Así está el 'Diablo' Carazas, el último que le ganó a Argentina
Así está el 'Diablo' Carazas, el último que le ganó a Argentina
Miguel Villegas

En 1997 los argentinos conocieron al 'Diablo'. Supieron que era negro y peruano, que tenía buen pie, hacía goles y que era atrevido para pisar la pelota cuando exigía pase, o huacha cuando era urgente una pared. Tiempo después, dos tipos de traje y corbata, hinchas de Belgrano de Córdoba, preguntaron por sus credenciales, su presente, le hicieron una oferta y lo contrataron. Supieron entonces que se llamaba Eddy Carazas, que era un tardío volante con pretensiones de delantero y que había crecido en un barrio de Lima donde es imposible ser un angelito: Santoyo. Ese jugador --ahora de 42 años, de familia numerosa, dientes rotos, pero sonrisa de bebé-- aún recuerda ese partido del 97. 

La última vez que dio una nota especial –aunque seguro van a buscarlo de nuevo-, El Comercio le preguntó qué sintió después de ese -de la Copa América de 1997, el último triunfo peruano oficial ante los albicelestes. La noche en que todos quisimos ser el Diablo. "Quise cambiar la camiseta con un argentino y me mandó recontra lejos. Yo le había ganado. Pero igual no me quedé callado y le menté hasta a la abuelita", dice. 

Resucitó para el fútbol en la Super Liga 7, en febrero último, cuando defendía la camiseta de Los Poetas, un evidente eufemismo para llamar a la César Vallejo en ese torneo. Antes jugó por la 'U', también en ese liga. Dice que cobra poco, pero es suficiente. Su facha de barrio y sus zapatillas viejas son una pantalla: Eddy no malgastó sus pocos ahorros. Si los argentinos de esa selección del 97 quieren buscarlo, un dato: el 'Diablo' tiene casa propia en Surco. 

-¿Tienes el video de ese partido?

Debe estar por ahí. Lo que sí guardo son recortes de periódicos, que los veo a veces con mi hijo Eddy. "Papá, tú le hiciste un gol a Argentina", me decía cuando era niño y se le hace un nudo en la garganta. Y me hace el hombre más feliz del mundo. 

Felicidad. Carazas llegó a esa selección alterna después de un año con la 'U', equipo con el que se dio el lujo de ganarle a Peñarol en el Centenario. Era un tipo difícil: o salía en la página deportiva o lo mencionaban en la de crónica roja. "Pero no me arrepiento de nada, eh. Inventaron mucho. Yo tomo, sí, pero siempre pensé en mis hijos", le dijo el 2008 a El Comercio, en el recuento doloroso de los daños. 

-¿Por qué le ganamos esa tarde a Argentina?

Porque ellos se veían en la semifinal con Brasil, incluso ya habían reservado el hotel. ¿Perú? Patito feo, pues. Eso se notaba en la cancha. Gracias a mi Dios hice un gol, después vino el de Hidalgo, y al final temblaban. Después corrió de todo: patadas, puñetes. Nadie arrugó. Miguelón Miranda, que no solo tiene una 'caraza' sino una manazo, se impuso. A mí se me salió el barrio. Fue lindo. 

Se llama Eddy Carazas. Y forma parte de la historia grande del fútbol de este país.

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