Se estima que diariamente en el Perú 19 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama y que cinco fallecen como consecuencia de esta enfermedad. Es cierto que en más del 90% de los casos su pronóstico es favorable si se detecta en la etapa inicial. Sin embargo, existe una clase de tumores de mama agresivos que crecen en solo meses, lo que complica su identificación temprana: el cáncer de mama triple negativo.
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Con el objetivo de entender cómo se desarrolla y qué desencadena su expansión a otras partes del cuerpo (metástasis), especialistas de Oncosalud analizaron alrededor de 11 mil genes de casi 500 tumores de mama triple negativo. El resultado: la novedosa descripción de genes específicos que favorecen la adaptación y el crecimiento de este letal cáncer.
— La genética y el cáncer —
Antes que nada, hay que entender que –como el ser humano– cada cáncer es distinto, pues posee sus propios genes, que determinan sus características. Es por ese motivo que ciertos tumores responden bien a la quimioterapia, logrando una remisión, mientras que otros resisten y permanecen en el cuerpo ‘dormidos’ hasta que son nuevamente activados.
“Las células del tumor van a hacer lo necesario para sobrevivir. Por eso mientras más se desarrolla el cáncer, va presentando más mutaciones, las cuales le permiten soportar los tratamientos, crecer a un ritmo acelerado –yendo en contra de las órdenes normales del cuerpo humano– y adaptarse”, reveló a El Comercio Jesús Schwarz, quien participó en esta investigación.
El ejemplo más claro de esta genética es la metástasis. Y es que esta implica que la célula maligna salga del órgano donde creció, entre al torrente sanguíneo, viaje a través de este, se meta a un tejido que no es la mama –y que puede ser adverso para la célula–, se adecúe y luego prolifere. Una célula normal –sin mutaciones– moriría al intentar esta travesía.
—Nuevas pistas—
Siguiendo estos conceptos, Schwarz y sus colegas compararon los genes del cáncer de mama triple negativo primario –cuando está en la mama– y metastásico –cuando se establece en otro órgano–.
“Lo que buscamos con este análisis es determinar qué genes se mantienen desde la formación del cáncer de mama triple negativo hasta su metástasis. Aquellos que permanecen pueden tener un rol primordial en la supervivencia del tumor”, explica Schwarz.
Se identificaron 135 mutaciones genéticas y más de 600 genes amplificados vigentes en ambos tumores. Entre todos estos destaca el gen RPS6KB2, el cual –según Schwarz– regula el crecimiento de los músculos durante el desarrollo humano, pero se desactiva cuando ya no es necesario. No obstante, en este cáncer, dicho gen está activo permanentemente, lo que permitiría que el tumor aumente de tamaño sin control.
El valor de estos hallazgos es muy significativo, pues se han descubierto nuevos blancos de estudio para futuras terapias. Inhibir el RPS6KB2 podría conducir a detener el desarrollo incontrolable de este cáncer. Para comprobarlo son necesarias todavía pruebas de laboratorio.
—Para tener en cuenta—
1. Esta investigación ha sido publicada en la revista “Clinical Medical Insights”.
2. Si uno parte un tumor, puede encontrar que ciertas regiones de este tienen genes diferentes. Esto puede provocar que quede remanentes de cáncer luego del tratamiento.
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