Era 29 de setiembre de 1983. Estadio Nacional. El clásico va 1-1 y en la banca de Universitario, un joven de 25 años mira las acciones con nerviosismo. A 15 minutos del final, su técnico, José Ramos Delgado, le hace la señal para que ingrese. Reemplazará a su ídolo, Percy Rojas.
Casi cuarenta años después, miles de hinchas siguen hablando de esa tarde. De su tarde. Cuando Miguel Seminario, a un minuto del pitazo final, anotó el mejor gol de Universitario en la historia de los clásicos. En este 7 de agosto, aniversario 98 del club, recordamos eso y más con su protagonista.
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—Eduardo Rey Muñoz dice que siempre se acuerda de tu gol a Alianza porque fue el único de todo el equipo que no la tocó.
Sí, je… la jugada vino desde atrás con Gardella. ‘Cachorro’ se la da a Chávarry, este a Germán (Leguía), luego se la dio a Ternero y él me la da. Ahí arranco desde mediacancha y me meto entre tres jugadores. Se la doy a Germán, la controla en dos toques, se la da a Chávarry y este en primera me la deja. Yo entraba en diagonal y la empalmo desde unos 25 o 30 metros. La bola va al ángulo. El estadio se levantó.
—¿Qué piensa un goleador en ese momento?
Siempre quería hacer goles, ser la figura, meter el gol del triunfo. Era mi misión. Cuando entras al campo solo piensas en eso. Tienes que estar concentradito. Entré con ganas porque en la banca me comía las uñas. Ingresé por Percy (Rojas). Era el primer clásico en que salía en lista.
—¿Cuando recibes la pelota de Chávarry pensaste en patear o en devolver el pase?
Cuando Chávarry recibe la pelota de Germán, estaba de espaldas. Pero como era muy técnico, giró y la tocó con la parte interna del pie, en el aire. Cuando la vi, dije: le meto un zapatazo y al arco, salga lo que salga. Además, a Caíco (José Gonzales Ganoza) lo conocía. Agarré la pelota, como dicen, como los dioses. He marcado otros goles, pero este le gana a todos por los detalles: los últimos tres toques fueron en el aire, faltaba un minuto para terminar, era un clásico, el estadio estaba lleno…
—Y casi cuarenta años después, en el aniversario 98 del club, lo siguen recordando.
Nunca lo pensé. Después del partido fuimos a la casa de (Julio César) Antón. Ahí un amigo, que era hincha de la U, me dijo: no sabes lo que has hecho, ese gol va a quedar en la historia. En la celebración, Rey Muñoz me agarra del cuello y me tumba. Cuando quise reaccionar, todos estaban encima mío.
—¿Tenias conciencia de lo que habías hecho?
El gol lo grité con todos los pulmones. Salí corriendo, pensé en ir a la banca y celebrarlo con todos, pero Rey Muñoz me agarró en el camino. Ahí se desató el griterío, la emoción…
—¿Es tu mayor alegría como futbolista?
No, mi mayor alegría fue cuando me llamaron a la selección. De niño, cuando vi la eliminatoria para México 70, el partido en Argentina, me propuse llegar a la selección y gracias a Dios lo cumplí. Estuve en todas las etapas antes del Mundial de España, pero no me llevaron.
Trayectoria:
Equipos:
Sport Boys (1978-1982)
Universitario (1983-1886)
Cristal (1987)
L.A. Firpo, El Salvador (1988-89)
Macará, Ecuador (1989)
Los Inkas, Estados Unidos (1990)
A.Marte, El Salvador (1991)
Motagua, Honduras (1991-92)
Real Maya, Honduras (1992)
Atlético Indio, Honduras (1992)
Carlos Mannucci (1993-96)
Títulos
Campeón con Universitario en 1985, Luis Ángel Firpo (1988-89) y Motagua (1991).
—¿No te parece injusto que solo te recuerden por ese gol? Recuerdo tres tuyos, también en clásicos, fundamentales: los de la liguilla del campeonato del 85 cuando le ganan 3-2 a Alianza y el que marcaste en la despedida de Oblitas.
Claro, lo anticipo a Caico y Farfán, y la bola entra por debajo de sus piernas. En el Lolo, donde concentrábamos, recuerdo que le dije al Ciego: tú me la vas a centrar y yo meto el gol. Así pasó y ganamos 1-0. En el 3-2, Marcos (Calderón) nos quería matar. En el primer tiempo íbamos perdiendo 2-0. Alianza volaba. Nos habíamos quedado dormidos y empezando el segundo tiempo ellos se pierden dos. Ahí empezamos a reaccionar. Hago el primero y el del empate. El tercero lo hizo el ‘Diablo’ (Drago).
—¿Qué les dijo Marcos?
Nos llamó la atención. Tenía un temperamento fuerte, la voz ronca y siempre exigía que ganemos todos los partidos. Nos metió una guapeada. “¡Carajo, ustedes son superiores, tienen que ganar, no puede ser que estemos perdiendo!”. La U siempre ha empatado o volteado partidos faltando un minuto. Esa es su historia. Nunca hay que darla por muerta.
—¿Esos goles son los que más recuerdas o hay otro en especial?
Tengo uno de casi mediacancha al UTC. La bola viene en el aire, volteo y pateo al arco. La pelota fue elevada. Tapaba Purizaga.
—Habiendo sido autor de al menos cuatro de los goles más importantes de la ‘U’ en los clásicos, ¿te sientes reconocido?
No, no… Reconocido por los hinchas, pero por las directivas muy poco. Hace años había una señora que trabajaba en Relaciones Públicas del club, la señora Gladys. Siempre nos mandaba invitaciones a las reuniones, entradas para el estadio… después nada. Trabajé 14 años en la U, en menores, pero no me pagaron bien, nos quisieron pesetear, no nos pusieron en planilla. Cuando vino la primera administración temporal trajeron a un argentino y botaron a todos los ex jugadores. Tuve que enjuiciar a mi club, del que fui socio, goleador, figura…
—Empezaste tu carrera en Boys. ¿Eres rosado o hincha crema?
Amo al Boys, lo respeto por lo que me ha dado, pero he sido hincha de la ‘U’ desde chico. Para mí haber jugado por la ‘U’ es lo máximo.
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