Se complicó la situación para Jean Paul N’Djoli. Lo que en un inicio parecía una gran oportunidad, terminó siendo uno de los peores momentos que ha pasado en su vida. El francés dejó el Évreux de la tercera división francesa tras el llamado de Rayo Vallecano, pero nunca se imaginó que sería una decisión de la que se arrepentiría.
El club de Vallecas le ofreció un contrato, el cual poco tiempo después quisieron cambiárselo, como consecuencia de la gran pretemporada que realizó con el equipo ‘B’. No se trataba de un aumento, sino de una reducción de su salario y de la cláusula de salida. El ofrecimiento fue rechazado por N’Djoli, sin saber que empezaría su verdadero tormento.
Pasó más de dos meses entrenando sin tener un contrato firmado y sin recibir salario. Esta situación lo llevó a denunciar este maltrato que viene recibiendo del cuadro de LaLiga Santander. Lo hizo a través del programa El Larguero de la Cadena Ser.
“En el apartamento somos siete para cuatro habitaciones, hay dos baños, pero solo funciona uno. Hay un baño para siete jugadores que entrenamos a la misma hora. En dos de las habitaciones no hay ni cama, solo hay un colchón”, explicó.
“Tenemos un sofá en el salón, pero no nos podemos ni sentar porque hay agujeros por todo el sofá. El club no paga a la persona que viene a cocinar y a limpiar, entonces tampoco hace la compra porque no la pagan. Lógicamente no va a trabajar gratis para nosotros. Pagamos nuestra propia comida con el dinero que nos dan nuestras familias. A los más jóvenes tratamos de ayudarlos entre todos”, añadió.
Tras estas declaraciones, Rayo Vallecano decidió prohibirle entrenar y el ingreso a sus instalaciones. Por ahora, el club no se ha manifestado públicamente, aunque algunos aficionados ya empezaron a pedir explicaciones a través de las redes sociales.