresas y colegios en Chile, como parte de un servicio de búsqueda activa de personas que están contagiadas pero que no manifiestan síntomas.
Según Young, esta estrategia es una manera de mantener la continuidad de las operaciones de estas instituciones y evitar brotes.
El investigador explica que está en conversaciones con las autoridades sanitarias para definir el marco regulatorio que los cobije y aplicar los tests masivamente.
En este punto, Peeling menciona que puede resultar un reto la logística de implementar el PoST masivamente.
“Es como agregar otra capa”, dice la experta, refiriéndose a que en muchos lugares no resulta fácil instalar puntos de tomas de pruebas PCR tradicionales, como para además añadir la toma de pruebas prediagnósticas PoST.
En todo caso, Young menciona, por ejemplo, la posibilidad de fabricar máquinas que se ubiquen en distintos puntos de las ciudades, en las que cada persona pueda introducir su teléfono y recibir los resultados vía mensaje de texto.
“Lo importante es implementarlo a gran escala lo antes posible ya que podría ayudar mucho a frenar la pandemia para que podamos volver a una vida normal”, concluye Young.
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