Wilson y Fury tuvieron una accidentada pesada. (Foto: AFP)
Wilson y Fury tuvieron una accidentada pesada. (Foto: AFP)
/ JOHN GURZINSKI
Ricardo Montoya

Los hombres, ciertamente, no son todos iguales. Pocos días después de superar al inexpugnable Wladimir Klitschko para coronarse supercampeón de peso completo, apretó el acelerador de su Ferrari rojo y casi lo estrella, adrede, contra un muro de contención. Confiesa el propio Fury que fue la imagen de sus hijos en la cabeza la que lo obligó a reducir los 300 kilómetros por hora de velocidad en los que se encaminaba a una muerte segura.


Tyson, bautizado así en honor a ‘Iron Mike’ por su padre, relata que la presunta felicidad que irradiaba por fuera contrastaba con un dolor insoportable en el interior. “Tenía todo: dinero, popularidad, gloria, una mujer hermosa, niños maravillosos, pero no ganas de vivir”. Ese sufrimiento devino primero en tristeza profunda; luego en una incontrolable adicción a las drogas. Los hombres, repetimos, no son todos iguales: 800 mil de ellos al año se quitan la vida víctimas de la depresión.

Con saludable espíritu marketero, pero con escasa empatía personal, el campeón Deontay Wilder le ha espetado al gigante inglés que, si no fuese por él, su familia no tendría ni para comer y también que, cuando él le propuso la primera pelea (que empataron), era “una casa gigante de 180 kilos, atiborrada de cocaína que solo pensaba en suicidarse. No te olvides que yo te traje de vuelta al mundo”.

Tras intercambiar empujones con el ‘Bombardero de Bronce’ durante el pesaje, el ‘Rey Gitano’ replicó que iba a silenciar, en el cuadrilátero, al actual monarca del Consejo Mundial de Boxeo de la categoría máxima.

Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: Reuters)
Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: Reuters)
/ STEVE MARCUS
Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: AFP)
Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: AFP)
/ JOHN GURZINSKI
Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: AFP)
Deontay Wilder & Tyson Fury. (Foto: AFP)
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En lo meramente pugilístico, Fury posee, sin ser un virtuoso, una técnica superior a la de Wilder, lo que puede ser un argumento decisivo hoy en Las Vegas. Sobre todo si el combate se estira hasta el veredicto de los jueces.

Deontay, de una fortaleza y estamina fuera de lo común, es capaz de matar una vaca de un derechazo. Esto compensa, en cierto modo, algunas de sus carencias pugilísticas. Wilder suele ser predecible en el ring. Es el tremendo poder de sus puños el que lo rescata con frecuencia. Por esa razón, es imprescindible para Fury presentarse en óptima condición física. Solo así podrá resistir las embestidas del norteamericano.

WilderFury
Triunfos42 / 41 KO29 / 20 KO
Empates11
Derrotas--

NOTAS PARA SUSCRIPTORES

Es de conocimiento público que el ciclotímico inglés se masturba hasta siete veces diarias con la intención de elevar sus niveles de testosterona. El doctor Walter Ghedin, médico experto en sexología, ha respondido que “no hay evidencias científicas de que la autocomplacencia onanística frecuente ayude en ese sentido. Al contrario, es posible que la testosterona descienda. Y, sin duda, desgasta físicamente”.

Existe un aspecto en el que Fury aventaja a Wilder, y es la relajación. Deontay, más allá de sus formas poco ortodoxas, está siempre más tenso en el ring. A esa rigidez, Fury opone un estilo en apariencia perezoso, pero muy efectivo. En esa cadencia pugilística poco común radica gran parte de sus posibilidades de triunfo. Wilder necesita de un golpe. Fury, en cambio, requiere un plan de combate ejecutado a la perfección.

Amasando una conclusión podríamos decir que Fury requiere olvidarse de las provocaciones de Wilder por completo para tentar la victoria. Si cruza golpes con el verborrágico campeón, en lugar de distanciarse para imponer su mejor boxeo, su destino puede estrellarse de bruces con la lona. Si no lo hace, es posible que Tyson obtenga su redención esta noche.

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