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Las secuelas de largo plazo que ha dejado la pandemia sobre la competitividad regional comienzan a ser cada vez más evidentes. Así lo demuestra la 11° edición del Índice de Competitividad Regional - INCORE 2023, herramienta elaborada por el Instituto Peruano de Economía (IPE) que permite evaluar la capacidad de las 25 regiones del país para aprovechar los diferentes recursos que permitan un desarrollo económico y social sostenido. Por ello, los resultados del INCORE muestran una relación clara entre mayor competitividad y menor pobreza.
Retrospectiva
Los cambios entre la edición 2023, que utiliza datos al 2022, y el INCORE 2020, que utiliza datos al 2019 y refleja la situación prepandemia, muestran que los retrocesos de algunas regiones han permitido el avance en el ránking de competitividad de otras que mostraron algunas mejoras. Por ejemplo, la caída de ubicaciones de Loreto, Ucayali y Huánuco, que ahora ocupan los tres últimos puestos, dio paso a que Huancavelica dejara de ser la región menos competitiva y Puno avanzara tres posiciones, sin que ello signifique que los retos de competitividad en estas regiones hayan dejado de ser aún grandes.
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Por un lado, Huancavelica salió del último puesto (25) del pilar Infraestructura, mientras que Ucayali y Loreto retrocedieron a los dos últimos lugares. Ello se debió, en parte, a que Huancavelica registró un mayor incremento del acceso a internet móvil. Así, el número de líneas con servicio de internet móvil por cada 100 habitantes aumentó de 52 en la edición 2020 del INCORE a 69 en la edición 2023, un incremento equivalente a tres veces el del promedio nacional. Por otra parte, la mejora relativa de Puno se explica, en gran medida, por el deterioro de Huánuco en el pilar Salud luego de que la prevalencia de la anemia en menores de 36 meses aumentara de 39% a 52% entre las últimas cuatro ediciones del INCORE. En Puno, en cambio, dicha variable se redujo ligeramente de 69% en la edición 2020 a 67% en la edición 2023.
En el extremo superior de la tabla, Tacna desplazó a Arequipa como la tercera región más competitiva tras tomar ventaja en los pilares Instituciones y Salud. En este último, Tacna ahora presenta la segunda menor tasa de anemia. Asimismo, La Libertad salió del tercio superior de competitividad, pasando del puesto 8 en 2020 al 10 en 2023, por primera vez desde la primera edición del INCORE. Esta región tuvo una recuperación más lenta en los indicadores del pilar Educación. Por ejemplo, se convirtió en la tercera región con menor tasa de asistencia escolar (89%). Dicho retroceso permitió que Cusco y Tumbes avanzaran una posición cada una.
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Índice de Competitividad Regional 2023. (Fuente: IPE / Infografía: Antonio Tarazona)
Retrocesos en educación y salud
El pilar Educación viene mostrando los menores indicios de recuperación tras la pandemia. La suspensión de las clases presenciales y los retos que trajo la enseñanza virtual, ocasionaron el retroceso de más de una década en el rendimiento escolar del nivel primario. La caída más fuerte se dio en Ica, donde el porcentaje de estudiantes de segundo de primaria con rendimiento satisfactorio en lectura y matemáticas se redujo de 20% a 11% entre el INCORE 2020 y 2023. Asimismo, 14 de 25 regiones aún no regresan a los niveles de asistencia escolar alcanzados previo a la pandemia.
La pandemia también impactó en varios indicadores del pilar Salud. Por ejemplo, la cobertura de vacunación en niños menores de tres años se redujo en 22 regiones entre las ediciones 2020 y 2023 del INCORE. Puno fue la región que más retrocedió en este indicador y, con una cobertura de vacunación de solo 33%, se encuentra casi 10 puntos porcentuales por debajo de la región que sigue (Madre de Dios, 42%). Otros indicadores que mostraron un bajo desempeño en salud en los últimos tres años son la anemia y desnutrición crónica, las cuales se incrementaron en 16 y 11 regiones del país, respectivamente.
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Desaceleración económica
El deterioro de las condiciones laborales, en un contexto de lento crecimiento económico y alta inflación, se ha reflejado en menores niveles de ingresos por trabajo. Las regiones que presentan las mayores caídas respecto al INCORE 2020 son Lima Metropolitana y Callao (-17%), y Cusco (-15%). La informalidad laboral también se incrementó en casi todas las regiones, principalmente en Ica y Cusco, donde el porcentaje de trabajadores informales no agropecuarios se encuentra entre sus niveles máximos en al menos 16 años.
Una de las actividades más afectadas por la crisis sanitaria es el turismo. La densidad del transporte aéreo, medida por el número de pasajeros en vuelos nacionales por cada 1.000 habitantes, se redujo 27% en Cusco entre las ediciones 2020 y 2023 del INCORE. Así, Cusco aún no ha recuperado su ventaja competitiva en este indicador. Por otra parte, Tumbes destaca por el crecimiento sostenido de la densidad de vuelos en los últimos tres años. Producto de la mayor demanda, se vienen realizando cerca del doble de vuelos en su aeropuerto que antes de la prepandemia.
Promover la competitividad regional es clave para el desarrollo social y económico del país, bien haría el Ejecutivo en retomar la agenda de competitividad de manera articulada. La 11° edición del INCORE ayudará a todas las autoridades a identificar las prioridades de políticas públicas y tomar mejores decisiones.
