Si hay un destino en el Perú que demuestre de forma clara el impacto del coronavirus en la industria de los viajes, ese es Paracas. Y es que, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), debido a la pandemia este motor económico de la región Ica pasó de sumar 487 mil visitantes en el 2019 a no convocar ninguno desde abril pasado. ¿El motivo? La cuarentena que se viene ejecutando en la zona.
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Como consecuencia, las empresas vinculadas a esta actividad en Paracas o están dedicándose a otros rubros (como la pesca o la venta de abarrotes) o están cerrando debido al ‘default’ financiero al que han caído sin operar.
“Acá, los que nos dedicamos al turismo estamos quebrando. Si no son todos, la gran mayoría”, alerta a El Comercio José Rosas, gerente general del grupo Paracas, un holding que tiene bajo su paraguas a restaurantes y agencias de viajes que promueven actividades como los deportes de aventura y las caminatas, entre otras.
El ejecutivo añade que, tras más de cuatro meses de cuarentena y cierre de fronteras, las reprogramaciones de deudas a las que accedió el empresariado de la zona ya se cumplieron, con lo que varios propietarios han tenido que declararse en bancarrota ante la imposibilidad de cumplir los pagos de sus préstamos. “Estamos paralizados”, explica, en medio de una crisis que, hace apenas un mes, sacó del mercado a la compañía de transporte terrestre Soyuz, que cerró luego de 38 años de operar la ruta entre Lima e Ica.
Ahora bien, ¿por qué estos meses sin turismo están causando semejantes estragos en Paracas como en el resto de atractivos del país? Sin duda, la inactividad es el principal motivo, pero no el único. En el caso de este destino del sur, por ejemplo, uno podría esperar que los empresarios estuviesen mejor preparados para afrontar la emergencia sanitaria, a juzgar por el crecimiento que experimentaron durante la última década. Ocurre que, según el Mincetur, las visitas a esta reserva nacional se multiplicaron por cinco entre el 2009 y el 2019, con lo que superaron los 487 mil turistas el año pasado. Sin embargo, este resultado no los blindó.
SIN PRODUCTO TURÍSTICO
¿Qué los hizo tan frágiles? Una razón es la informalidad, que está por encima del 80% en el caso de la oferta de transporte turístico en esta zona, refiere el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Carlos Canales. De hecho, cuando Soyuz informó sobre el cese de sus operaciones, señaló que este problema era una de sus causas. “Pese a que esta firma tenía el 40% del mercado de transporte entre Lima e Ica, tuvo que salir porque es imposible competir con combis y colectivos que llevan a los pasajeros como sardinas”, anota Canales.
La informalidad es una muestra de que no se ha desarrollado –o, al menos, no del todo– un producto turístico en Paracas. Es decir, no se ha potenciado su natural atractivo con más oferta de conectividad (terrestre o aérea) y con servicios complementarios de calidad que se integren para reforzar su presencia en el mapa de destinos locales.
Si bien ha crecido el número de condominios de playa en este lugar y también han llegado grandes cadenas hoteleras a sus costas, estos “no están vinculados a la población”, por lo que la actividad en ellos no repercute directamente en el resto de ‘stakeholders’ de este atractivo, como indica José Rosas.
ELEFANTE BLANCO
Otro ejemplo de que falta consolidar un destino turístico en Paracas es lo poco que se ha aprovechado el aeropuerto internacional de Pisco, que el año pasado trabajó con algo más de 10 mil pasajeros, de los cuales solo 466 eran internacionales, según la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Córpac).
Esta situación no pasó desapercibida ni siquiera para el periodista Andrés Oppenheimer, quien en CADE 2019 lo llamó “elefante blanco” por ser casi un terminal fantasma.
“Pisco podría haber conectado los vuelos de carga entre Ica y Sudamérica”, comenta Carlos Canales. Es inevitable preguntarnos cuánto se hubiese aprovechado en estos días de pandemia. Pero no se hizo.
PUNTOS RELEVANTES
* Para evitar que se repitan cierres como el de Soyuz, Canatur planteó la implementación de un sistema nacional de monitoreo digital para las empresas de transporte turístico mediante una placa morada. El objetivo es combatir la informalidad.
* Una obra pendiente en la zona es el tren de cercanías entre Lima e Ica. Por ahora no está previsto.
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