WWE celebró por todo lo alto el fin de semana de WrestleMania. Desde el viernes con la ceremonia de inducción al Salón de la Fama de The Undertaker hasta el lunes con el cierre en el Super-store, la tienda más grande de artículos recientes y coleccionables de la empresa más grande de lucha libre. El Comercio estuvo en Dallas y pudo observar de primera mano la cultura de consumismo masivo en torno a los ídolos de WWE. Más de 10 mil productos fueron puestos a la venta, destacando toda la mercadería de Stone Cold Steve Austin y las experiencias en torno a The Undertaker.
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En el segundo piso del Onmi Hotel, ubicado en Dallas, se llevó a cabo la super-store, una convención de productos de lucha libre con todo tipo de artículos relacionados a WWE. Si bien estuvo abierta durante todo el fin de semana, la organización decidió cerrar WrestleMania con la presencia de The Undertaker en la super-store para firmar autógrafos y tomarse fotos. Obviamente, esta experiencia tenía un costo de USD 150. Cabe destacar que la entrada costaba USD 10 y todo lo demás tenía un precio distinto dentro de la super-store.
Lo más barato giraba en torno a la mercadería de WrestleMania. Polos, tazas, llaveros, libretas, muñecos, entre otros, todos con el logo de la ´Vitrina de los Inmortales’ fueron requeridos por los fanáticos desde el primer día hasta el último. Luego estaba la zona del Salón de la Fama, en el que destaca The Undertaker. Distintos modelos de polos, vasos, llaveros, entre otros, adornaban el stan del Hall of Fame.
En otra área, WWE puso a exhibición los objetos más preciados que tienen: el pantalón de Brock Lesnar cuando venció a The Undertakr en WrestleMania, las vestimentas de Chris Jericho, las bota de Eddie Guerrero que usó en WrestleMania 20, los atuendos de Shawn Michaels, la urna que solía llevar Paul Bearer cuando acompañaba a The Undertaker, entre otros. Con ello, WWE apelaba a la nostalgia para que los fanáticos busquen recuerdos de sus infancias.
Al medio de todo se encontraba un ring. De acuerdo al cronograma, algunos luchadores arribaban y brindaban entrevistas con todos los seguidores alrededor. WWE se caracteriza por utilizar bien el talento disponible para generar ganancias. Luego los llevaban a un área para firmar autógrafos. Obviamente, esto tenía un costo adicional.
Dentro de la super-store existían zonas de experiencias. Por ejemplo, podías pagar 20 dólares y sentarte a narrar una lucha tradicional. Al terminar, te enviaban el archivo por correo. Del mismo modo, podías simular entrar al ring con una gran pantalla de fondo.
La zona de The Undertaker tenía de todo: el sombrero, tazas, polos, revistas, artículos coleccionables y el ‘Patio del deadman’. Una experiencia aterradora que costaba 25 dólares. Esta zona tenía su propio ingreso y contaba con una cola bastante extensa. Otra zona concurrida giraba en torno a Stone Cold Steve Austin: debido a su participación en WrestleMania, WWE lanzó los polos con el lema ‘Dallas 3:16′. Fue uno de los polos más vendidos en toda la tienda.
Por último, la zona más poblada giraba en torno a los cinturones. Tenían dos módulos, ya que no era suficiente contar con uno solo debido a la demanda de las personas. Estaban todos los títulos que tuvo alguna vez la WWE, desde los actuales hasta los extintos. Los precios variaban de acuerdo al tamaño y la relevancia, llegando a costa más de 1,000 dólares los que alguna vez fueron usados en algún show de WWE.
Lo que es innegable es que los fanáticos de WWE cuentan con un poder adquisitivo importante: esto se contrasta en los propios shows, ya que casi todas las personas que asisten cuentan con algún producto oficial. Títulos, polos, poleras o casacas, estar en una arena con un show de WWE parece un desfile de moda propia de la empresa de Vince McMahon. Construir esa relación es complicado para todas las marcas, es por eso que WWE cuida tan bien la experiencia del usuario en los eventos que produce.