A pesar de los diversos avances en la ciencia y la tecnología; sobre todo, en ámbito de la salud, muchas veces nosotros como población mundial, desconocemos la importancia de algunas enfermedades, que lamentablemente pasan desapercibidas, aún así cuando tienen altos porcentajes de incidencia y causan la muerte de millones en el mundo. Como es el caso de las cardiopatías congénitas, ya que se estima que entre 3 a 8 por cada mil nacidos tienen cardiopatías. Por este motivo, cada 14 de febrero se celebra el Día de las Cardiopatías Congénitas, con la finalidad de sensibilizar a las personas sobre esta afección que suele aparecer de manera inesperada. Además, de concientizar a las instituciones sobre la importancia de contar con las herramientas y los conocimientos necesarios para enfrentarla.
¿Qué son las cardiopatías congénitas?
Según explicó Rafael Berríos Pacheco, cardiólogo pediatra de la Clínica Ricardo Palma, a Bienestar de El Comercio, estas son un grupo de enfermedades de origen embrionario, es decir, trastornos morfológicos o estructurales en la formación del corazón de los niños. En efecto, el término congénito deriva de la palabra prenatal, ya que estas cardiopatías se empiezan a formar durante la gestación, en las primeras semanas del embarazo, llevando al niño a nacer con este tipo de problemas de salud.
En general, los defectos cardíacos congénitos graves se detectan después del nacimiento o durante los primeros meses de vida, en estos casos el niño puede presentar síntomas, como los labios, lengua o uñas de color gris pálido o azul, respiración rápida, hinchazón en las piernas, el vientre o el área alrededor de los ojos, así también una falta de aire durante la alimentación, provocando un aumento de peso insuficiente.
Lamentablemente, como señaló Berríos, no existe una causa evidente de por qué se producen una cardiopatía congénita; sin embargo, se ha postulado la hipótesis de que es multifactorial, puesto que existen factores ambientales, virales, infecciosos y genéticos que pueden estar asociados a diferentes cardiopatías. Por ejemplo, los niños con síndrome de Down, quienes tienen un mayor riesgo de tener cardiopatías, ya que tienen una malformación en uno de los genes, puntualmente en el cromosoma 21.
¿Cuáles son los tipos de cardiopatías congénitas?
Con respecto a esta enfermedad, como destacó el cardiólogo pediatra, se puede realizar una clasificación fisiopatológica en la que se diferencian dos grandes tipos: cianógenas y acianógenas. Además, manifestó que la cardiopatía más frecuente en niños es el defecto septal ventricular; no obstante, si hablamos de la cardiopatía congénita más frecuente, pero no detectada, definitivamente es la válvula aortica bicúspide.
¿En qué consiste el tratamiento de las cardiopatías congénitas?
Inicialmente es médico, puesto que hay que tratar los síntomas que aquejan al paciente y dependiendo de la cardiopatía puede ser quirúrgico, es decir, una operación a pecho abierto o puede ser tratada mediante un procedimiento de alta complejidad denominado, cateterismo cardíaco intervencional pediátrico, indicó Berríos.
Igualmente, destacó la importancia de que los padres les realicen a sus hijos una evaluación anual con un cardiólogo pediatra, ya que se pueden encontrar algunos defectos que pasaron desapercibidos en la etapa de la infancia.
¿Cómo prevenir esta enfermedad?
Si bien es cierto, es muy difícil evitar que se desarrolle alguna cardiopatía congénita; sin embargo, el médico señaló que, de igual manera es muy importante los cuidados durante la etapa de gestación. Asimismo, refirió que es muy beneficioso realizar un diagnóstico oportuno y precoz, es decir, desde el embarazo, específicamente, entre la semana 14 y 18 por medio de una ecografía, permitiendo que se pueda planificar el parto y así contar con todo lo necesario para garantizar la vida del recién nacido.
¿Cómo es la vida para las personas que padecen una cardiopatía congénita?
En realidad, todo va a depender del tipo de cardiopatía congénita con la que nace el niño, en caso sea una cardiopatía compleja, su vida sí puede estar en riesgo, inclusive es necesario realizar intervenciones precoces, motivo por el que tendrá que vivir con ciertas restricciones. Mientras que, si se trata de una simple, una vez tratada u operada la persona puede hacer una vida con total normalidad sin ninguna limitación. Por esta razón, como enfatizó el cardiólogo pediatra, la expectativa y calidad de vida del paciente va a depender del manejo, el diagnóstico y el tratamiento más oportuno.