Llegar a Almoloya de Juárez requiere, por lo menos, una hora y media de viaje en vehículo particular desde Ciudad de México. Es un municipio de inmuebles bajos y amplios espacios. Si tuviésemos que compararlo con algo de Perú, tiene más en común con el sur de Lima, esa ruta que lleva a Lurín, pero con mucho más verdor. Allí se encuentra el reclusorio de Santiaguito de Almoloya de Juárez, donde la justicia de ese país espera retener a la conductora peruana Laura Bozzo (Lima, 1951), el personaje del momento en dos países unidos por el idioma. Sobre ella el poder judicial dictó prisión preventiva. Ella es procesada por el presunto delito de depositario infiel, relacionado a la venta de un inmueble embargado por el Sistema de Administración Tributario (SAT) mexicano por 13 millones 759 mil pesos (aproximadamente, 2,5 millones de soles). A Bozzo, de 69 años, se le ordena entrar de manera voluntaria a la cárcel.
Pero ella no hizo caso a la orden judicial. De acuerdo a su abogado, la peruana tiene un avanzado caso de enfisema pulmonar que le impide ponerse a disposición de las autoridades. A fines de agosto, el juez mexicano Juan Miguel Ortiz Marmolejo le aprobó una prisión suspendida, para lo cual tenía que apersonarse al juzgado, pagar una fianza de US$ 15.000 y entregar su pasaporte. Ella no cumplió la orden. El 28 de septiembre, la Interpol emitió una orden de búsqueda para la abogada en 195 países. “Me tienen dopada por mi depresión, ahora me escapé y pude mandar este mensaje, quiero acabar con esto. Mis hijas están vendiendo mi depa de Acapulco y lo que se deba pagar se paga, pero encerrada imposible. Les ruego, ayúdenme”, indicó la abogada en Twitter, tras lo cual sostuvo que no saldrá del país.
¿Dónde está Laura Cecilia Bozzo Rotondo? No podemos responder esa pregunta. En cambio, te invitamos a conocer la historia detrás de este caso, cuando el escenario fue, en principio, el Perú, y luego México. La polémica nunca faltó, y tampoco las acusaciones y líos judiciales.
El rico Perú
La relación de Bozzo con México nunca ha sido la mejor, de manera similar a lo que vivió en Perú. Ella emigró desde aquí luego de un proceso judicial que la llevó a estar privada de su libertad, aunque no pisó un penal. La historia mediática de Laura Bozzo empieza en los años 90, cuando condujo el programa “Intimidades” en Panamericana, para luego conducir “Laura en América” del canal América Televisión. Allí expuso historias de peruanos y peruanas, en su mayoría de escasos ingresos económicos, que compartían su privacidad mientras el espectador común almorzaba. También tuvo versiones de fin de semana, donde transmitió el infame “Haría cualquier cosa por dinero” (1999); donde una mujer accedió a lamerle las axilas a un hombre ante cámaras.
Es de destacar que quien fuera gerente de América Televisión, José Francisco Crousillat Carreño, recibió dinero del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos para poner la línea editorial del canal al servicio del fujimorismo; por lo cual fue condenado a prisión. En los años 90 Bozzo, empleada de Crousillat, llegó a entrevistar al presidente Alberto Fujimori; intercambio que según la revista Somos en su edición del 20 de julio del 2002 incluyó esta frase:
“¿Está hablando en serio, señor presidente?... ¿Sí? Bien, pero usted me cocina, ¡porque lo hace riquísimo! Claro, le preparo algo... previa minifalda.”
Larga caída
En julio del 2002, Laura Bozzo iba a tomar un vuelo a Nueva York, pero no salió del Perú por orden de las autoridades. Tenía que responder a las acusaciones de falsedad genérica, asociación ilícita para delinquir y peculado. Ese mismo mes empezó a cumplir un arresto domiciliario preventivo, destino que compartió con otros acusados; los cuales pasaron el proceso en sus respectivas casas.
La acusación de falsedad genérica fue archivada, pues no se comprobó que Bozzo hubiese presionado a la exesposa del estafador Carlos Manrique, Violeta Mori, para declarar en su programa que el hombre tuvo vínculos con políticos locales. Los otros casos sí llegaron más lejos, por los que fue condenada en 2006 a cuatro años de prisión suspendida; de los cuales ya había pasado en prisión domiciliaria tres años. Bozzo no pisó un penal peruano, pero tampoco reconoció sus culpas y, cuando habló de tema con el canal de YouTube Imagen entretenimiento, aseguró que su prisión preventiva se debió al caso Zaraí Toledo, la entonces hija no reconocida del presidente peruano Alejandro Toledo; caso que ella expuso en su programa.
Los tres años los pasó en el estudio Monitor, donde grabó su programa para ser transmitido en el canal Telemundo. En repetidas ocasiones, las autoridades le pidieron que no brindara declaraciones a la prensa, pero ella siguió saliendo en programas que no eran su show para Telemundo. Incluso llegó a hablar con la cadena británica BBC, que tuvo interés en el caso de la llamada “abogada de los pobres”. La acompañó en estos años su entonces pareja, Christian Zuárez, quien se hizo conocido en Perú por la breve agrupación Complot. “(Laura) es la Maradona del Perú y están haciendo una injusticia”, llegó a decir.
“Me has atrapado nena, nena...”.
Conexión mexicana (y más caídas)
En 2008, tras las declaraciones de dos personas en el programa de Jaime Bayly que aseguraron haber sido contratadas para dar falso testimonio en el programa “Laura en acción” de ATV; el programa fue sacado del aire. El programa también dejó de ser retransmitido por Telemundo, como reporta un texto de Variety. Bozzo anunció que denunciaría por difamación al presentador peruano. “Sufrí por sus mentiras y calumnias”, dijo. No fue lo único que Bozzo habría perdido ese año, pues un periodista del programa “Hoy” aseguró que a ella se le cayó la dentadura en plena transmisión.
El show era distribuido por Televisa, nombre destacado cuando se habla de producción de entretenimiento guionizado (telenovelas) o sin guion (realities y talk shows) en México. Laura Bozzo, desde entonces, solo estaría cada vez más ligada a dicho país, como lo demuestran sus incursiones en TV Azteca con “Laura de todos” y Televisa, con “Laura” a secas. La difusión en el exterior de los programas de Laura Bozzo no puede ser desestimada, al punto de que en otras latitudes se empezaron a comentar las palabras utilizadas por ella, reconocidas en Perú, como “carrito sanguchero” y “pollada”.
La relación de Laura y México fue complicada, no sin escándalos, aunque empezó con el pie derecho según la conductora que manifestó en 2010, en entrevista con People, el aprecio que sintió por el país. “Volví a nacer en México”, dijo. En 2013, fue acusada de utilizar un helicóptero pagado con recursos públicos, para emitir un “show”, en medio de la tragedia causada por el huracán Manuel en el estado de Guerrero. En noviembre 2015, se le acusó de atentar contra la intimidad de menores de edad que fueron panelistas en su programa de Televisa. Ese mismo año el programa dejó de emitirse por el canal, pero ella siguió en el país del norte, y en 2017, se nacionalizó mexicana.
Ya sin programa de talk show ni Zuárez, relación que terminó en 2017 en un escándalo que merece artículo propio, Bozzo siguió en lo suyo. De ahí que tuviera un segmento en el programa de espectáculos “El gordo y la flaca”, además de su, hasta ahora, último programa: “Laura sin censura” de Unicable (que sigue transmitiéndose).
Horas antes de cerrar este artículo, se esperaba que Laura Bozzo se ponga a derecho. Pero la conductora presentó una solicitud al juez que ve su caso para que suspenda la prisión preventiva, pues ella asegura padecer una enfermedad pulmonar que podría agravarse en la cárcel. Dos preguntas se mantienen sobre este caso: ¿Volverá a esquivar la prisión la conductora peruana? y ¿Dónde exactamente está Laura Bozzo? Esta novela, o ‘talk show’, aún tiene cuerda para rato. Que pase la investigada.
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