Un aspecto clave en el running es la nutrición. El identificar qué alimentos debemos comer y saber en qué momento es conveniente o no consumirlos será de gran ayuda para no perjudicar tu rendimiento. Antes de salir a correr, en particular, es recomendable evitar el consumo de alimentos de difícil digestión, que puedan ocasionar malestar gastrointestinal durante el entrenamiento o competición.
Aquí te contamos más acerca de esos alimentos que lejos de ayudarte pueden hacerte pasar un mal rato si los comes antes de tu práctica.
▶ Carnes muy fibrosas o muy grasas. “Este tipo de carnes requieren un mayor tiempo para ser digeridas, razón por la que permanecerá más en nuestro estómago, lo cual nos hará sentir llenos y pesados por más tiempo”, asegura la nutricionista Talía Pinto.
▶ Verduras flatulentas. Cuanta más fibra contenga un alimento, más tardará en digerirse. Y esto puede conllevar mayor riesgo de hinchazón, gases, dolor abdominal e incluso diarrea durante la competición. La coliflor, alcachofa, col de bruselas, brócoli, pepino están entre este tipo de verduras.
▶ Comidas o salsas ricas en grasas. A más grasa y proteína consumamos, más lenta y pesada será nuestra digestión y más llenos nos sentiremos. Lo que podría llevar a experimentar pesadez durante el ejercicio. Por ello, no se debe comer alimentos altos en grasas como las hamburguesas, el tocino, papas fritas, etc. "Es aconsejable evitar, además, salsas como la mayonesa por su alto contenido graso", agrega.
▶ Frutas muy ricas en fibra. Al igual que las verduras, las frutas son alimentos ricos en fibra y nutrientes por lo que el cuerpo trabaja más para procesarlas. Para Talía Pinto, “frutas muy ricas en fibra como las ciruelas, uvas, kiwi, granadilla, maracuyá, entre otras, podrían ocasionar molestias gastrointestinales y hasta diarreas”.
▶ Alimentos condimentados o especias muy fuertes. Este tipo de insumos podrían ocasionar acidez, indigestión, reflujo e inflamación estomacal. Especias como el curry o ají, por ejemplo, no son la mejor idea antes de correr.
Cabe señalar que "siempre que sea posible, lo mejor es haber comido entre 4 a 6 horas antes del ejercicio. Hacerlo le ayudará a minimizar los problemas gastrointestinales y optimizar el rendimiento, -señala la entrenadora certificada y runner Christine Luff en un artículo en VeryWell-. De esta manera, la comida será digerida y absorbida, y las reservas de glucógeno estarán en su nivel más alto".
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