En un adulto, una taza de café beneficia al sistema inmunológico y nervioso, pero, ¿tiene el mismo efecto en niños y adolescentes, o, al contrario, puede resultar perjudicial para su crecimiento y desencadenar diversas patologías?
En un diálogo con Hogar&Familia, el pediatra Roberto Somocurcio explicó que hay varios estudios que consideran al café como un alimento funcional debido a que es rico en antioxidantes. Además, porque puede prevenir la diabetes, la obesidad, e incluso sirve para mejorar condiciones como la hipertensión o el Alzheimer.
“No hay que malinterpretar la cafeína como café. La cafeína, que se encuentra en bebidas energéticas, sí puede ser contraproducente contra las personas. Mientras que el café cuenta con propiedades antiinflamatorias, es antioxidante, es rico en vitamina B3, en magnesio, potasio. Cosas que no todos saben del café”, contó el miembro del Instituto de Pediatría General.
¿El café es perjudicial para el crecimiento de mi hijo?
Lo que para un adulto es insignificante, puede llegar a tener repercusiones en los más pequeños del hogar. Tal como puntualizó la licencia en nutrición Karen Velásquez, debido a que, en niños y adolescentes en crecimiento, el consumo de café en exceso llega a ser perjudicial para su salud debido al alto grado de cafeína que se encuentra
“Lo que los perjudica de verdad no es tanto el café, sino la cafeína que está contenida en el café. Esa cafeína puede hacer que la absorción del calcio no sea la correcta, no sea la adecuada. Y eso obviamente va a conllevar a un déficit en su crecimiento, como el desarrollo de los huesos”, contó a este medio.
“Puede afectar al sistema nervioso del pequeño. También, repercutir en el corazón, ya que genera taquicardia, aumenta el ritmo cardíaco, la presión. Asimismo, puede causar insomnio, ansiedad, deshidratación, hiperactividad”, agregó.
De acuerdo a la Cadena Americana de Pediatría, las bebidas que contienen cafeína deberían de tomarse a partir de los 12 años. “El punto está en no consumir más de doscientos miligramos de cafeína al día y eso más o menos equivale a una taza de café súper cargado”, comentó Somocurcio.
El experto reveló que los padres le preguntan recurrentemente desde que edad le pueden dar de beber café a sus hijos. “Yo les digo: Los niños entre los cuatro y los seis años, para ser exactos, no deberían tomar más de cuarenta y cinco miligramos de cafeína al día. Eso es algo de media taza de café a lo mucho. Pero la recomendación mundial deja claro que los niños pueden tomar café libremente a partir de los 12 años”, indicó.
“Antes de esa edad, entre los 5 y 12 años, yo dejaría que esa recomendación y decisión se tome entre el pediatra y el papá, ya que creo que hay que respetar mucho la cultura de la gente, si dentro de la cultura de esta familia tomar café mesuradamente es algo rutinario, y al niño le causa interés, lo que yo como pediatra tengo que decir es ‘mira, con que tome media taza no le va a pasar nada’, pero no le diría, ‘sí, que tome café porque es necesario para que sea más inteligente o esté más activo’, no, no, esa no sería una recomendación”, continuó.
En general, para todo tipo de alimentación, es importante tener en cuenta que los niños no son pequeños adultos, por lo que alguna bebida o comida puede repercutir en forma negativa en su crecimiento. Ese es el motivo por lo que se deben enseñar desde pequeños buenos hábitos alimenticios. “Es importante el ejemplo y la educación que para que el niño pueda tener buenas prácticas a la hora de comer”, finalizó Velásquez.
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