A casi 5 meses para terminar el año, el avance en la ejecución de la inversión pública aún se encuentra en niveles bajos. En los tres niveles de gobierno, este indicador aún bordea el 32,7%. Es decir, se han gastado S/21.205 millones de los S/64. 764 millones disponibles para la formulación e implementación de nuevos proyectos, según el portal de transparencia del MEF.
Si bien los ministerios y entidades dependientes del Ejecutivo muestran un mejor desempeño que los gobiernos subnacionales (39,5% de avance frente al 28,6% de regiones y municipios) , existen marcados contrastes entre sectores. Por ejemplo, Salud e Interior –ampliamente abordados en el último mensaje presidencial y que figuran entre los diez presupuestos más altos– tienen avances en el gasto que llegan al 18% y 13% respectivamente, superando solo a Ambiente y Relaciones Exteriores, que registran un12% de avance [ver cuadro].
Ambos sectores fueron los de mayor rotación ministerial desde julio del 2021: el Minsa tuvo cinco titulares, mientras que el Mininter tuvo 10 ministros. Solo en la gestión de Dina Boluarte han pasado dos ministros por la primera catera y tres por la segunda.
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Los anuncios de nuevas inversiones en Salud hechos por la mandataria (como la construcción de seis nuevos hospitales y el destrabe de 37 proyectos de infraestructura hospitalaria) contrastan con los logros obtenidos en el año. De enero a julio, el sector invirtió S/331 millones y le quedan S/1.441 millones por gastar. En lo que resta del 2023, el Minsa y sus instituciones tendrían que multiplicar por seis su velocidad de gasto para llegar a una ejecución completa.
Uno de los mayores retrasos se presenta en el programa de creación de redes integradas de salud, con 4,5% de avance (S/34 millones de S/781 millones). La ejecución de la inversión en el Instituto Nacional de Salud y el INEN es de 7,4% y 8%, respectivamente.
En Interior, a la fecha se han invertido S/45 millones de los S/348 millones disponibles. Para llegar a cumplir la meta anual, el ministerio tendría que multiplicar por nueve su velocidad de gasto.
Los montos invertidos entre enero y agosto en ambos sectores son incluso menores a los registrados en el mismo período del 2022, 9% por debajo en Salud y 51% menos en Interior.
A nivel de todos los ministerios y entidades dependientes del Poder Ejecutivo, aún faltan por gastar S/15.085 millones. En este nivel se tendría que duplicar la velocidad de gasto para lograr un 100% de avance.
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Agenda pendiente
¿Qué medidas deben implementarse para acelerar el gasto público en el Ejecutivo? Jorge Guillén, profesor de finanzas de Esan Graduate School of Business, remarca que la inversión pública será un aspecto clave para contener el impacto de El Niño Global. Recuerda que en el 2016 el gobierno invirtió cerca de S/1.000 millones para contrarrestar sus efectos. Pero su impacto en la reactivación económica será insuficiente si no va de la mano con un fomento de la inversión privada.
“Se podría esperar que en el segundo semestre haya un mayor impulso, pero lo que preocupa es que a veces se gasta en algunas infraestructuras que no son necesarias o relevantes”, dice.
El especialista remarca la necesidad de que el Estado retome la selección de profesionales idóneos en los ministerios y altos puestos gerenciales. “Que asuman con un rol de liderazgo y buena planificación, y que se llenen los puestos vacíos”, opina.
Flavio Ausejo, especialista en políticas públicas de la Escuela de Gobierno de la PUCP, señala que, si bien el Gobierno tiene la capacidad para activar la inversión pública, no tiene los instrumentos para que sea efectiva.
“Hay múltiples factores que evidencian que la ejecución de inversión pública directa del Estado es mala, en el sentido que demora o no se concreta, cosa que no pasa con otros mecanismos como las obras por impuestos o las APP, que normalmente fluyen mucho mejor.”, explica.
Ausejo coincincide en que el gobierno no atrajo perfiles especializados y con liderazgo para impulsar la inversión en ministerios clave. A esto se suman las dificultades propias del ciclo de inversión pública y de la acción de la contraloría.
“(La contraloría) Tiene un rol intrusivo en la gestión, ya no solo verifica si hay cumplimiento de la norma, sino que además cuestiona la decisión que toma el responsable del proyecto”, dice.