LUIS GARCÍA BENDEZÚ / @condedemaldoror
La formalización de los centros de rehabilitación para adictos a la droga se estancó. La norma, que regula el funcionamiento de estas comunidades terapéuticas y ordena su empadronamiento en el Ministerio de Salud (Minsa), apareció hace un año y ocho meses. Pero a la fecha solo hay un centro autorizado en Lima y tres en provincias.
El Minsa estima que hay 400 centros de rehabilitación en el Perú. De ellos, 300 están en Lima. Según Yuri Cutipé, jefe de la Dirección de Salud Mental del Minsa, la formalización es lenta debido a que las comunidades no cumplen los requisitos clínicos.
Hay también municipios que no entregan certificados de zonificación a esos centros, necesarios para la autorización.
La situación preocupa debido a que la oferta terapéutica para drogodependientes es escasa en el país. Según Cedro, en el Perú hay 200 mil adictos a sustancias ilegales. Frente a eso, el Estado solo tiene tres hospitales especializados en el tratamiento de adicciones, todos en Lima. El resto de pacientes tiene que ir a clínicas o a comunidades terapéuticas.
La Dirección de Salud Mental del Minsa visitó en diciembre último 108 centros de rehabilitación en Lima. Los inspectores solo ingresaron a 67 locales debido a que el resto había cerrado o cambiado de actividad.
“Hay comunidades terapéuticas que se convirtieron en casas de oración [para no ser fiscalizadas por el Minsa], pero sospechamos que siguen tratando a drogodependientes”, dice Yuri Cutipé. La clausura depende de los municipios distritales.
El sector detectó que solo el 3% de los centros visitados cuenta con las exigencias médicas y de infraestructura de la Ley 29765.
“Un 75% está implementando las mejoras y el resto está lejos de hacerlo”, dice Cutipé. En ese último grupo figuran los centros más precarios, acusados de maltratar y encerrar a los internos.
Para Pedro Cáceda, presidente de la Asociación de Comunidades Terapéuticas Peruanas, el reglamento del Minsa es demasiado exigente. “Sabemos que las comunidades deben tener profesionales. Pero los médicos pueden ir una o dos veces por semana; no tienen que estar las 24 horas”, opina.
La mayoría de centros de rehabilitación de Lima se ubica en Comas, San Juan de Lurigancho, Chosica, Lurín y Cieneguilla. Según las comunidades terapéuticas y la Dirección de Salud Mental, estos municipios se niegan a entregar los certificados de zonificación.