Diciembre, 1999. Mientras Óscar Ibáñez hacía icónica su foto sobre el arco norte de Matute el día que Universitario de Deportes dio la vuelta en la cancha de Alianza Lima. En el otro arco, conteniendo las lágrimas y la amargua de la derrota, Waldir Sáenz, ídolo y goleador del club íntimo, le agradecía a todos los hinchas blanquiazules el aliento incansable en la final perdida. Cada uno puede quedarse con la imagen que quiera. El luto se lleva dentro y se sepulta en el alma, pero el agradecimiento es la memoria del corazón.
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