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“En la Academia echamos mucho de menos a Vargas Llosa”
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“En la Academia echamos mucho de menos a Vargas Llosa”

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En los pasillos de la se ha venido hablando de Arequipa en los últimos seis años. Una historia que comenzó en Córdoba, Argentina, sede del IX Congreso de la Lengua en 2018, cuando sorprendió al auditorio proponiendo a su ciudad natal como sede del congreso siguiente.

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La historia es conocida. El fracasado golpe de Estado del ex presidente Castillo y la convulsión social posterior hizo que las Academias de la Lengua Española optaran por Cádiz para la décima cita. Y se decidió finalmente que la Ciudad Blanca tomara la posta en la edición siguiente. “Estamos muy satisfechos de poder llegar a Arequipa después de tantas dudas y tantos problemas como tuvimos para celebrar allí el congreso”, nos señala, al otro lado de la pantalla, Santiago Muñoz Machado, desde su oficina en la dirección de la Real Academia Española.

El undécimo Congreso de la Lengua, abordará en Arequipa, del 14 al 17 de octubre, temas tan urgentes para los hablantes como Mestizaje e interculturalidad, prácticas de lenguaje claro y accesible, las culturas digitales y la inteligencia artificial y, cómo no, un homenaje al Nobel peruano, promotor de la cita mistiana. Y por supuesto, su ausencia se hará sentir. “Nuestra primera ambición es recordar a Mario Vargas Llosa. Realmente, le echamos mucho de menos en la Academia y en nuestro alrededor, al amigo y al estupendo escritor.

“Vamos a procurar que el homenaje a Mario en el Congreso no sea solo un acto programado dentro de las formalidades de una convención como ésta. Queremos que su recuerdo esté presente a lo largo de todos estos días congresales. Realmente, Vargas Llosa es un personaje que no será posible sustituir. La Academia está ahora huérfana de una persona como él”, afirma.

Mario Vargas Llosa en Arequipa, en la inauguración de su casa museo. En el marco del CILE de Arequipa, se relanzará esta institución. (Foto: AFP)
Mario Vargas Llosa en Arequipa, en la inauguración de su casa museo. En el marco del CILE de Arequipa, se relanzará esta institución. (Foto: AFP)
/ STR

— ¿Cómo recuerda al Vargas Llosa académico, como participante del debate interno de su institución?

Era una persona exquisita en el trato personal. La academia se reúne todos los jueves. Primero las comisiones (él pertenecía a la Comisión de Cultura) y tras una hora y media de reunión, se celebra el pleno. Él iba siempre que estaba en España. Tenía su asiento frente al mío, en ese singular óvalo que tenemos como mesa en la Academia. Lo que más se podía notar en su comportamiento era la elegancia personal, la manera de usar las palabras, de dirigirse a los compañeros, de intervenir con absoluta sinceridad. Cuando había alguna cuestión sobre vocablos más usados en América, siempre participaba divertido. Mario tenía una carcajada limpia y fácil que le salía del alma. Tuve la suerte de acompañarlo en su ingreso a la Academia Francesa, y allí me dijo que, en lo sucesivo, su voluntad era asistir un jueves a las reuniones de la Academia en París y al otro venir a las de Madrid. No lo pudo hacer, lamentablemente.

— ¿Se ha anunciado que en el marco del congreso se lanzará un “Diccionario Vargas Llosa”. ¿Que podría decirme de él?

Ha sido el Instituto Cervantes el que ha convocado a todos los participantes para escribir sobre una palabra ordenada alfabéticamente, y a partir de ella analizar la perspectiva de Vargas Llosa sobre ese concepto. En mi caso, me pidieron que comentara la palabra “Academia”, por tanto, supongo que figuraré muy al principio (sonríe). Allí escribo sobre las investiduras de Mario en las tres academias de las que ha sido miembro: la peruana, la española y la francesa.

— ¿Se hablará de Mestizaje mucho en el congreso de Arequipa. Sin embargo, aún perduran en el los lugares comunes que, 200 años después, achacan los problemas de América Latina al colonialismo español. ¿Es difícil pensar en la construcción de un porvenir común?

No creo que sea difícil pensar en la construcción del porvenir común, porque ya está construido. Solo son algunos pocos los que creen que somos incompatibles, o que dividen el mundo entre conquistadores y conquistados. No es algo general. En mis viajes por América, no soy capaz de apreciar esa supuesta incompatibilidad. Más bien lo que observo entre los intelectuales más cabales de Perú o de cualquier otra parte de América, es el reconocimiento de que, en primer lugar, si hablamos de mestizaje es porque los españoles ya en el siglo XVI fueron capaces de revivir las culturas indígenas y sus lenguas que se estaban perdiendo. Esto no lo digo yo, lo dijo uno de los mayores historiadores peruanos, Raúl Porras Barrenechea. “Gracias a los cronistas existe el mestizaje”, dijo él. Porque fueron los cronistas los que advirtieron que había habido civilizaciones antiguas, las describieron y mantuvieron sus lenguas. Sin embargo, hubo otra época en la que eso se perdió. Y más bien algunos antropólogos europeos han llegado a calificar el mestizaje como una especie de etnocidio. Son los mismos estudiosos que no califican igual lo que ocurrió en otras regiones colonizadas, en las que no hubo mestizaje porque no quedó población alguna. Es otra alternativa de colonización, la extinción. Lo que diré en el congreso es que hay ahora una especie de mestizaje institucional bastante curioso, porque algunas formas de gobierno nacidas y maduradas en Europa como son las democracias representativas liberales, están siendo penetradas de ideas institucionales germinadas en países de Latinoamérica bajo el nombre de nuevo constitucionalismo, que pretende sumar a la vieja democracia representativa liberal las aspiraciones de los pueblos originarios, como son el autogobierno como los derechos particulares de sus individuos. Todo esto es muy novedoso y es un enorme reto.

— En el Congreso se hablará también de migración, exilio e interculturalidad, siendo el tema del español en Estados Unidos un caso singular. Viendo la persecución que hoy viven los migrantes bajo el gobierno de Trump, ¿cómo afecta la situación política a la reflexión sobre el idioma?

Es inevitable que aparezca la política en el Congreso, que no aparezca Trump, un señor que ha dicho sobre la lengua y los latinos cosas que no voy a repetir. Este es un congreso sobre la cultura latina recibida a través de la herencia española, y sumada a la herencia de los pueblos originarios que respetamos por igual. Son temas apasionantes y no me cabe duda que en ellos se cruza la política.

— Previo al Congreso, en Lima se organiza el 10 y 11 de octubre la segunda convención de la red panhispánica de lenguaje claro y accesible en la Casona de San Marcos. ¿Qué busca este debate?

Tenemos muchas ilusiones puestas en la red panhispánica de lenguaje claro. Hemos convocado a instituciones de todas las naciones hispanohablantes para formar una red que se preocupe por hacer más accesible y fácil de entender el lenguaje del poder. El poder siempre se ha dirigido a los ciudadanos de un modo muy imperativo, muy autoritario, muy exigente. Cuando se aprueban leyes, se dictan sentencias, se pone multas o se establece requisitos para obtener una licencia, siempre hace falta claridad. Estamos pasando por una época en la que los ciudadanos exigen formas más consensuadas, explicativas e inteligibles de las resoluciones que les afectan. Esa necesidad de claridad se extiende además a todos los poderes privados con posiciones de dominio en los mercado: bancos, compañías de seguros, farmacéuticas. Todas estas instituciones se dirigen a los ciudadanos con un lenguaje que no es fácil de entender. La chispa del lenguaje claro se encendió en el mundo hispanohablante hace cuatro años, y la llama ha crecido vertiginosamente. En la actualidad, a la Red Panhispánica de Lenguaje Claro pertenecen más de 550 instituciones oficiales, tribunales supremos de todos los países, universidades que se han comprometido a usar fórmulas de lenguaje inteligibles.

Al mismo tiempo que nos preocupamos del lenguaje claro, estamos trabajando en el lenguaje accesible. Esto significa un paso más allá, porque aspiramos a que haya un lenguaje especial para las personas que tienen capacidades funcionales diferentes o algún tipo de discapacidad cognitiva. Existen millones de personas con dificultades para comprender lo que el poder público les dice. Y si no comprenden, no participan, lo que es una agresión a la democracia. Si el lenguaje no se comprende, no podemos ejercer los derechos que la constitución nos atribuye.

En la convención en Lima pasaremos a una segunda fase: plantear la comprensión del lenguaje de los poderes públicos como un derecho individual, tan exigible como es la libertad de expresión o cualquier derecho consagrado en la Constitución. Pensamos que este punto de vista va a ser muy importante en la Convención de Lima.

— Un escritor como George Orwell nos mostró que la corrupción del poder se plasma en la corrupción de su lenguaje. ¿El poder apela a la oscuridad del lenguaje por conveniencia?

En efecto. Se crea una lengua artificial, muy poco correcta, muy vulgar, insultante y poco delicada en cuanto a los conceptos que utiliza, manejada con muy poco gusto. Sobre todo en los debates entre ellos, la clase política ha generalizado una manera de expresarse francamente muy poco incluyente.

— Reflexionar sobre el lenguaje accesible es también una manera de responder a los excesos del llamado “lenguaje inclusivo”?

Uno de los problemas de tantas variaciones de lenguaje, el llamado lenguaje políticamente correcto, el lenguaje inclusivo, etc, van habitualmente acompañadas de programas hechos por los propios colectivos que tienden a separarse de la normativa general de la lengua, con lo cual crean jergas que estropean la unidad y la belleza de nuestra lengua. Son variantes cada vez más difíciles de entender.

— ¿Los medios de comunicación pasamos hoy la prueba del lenguaje claro? ¿Escribíamos mejor en décadas pasadas?

Esa pregunta me la hacen con frecuencia. ¿Los políticos hablaban mejor antes? ¿Los periodistas escribían mejor antes? No veo razones para pensar que seamos mejores o peores. Lo que hay son formas de expresarse distintas. Lo que sí se puede estimar es si hay alguna variación del lenguaje es en las redes. Pero es que se trata de una comunidad completamente diferente, y su gramática propia, su léxico apocopado y sintetizado no trasciende al lenguaje general. ¿Hay acaso alguna novela que se haya escrito con esas jergas? No lo hay.

— Culturas digitales e inteligencia artificial será otro tema clave en el congreso de la Lengua. ¿Cuál es el cambio de modelo que se propone?

Nosotros no proponemos ningún cambio de modelo. Analizaremos lo que está ocurriendo en materia de inteligencia artificial. Se trata de una tecnología revolucionaria que provoca cambios apabullantes e inevitables. Hay personas que creen que los gobiernos tendrían que ponerle freno al progreso de la IA. Yo soy de los que cree, y conmigo también las academias en general, que las tecnologías nunca han podido ser detenidas. Y esta es una tecnología con una potencia revolucionaria como no la ha habido nunca a lo largo de la historia que tendrá un efecto muy importante sobre la lengua, claro.

— ¿Qué clase de efectos?

Uno importante a la vista es que estamos rodeados de todo tipo de máquinas que hablan, que traducen, que responden a nuestras preguntas por escrito y oralmente. No es algo que podamos evitar. Es así. Son compañeros de vida que ya no son humanos, son máquinas. En este momento hay más máquinas que hablan español que humanos.

— ¿Qué guía la reflexión de la Academia de la Lengua?

Primero, hay que ganarle la batalla a la inteligencia artificial en un punto: que respete la unidad y la calidad de nuestra lengua, que respete las normas. Nos parece bien que hablen, pero que hablen bien. Se lo hemos tratado de explicar a los principales directivos de las empresas que manejan globalmente la inteligencia artificial, poniendo a su disposición todas nuestras herramientas para que entrenen con ellas a sus máquinas. Y con satisfacción he podido comprobar que nuestras advertencias han sido atendidas. La calidad de la lengua de las máquinas hasta ahora es razonable. No se está produciendo el efecto de dispersión ni la creación de dialectos digitales que temíamos.

— ¿Esas herramientas son las conocidas como el proyecto LEIA (Lengua española Inteligencia artificial)?

Tiene que ver, en efecto. Leia es un proyecto hecho para poner todas las herramientas de nuestras academias al servicio de los que quieran utilizar la lengua en operaciones de lengua e inteligencia artificial. Pronto pondremos en funcionamiento sistemas automáticos de resolución de consultas lingüísticas, así como herramientas que nos permitan identificar cualquier neologismo que se produzca en cualquier periódico que haya utilizado palabras que no están en uso para verificar en qué medida podemos considerarlas palabras ya estabilizadas, de uso común.

Sepa más
Poesía de César Vallejo entra a la colección de la RAE

En cada congreso de la Lengua, es tradición que se publique una edición conmemorativa de un autor icónico del país anfitrión, presentada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. En el caso del undécimo CILE de Arequipa, se ha elegido la poesía reunida de César Vallejo como el libro que represente este foro.

La edición, cuidadosamente anotada y revisada para el público hispanohablante, se suma a la colección de la RAE, en cuyo catálogo se encuentran obras emblemáticas como “Don Quijote de la Mancha” de Cervantes, “Cien años de soledad” de García Márquez, “La Región más transparente” de Carlos Fuentes, “La ciudad y los perros de Vargas Llosa, “Rayuela” de Cortázar o “Los ríos profundos” de José María Arguedas.

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