El gol de los 17 toques de Sporting Cristal a la U contado por sus protagonistas

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Ese segundo gol celeste selló una victoria importantísima. Aquel Cristal -dirigido por Juan Carlos Oblitas- se consolidó como líder para luego caminar ligero y sin competidores para el primer título de un tricampeonato que se selló dos años después (también ante la U). ¿Se puede planificar un gol de 17 toques? Dos de sus protagonistas nos confirman que esa jugada fue resultado de un buen ejercicio de la memoria.

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“Ñol sabía que le iba a devolver la pelota con el taco y yo sabía que se iba a proyectar. En las pichangas que hacíamos en las prácticas, yo siempre devolvía paredes con el taco. Cuando llegué de Brasil siempre traté de contagiar a mis compañeros de esa motivación para jugar en pared. Lo único malo de ese gol es que no pude verlo”, nos cuenta Julinho.

¿Por qué el ex atacante brasileño se perdió ese disparo de Flavio Maestri luego del centro de Solano? Apenas Julinho devolvió el pase de Ñol con el taco, Marcelo Asteggiano, que llegó tarde a la jugada, le propinó un furibundo codazo. Cuando escuchó el grito de los hinchas celestes, Julio de Andrade Moura solo atinó a abrir los brazos como un Cristo Redentor.

-Solano, el jugador decisivo-

De esos 17 toques, quien más trasladó el balón fue Nolberto Solano. Incluso, el ex Newcastle y Boca Juniors cruzó el campo haciendo una diagonal y tocando con Pinillos, Soto y Julinho. El MVP de ese concierto fue quien hoy es asistente técnico de Ricardo Gareca, en la selección peruana.

“Es verdad que nos conocíamos mucho, es verdad también que en ese tiempo nos juntamos futbolistas con mucha técnica en el club, pero esos goles nacen de lo espontáneo. Con ese loro de ‘Julinho’ ya teníamos esos códigos para tocar. Salió un gol lindo, marcó una época en la que Cristal aquí vivía, salvando las enormes distancias, una época como la que tuvo Guardiola en el Barcelona”, relata Nolberto Solano.

La medición de los tiempos nos la regaló la voz de Luis Ángel Pinasco en transmisión para América Televisión. Se jugaba el minuto 46 con 40 segundos de ese Cristal-Universitario. Los cerveceros ganaban 1-0 gracias a un potente remate de Germán Pinillos. En esos segundos finales, lo más acertado era no perder la posesión de la pelota. Rotar y Rotar. Con paciencia, pero con estética. Los oles de las tribunas fueron alimentando la voluntad para ir adelante. La intrascendencia de una jugada de cierre de partido fue alterada por el ímpetu de Solano. Luego vino lo irrepetible. De los 17 toques, dos de ellos fueron de taco.

El primero de los pases fue de Manuel Earl -que en paz descanse- (despeje de cabeza) a Julinho. “Recuerdo que recibí un despeje en la mitad del campo de Manolito. Había retrocedido un poco, estaba en la ubicación de Pedro Garay. Y allí comenzamos a pasarnos el balón. No fue por seguir los oles, sino que no nos estaban marcando tan a presión porque la U tenía un jugador menos. La diagonal que hizo Ñol fue clave”, sigue recordando Julio de Andrade Moura.

Ese gol de Sporting Cristal puede tener como música de fondo a “Las cuatro estaciones” de Vivaldi. Una danza de figuras sobre una alfombra verde. El compás lo marcó Ñol y el elogio a la sutileza fue de Julinho. Era justo que durante los siguientes diez años, al brasileño siempre le recordaran que sus botines de fútbol podían convertirse en zapatos de ballet.

“Por esas cosas se fue inflando la rivalidad con Cristal. Éramos como el equipo aguafiestas de la U y Alianza, sobre todo en esos años noventa”, explica Ñol, luego de comentar que aquel Universitario no era cualquiera de sus versiones, sino que era la base de aquel recordado cuadro bicampeón en 1992 y 1993.

¿Eran clásicos los U-Cristal de los noventas? Julinho plantea una explicación de ese antagonismo que se recordará en esta final del 2020. “Cuando enfrentábamos a Alianza, los dos equipos teníamos estilos similares, solo que nosotros teníamos mejores jugadores. Pero con la U eran partidos friccionados, se enfrentaban no solo dos clubes sino que también dos maneras de sentir el fútbol. En esta final 2020 creo que vamos a ver algo parecido, aunque la U de Comizzo sí tiene delanteros que manejan bien la pelota”, cierra Julinho.

Ese 20 de junio, Brasil le ganaba 2-0 a Rusia por la Copa del Mundo. Aún Bebeto no celebraba sus goles como si estuviera arrullando a un bebé. Los que éramos niños buscábamos las figuras para llenar el álbum. Raúl Romero y Elena Romero nos acompañaban a almorzar “De dos a cuatro”. Cachuca de “Los Mojarras” nos anunciaba, con alma, corazón y vida, que iba a comenzar la telenovela “Los de arriba y los de abajo”. Desde aquel 1994, los celestes se acostumbraron a ser siempre campeones y siempre primeros. La historia comenzó con un gol de 17 toques.Los muchachos del ‘Ciego’ Oblitas, con actitud positiva, juntaron todo su esfuerzo. Y los hinchas celestes cantaron alegres. Cantaron unidos.

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