Las autoridades sanitarias de Estados Unidos autorizaron el miércoles una síntesis de anticuerpos desarrollada por AstraZeneca, para prevenir el contagio de coronavirus en personas que han tenido una reacción adversa a las vacunas e inmunodeprimidos.
Es la primera vez que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) da autorización de emergencia a un tratamiento de uso preventivo. Aunque advirtió no se trata “de un sustituto de la vacuna”.
En efecto, es un tratamiento para personas inmunodeprimidas (en quienes la vacuna puede ser menos eficaz) o bien para en aquellos casos en los que la vacuna no pudo ser administrada por razones médicas (por ejemplo, ante reacciones alérgicas).
En estos casos la medicina de AstraZeneca se podrá aplicar en sujetos de 12 años o más.
El tratamiento llamado Evusheld, combina dos tipos de anticuerpos sintetizados (tixagevimab y cilgavimab) y se administra con dos inyecciones intramusculares consecutivas.
Estos anticuerpos ayudan al sistema inmune a combatir el virus identificando la proteína Spike, que le permite entrar en las células para infectarlas.
El tratamiento “puede ser eficaz a manera de pre-exposición preventiva (al virus) por espacio de seis meses”, precisó la FDA.
Sin embargo no puede ser administrado en una persona infectada, subrayó la agencia de medicamentos, aunque AstraZeneca ya realiza pruebas en este sentido.
Los efectos secundarios van desde una reacción alérgica a sangrados en el lugar donde se aplique la inyección, dolores de cabeza e incluso fatiga.
La autorización de la FDA se basa en un estudio clínico llevado a cabo en personas no vacunadas (mayores de 59 años, con una enfermedad crónica o bien con alto riesgo infeccioso) de los cuales cerca de 3.500 recibieron el tratamiento y 1.700 un placebo. El riesgo de desarrollar COVID-19 fue reducido en un 77% con este tratamiento.
Por ahora, dos cócteles de anticuerpos, desarrollados por Regeneron y Eli Lilly, están autorizados para uso preventivo en Estados Unidos, pero solo en personas que hayan sido expuestas al virus poco antes o que tengan alto riesgo de estarlo (empleados en prisiones, hogares de retiro).
Además de no estar vacunados o de ser inmunodeprimidos, las personas a quienes se dirige el nuevo tratamiento deben presentar también un alto riesgo de desarrollar un caso grave de la enfermedad.
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